Incendios se alimentan de sequía desde 2019
En el oriente, la región de Bolivia golpeada cada año por los incendios, lidian con una compleja sequía desde 2019, situación que, sumada a otros factores, ha impedido apagar los focos de calor estos dos últimos meses de 2024.
En el oriente, la región de Bolivia golpeada cada año por los incendios, lidian con una compleja sequía desde 2019, situación que, sumada a otros factores, ha impedido apagar los focos de calor estos dos últimos meses de 2024.
La evaluación corresponde a la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), con sede en Santa Cruz, a través de su gerente de proyecto, Pedro Ribera.
“De hecho, desde el año 2019, no hemos podido salir de la sequía, no hemos vuelto a esos valores normales”, dice en una entrevista en Correo del Sur Radio y cita otras condiciones adversas: vientos por encima de los 70 kilómetros por hora, humedad por debajo del 20% y la lista sigue.
Este 2024, los incendios forestales empezaron en junio, mucho antes de lo habitual, solo con una pequeña tregua la segunda semana de agosto por las lluvias; lamentablemente, se prevé que la temporada se prolongue por lo menos hasta noviembre.
“La experiencia ha sido sobrepasada por el cambio climático: incendios que se mueven demasiado rápido, muy intensos, para las capacidades locales”, dice Ribera.
Ahora, comunidades, organizaciones e, incluso, los distintos niveles del Estado, siempre blanco de críticas, tienen una mejor gestión en el manejo del fuego, pero son rebasados. El entrevistado pone de ejemplo el trabajo que la FAN ha realizado en la Chiquitanía; no obstante, en algunos casos ya solo se está salvaguardando infraestructura ante la imposibilidad de vencer al fuego.
Era el caso de diez incendios esta semana. “Lo complicado es que tenemos un panorama en el que solamente en estos diez megaincendios solo esperamos la lluvia para que realmente sean apagados”, confesó.
El 90% de las personas que combaten los incendios son voluntarios, la mayor parte de las comunidades afectadas.
Este sábado, el Gobierno declaró emergencia nacional para acceder a ayuda internacional. Como en años anteriores, organizaciones criticaron la tardanza en reaccionar y reclamaron que el resto de la sociedad se hiciera eco del problema solo cuando el humo llegó a las ciudades.