Un día después de la asunción de los nuevos gobernantes, el país amanece este domingo con un clima de esperanza en un cambio positivo, de cara a un tiempo que se sabe será difícil pero al menos se va comprendiendo cuál es el camino a seguir para salir de la crisis.
Esta sensación se ha reforzado el fin de semana por las señales emitidas por el presidente Rodrigo Paz y el vicepresidente Edmand Lara, incluso, desde el viernes, cuando participaron en el ‘Encuentro Empresarial Visión Bolivia 2025’, organizado por la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco). En esa ocasión, ambos hicieron conocer sus posiciones respecto al manejo de la economía, no solo desde el poder público sino también con participación de la iniciativa privada.
Hasta entonces, las principales dudas giraban en torno a la posición de Lara por sus confusos mensajes emitidos a través de sus redes sociales. Estos dieron lugar a que muchos usuarios —no pocos, ciertamente, como parte de la ya clásica ‘guerra sucia’— lo acusaran de mantener la política populista desplegada por el Movimiento Al Socialismo (MAS) en casi 20 años de ejercicio del poder. Se trataba, no obstante, de una preocupación legítima, considerando que ese populismo fue, precisamente, el que provocó, en gran medida, la crisis en curso.
Las dudas se despejaron en el encuentro de la Cainco. “El gobierno que ya está de salida fue un ‘Estado tranca’; se acabó esa etapa. El nuevo Estado será un aliado, no un obstáculo. Trámites simples, contratos respetados e inversión segura”, dijo Lara, lo que motivó una ovación. La señal que dieron el viernes es que el Presidente y el Vicepresidente estaban sintonizados, lo cual se confirmó en la emotiva ceremonia de posesión de este sábado.
Paz y Lara no solo enviaron señales claras, sino que fueron explícitos en varios asuntos de interés nacional. El Presidente ratificó que está trabajando en soluciones, desde su primer día de gobierno, para el problema de la escasez de carburantes. Dijo que hay cisternas cruzando las fronteras para proveer a los surtidores del país. Advirtió además que si Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la Agencia Nacional de Hidrocarburos ponen obstáculos para este traslado, se exponen a procesos y, en ese sentido, volvió a anunciar mano dura contra la corrupción.
Paz también aludió expresamente a dos de sus antecesores, Evo Morales y Luis Arce, a quienes responsabilizó por la crisis. “No podemos mentir, y se lo digo con contundencia, a los dos presidentes de los últimos 20 años de este régimen. No podemos mentir y decir que estamos mejor que antes. El mal gasto de 60 mil millones de dólares del gas y tener una deuda de más de 40 mil millones de dólares interna y externa, ¿fue algo correcto?, ¿eso estuvo bien?, ¿somos un mejor país?, ¿somos una mejor nación?”, preguntó al señalar que le dejan un país “devastado”.
Lara, por su parte, cumplió su anuncio de vestir uniforme de gala de la Policía Boliviana al momento de asumir sus funciones. “Vi cómo los poderosos, los jefes del Alto Mando, los jueces y fiscales se protegían entre ellos, mientras los humildes quedaban sin voz, sin defensa, sin esperanza. Yo no pude callar y por eso me castigaron, me quitaron mi uniforme, pero no pudieron arrebatarme mi convicción”, dijo al anunciar, sin embargo, que sería la última vez que vestía de esta manera porque “mi uniforme es Bolivia”.
El cierre del largo proceso del MAS al frente del poder no solo se convirtió en un acontecimiento histórico, sino que también estuvo lleno de significados. Los símbolos, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos a nivel de embajadores… Paz juró “por Dios, la familia y la patria”. Las señales son de cambio, y de un cambio que va mucho más allá de las simples palabras. Unas palabras que, a su vez, por su contundencia, deberán ser analizadas con la debida calma para, de aquí a un tiempo, hacer un balance y determinar si se tradujeron en acciones y no se quedaron en simples promesas.