
La producción del amaranto, por lo menos en el municipio de Tomina, no es la misma desde los últimos desastres naturales y desde que su mercado es cada vez menos atractivo. Su precio se redujo al menos en un 50%, cuando hace tres años llegaba hasta los Bs 900 por quintal.
Cuando la producción del amaranto estaba “en sus mejores momentos” casi todos los pobladores de Tomina se dedicaban a su siembra, pero desde hace algunos años decidieron retomar la producción de papa, maíz, maní, entre otros alimentos, señaló la concejala de ese municipio, Lidia Sardán.
De unas 150 personas, ahora menos de 100 se dedican a esta actividad.
Indicó como las principales causas los episodios de sequía y riadas que afectaron las tierras y, por otro lado, el mercado ya no se mostró interesado en el producto nutritivo.
A partir de ello los precios redujeron considerablemente: lo que hace dos o tres años se comercializaba entre Bs 800 y 900 el quintal de amaranto, ahora se estima que se vende de Bs 200 a 400.
La edil acotó que el precio actual todavía es viable para recuperar la inversión. Su principal cliente es Santa Cruz.