
En menos de diez días, una mujer fue víctima de un violento asalto y presenció un intento de robo en el sector del Mercado Campesino donde, afirma, no hay protección policial nocturna. Su caso es el de muchos ciudadanos que alguna vez fueron víctimas de la inseguridad.
Mientras esperaba el micro, aproximadamente a las 20:00, la víctima sintió que dos personas se agachaban a levantar un teléfono celular que estaba cerca de sus pies.
Quedó un tanto desconcertada, pero siguió con su rutina: tomó el micro frente a la puerta de ingreso al Mercado Campesino ubicada en la calle J. Prudencio Bustillos. A esa hora la circulación de peatones y motorizados es considerable.
No había nadie en el vehículo y las luces estaban apagadas, pero no sospechó nada. Se sentó e inmediatamente ingresó un joven a quien no dio mucha importancia; cuando estaba distraída con el ajetreo de la calle sintió un golpe en el rostro.
La agresión la dejó atónita, no recuerda qué pasó. Lo primero que hizo fue buscar su cartera que había caído al suelo, pero cuando estaba por recogerla sintió otro golpe en la cabeza. Era una patada de su agresor que la dejó estupefacta, con la vista nublada y sin poder hilvanar palabra o sonido alguno.
Ese momento fue aprovechado por el ladrón que se llevó su teléfono celular y dinero. Tras breves minutos reaccionó y reclamó al chofer que dijo no haber visto ni sentido nada.
Indignada, se bajó del micro y fue en busca de un policía. No encontró a ningún uniformado, cuenta a CORREO DEL SUR pidiendo mantener su nombre en reserva.
Su trabajo la obliga a circular todas las noches por el sector, bajo la amenaza constante de la inseguridad porque a esa hora, cuando la gente está de regreso a sus casas, no hay control, afirma. Desde ese episodio, camina acompañada.
Después de unos días, casi a la misma hora del primer ataque, la víctima presenció, junto a otras personas, el robo frustrado de un teléfono celular a un joven en la calle Emilio Hochmann, también por inmediaciones del Mercado Campesino.
El joven se dio cuenta y sorprendió al ladrón tomándole del brazo. Lo increpó directamente, pero el sujeto lo negó. Sin embargo, al percatarse que la gente le prestaba mayor atención a la escena aceptó devolverle el teléfono. Lo tenía otro joven que, ante su pedido, lo entregó sin cuestionar.
Pero el ladrón intentó simular que se trataba de una disputa por un teléfono celular y no de un robo, por lo que desafió a golpes a la víctima, escoltado por otros dos jóvenes.
El muchacho víctima de robo no puso reparos e inmediatamente se abalanzó sobre su oponente a quien tumbó al suelo. Los otros dos escaparon y nadie se animó a detener al caído. Otra vez la escena transcurrió sin la presencia de ningún uniformado.
La mujer que se contactó con este medio de comunicación recalcó que la falta de policías a esa hora es de todas las noches. Pero esa no es su única preocupación sino también la mala iluminación, que hace de esas cuadras frente al Mercado Campesino una zona de gran inseguridad.
Sin policías
A partir de las 19:00, en inmediaciones del Mercado Campesino, no hay presencia de uniformados y el alumbrado público es deficiente; ideal para la presencia de malhechores.
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