Trigo: Producción bajó en 30% y promueven siete variedades

Después de varios años de investigación participativa, el año pasado la Fundación PROINPA y el INIAF registraron siete nuevas variedades de trigo. Entre sus características destacan la tolerancia a la sequía y...

Trigo: Producción bajó en 30% y promueven siete variedades Trigo: Producción bajó en 30% y promueven siete variedades

Redacción CAPITALES
Capitales / 14/02/2017 11:54

Después de varios años de investigación participativa, el año pasado la Fundación PROINPA y el INIAF registraron siete nuevas variedades de trigo. Entre sus características destacan la tolerancia a la sequía y mayores contenidos nutricionales, principalmente por el hierro.

Para 2013, la producción nacional de trigo alcanzó las 226 mil toneladas. Pero entre 2015 y 2016, bajó al menos en un 30% debido a la sequía que soportó el país. Pese a este panorama, hay esperanza en las nuevas variedades de trigo generadas por PROINPA en alianza con el INIAF, que tienen características de tolerancia a la sequía y mayores contenidos nutricionales, principalmente de hierro. Ahora falta dar a conocer las nuevas siete variedades en las áreas productoras.

Los principales departamentos que contribuyen a la producción de trigo en Bolivia son: Santa Cruz, Cochabamba, Chuquisaca y Potosí. Actualmente, con su aporte se cubre el 40% del consumo nacional.

Según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), con datos de 2015, para satisfacer la demanda nacional se importan 200 mil toneladas, sobre todo de Argentina, en forma de harina. Eso sin tomar en cuenta el ingreso por la vía del contrabando, algo que no está cuantificado.

Esta información fue proporcionada a CAPITALES por el coordinador regional de la Fundación PROINPA, Cresencio Calle, quien asegura que en la zona tradicional (valles andinos), el rendimiento es de alrededor de 1 tonelada por hectárea, mientras que en la región de Santa Cruz de 1,2 a 1,4 toneladas por hectárea.

Menor rendimiento

La media nacional de rendimiento de los últimos seis años está en torno a 1,2 toneladas por hectárea, un rédito menor al de otros países vecinos. La baja productividad del cultivo de trigo en Bolivia, y específicamente en el área tradicional, no se limita solamente a aspectos técnicos. También tiene fuertes implicaciones de tipo social y económico. “La visión integral de esta situación es la que nos permite identificar oportunidades de acción desde el rol que se desempeña en la generación de tecnología y su transferencia”, sostiene Calle.

Principales problemas

Los principales problemas que limitan la productividad de trigo en la región andina de Bolivia, en orden de importancia, son: erosión de los suelos, sequía, baja fertilidad, enfermedades (manchas foliares), variedades de bajo potencial y heladas.

El trigo constituye un alimento básico de consumo masivo. En general, la población boliviana consume un promedio de 60 kilogramos de trigo por habitante al año, lo que hace de este cereal una base importante para la seguridad alimentaria.

El consumo se produce bajo diferentes derivados, tanto artesanales como industriales. Lastimosamente gran parte de este cereal ingresa en forma de contrabando, perjudicando todavía más a los productores nacionales.

El precio de trigo en los últimos tres años fluctuó en torno a los 100 bolivianos por quintal. La ganancia del productor vino siendo reducida, ya que, dependiendo de la zona y del rendimiento que obtiene cada uno, el costo por producir un quintal varía entre 70 y 90 bolivianos, detalla el Coordinador de PROINPA.

INIAF y PROINPA

Calle explica a este suplemento que la innovación agrícola es un proceso en el que intervienen varios actores, pero también un sistema estructurado cuyo funcionamiento condiciona los avances de ese proceso.

En este sentido, las alianzas público-privadas permitieron en muchos ámbitos acelerar los procesos de innovación. El Instituto de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) y la Fundación PROINPA establecieron una alianza estratégica para desarrollar variedades de trigo con tolerancia a los factores abióticos adversos.

El principal lineamiento de esta alianza fue: desarrollar variedades de trigo precoces y con tolerancia a sequía adaptadas a las principales zonas trigueras de Bolivia, esto a través de la evaluación de la tolerancia a la sequía de líneas de trigo segregantes e introducidas.

Investigaciones

¿Cómo avanzaron las investigaciones para lograr una mayor productividad de nuevas variedades de trigo, que sean tolerantes a enfermedades, estrés hídrico y humedad? De acuerdo con datos oficiales del INE correspondientes a 2013, en el ámbito nacional y departamental, los rendimientos varían en función a las condiciones de cada región.

Estos rendimientos, si se los compara con los obtenidos en los ensayos de trigo evaluados por departamentos, muestran que las nuevas variedades tienen rendimientos entre 170 y 200 por ciento mayores respecto a las medias departamentales de Cochabamba, Chuquisaca y Potosí. “Si se compara con la media nacional (1.180,5 kilos por hectárea), que incluye la producción de Santa Cruz, el incremento es de 88%”, agrega Calle.

Nuevas variedades de trigo

Las nuevas variedades de trigo generadas por PROINPA en alianza con el INIAF, además de sus características de tolerancia a la sequía, presentan mayores contenidos nutricionales, principalmente por el hierro.

Después de varios años de investigación participativa, en 2016, la Fundación PROINPA y el INIAF registraron siete nuevas variedades de trigo: Escana, Pisili, Jumbate, Alcantarí, Yacambe, Lequezana e Ichupampa.

Según los estudios, las variedades Escana y Jumbate presentan 60% más de hierro en el grano que la variedad comercial Yampara. Asimismo, la Pisili tiene 40% más de hierro que la Yampara. Respecto al contenido de zinc, no hay gran diferencia, pero en la variedad Jumbate es ligeramente superior.

Las variedades Ichupampa y Lequezana tiene la característica de la tolerancia a la sequía, mientras que la Yacambe y la AlcantarÍ se distinguen por su precocidad o rápida maduración.

“Ahora resta hacer un trabajo de difusión sobre las nuevas variedades en las diferentes zonas trigueras de la región andina de Bolivia y particularmente en Chuquisaca”, comenta Calle.

Las variedades de trigo antiguas que se cultivan en Chuquisaca son: Yampara, Redención, Chajlla (criolla), Charcas (precoz), Tarabuco (biofortificado) y Limabamba (biofortificado).

Molino de Mojocoya

Calle explica que actualmente, si bien se están haciendo pruebas a nivel semicomercial, el gran reto del molino de Mojocoya (tuición de la Gobernación) es darle una figura legal, que permita hacer un trabajo bajo la figura de una empresa capaz de movilizar capital de acopio.

De esta manera, se le podría dar una función acorde a su capacidad instalada y a los requerimientos de los productores y consumidores.

 

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