“El proteccionismo comercial no protege el empleo”
El proteccionismo no protege el empleo, no reduce la pobreza y agrava la situación de las economías cerradas, advierte la experta española Arancha González, directora del Centro de Comercio Internacional...
El proteccionismo no protege el empleo, no reduce la pobreza y agrava la situación de las economías cerradas, advierte la experta española Arancha González, directora del Centro de Comercio Internacional (ITC, por sus siglas en inglés), la agencia desarrollada por Naciones Unidas y la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La opción ante el avance de políticas proteccionistas es buscar mercados en otras regiones del mundo, aceptar el desarrollo tecnológico como parte de la cuarta revolución industrial e impulsar con fuerza el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas (pymes) con el ingreso de jóvenes y mujeres al mercado, declara González en el marco del Foro Económico Mundial para América Latina celebrado en Buenos Aires.
dpa. ¿Qué alternativas hay a las políticas proteccionistas que impulsa Donald Trump en Estados Unidos?
Arancha González (AG). Hay un sentimiento proteccionista que es hoy más prevalente que hace dos, cinco o diez años. Creo que hay una parte del sentimiento proteccionista que tiene que ver con una distribución muy desigual de los beneficios del crecimiento a los que ha contribuido en gran medida el comercio internacional. Y como esa distribución es muy desigual, hay una concentración muy increíble en el uno por ciento mientras tienes al 99 por ciento que no le llega nada y hay cifras que lo demuestran. Hasta 2008 el uno por ciento tenía la mitad de la riqueza, a partir de 2008 tiene dos tercios de la riqueza. Es un problema que si no lo resolvemos va a seguir empujándonos y va a seguir minando no sólo nuestras economías sino también nuestras democracias.
dpa. ¿Esto se resuelve con proteccionismo comercial?
AG. Creo que el proteccionismo comercial no protege el empleo. El siglo XXI no es el siglo XIX ni el siglo XX, donde uno hacía un producto en su país y lo exportaba al mundo. Ahora lo que uno hace es el resultado de una producción a lo largo de una cadena de valor que está localizada en el mundo. Hoy se produce en el mundo para el mundo y eso está empujado por la tecnología, en cantidad y rapidez. Esta tecnología, que llamamos la cuarta revolución industrial, no va a parar. Entonces el proteccionismo de alguna manera lo que busca es evitar que esa tecnología no pase nuestras fronteras, pero es imposible de parar. Va a seguir afectando el empleo, las ventajas comparativas, la competitividad y por lo tanto, en este contexto, el proteccionismo comercial no nos sirve. Peor aún, puede empeorar la situación.
dpa. ¿Qué solución propone?
AG. Tenemos que invertir en políticas domésticas que nos ayuden a distribuir mejor la riqueza, porque si ponemos medidas de proteccionismo comercial lo único que vamos a hacer es reducir el crecimiento. Hay empleos que no van a volver a nuestros países porque no somos competitivos, no porque los demás nos estén amenazando, sino porque la estructura de la producción se ha movido hacia mayor valor añadido.
dpa. ¿Qué puede hacer México, por ejemplo, en el corto plazo?
AG. México tiene una gran dependencia del mercado estadounidense pero el mercado estadounidense tiene una gran dependencia de México. La relación, que es más que comercial, es de vecindario, porque han integrado sus cadenas de producción. Puede ser incluso contraproducente buscar resolver los problemas domésticos intentando cerrarle el comercio al vecino porque entonces se está cerrando a sí mismo el comercio. Hay muchos empleos en Estados Unidos que dependen del comercio con México, de cadenas de producción que están en México, y viceversa. Eso no significa que Canadá, México y Estados Unidos no se sienten, lo discutan y mejoren el acuerdo que los une.
dpa. ¿Buscar otros mercados puede ser una solución?
AG. Es una posibilidad avanzar en otros procesos de integración económica en otras partes del continente y en otras partes del mundo. Como la convergencia de la Alianza del Pacífico y el Mercosur, por ejemplo. Hay un espacio muy importante para hacer avanzar procesos de integración regional que sean un poco diferentes a los anteriores.
dpa. ¿Cómo se abre una economía que funcionó muchos años cerrada al resto del mundo, sin que ello destruya a la industria local?
AG. Se trata de hacer reformas inteligentes y que refuercen la calidad y empoderen al ciudadano y al empresario para hacerlos más fuertes y que soporten mejor la competencia exterior. El 95 por ciento del tejido industrial de Argentina, como el de Brasil o Estados Unidos, son pequeñas y medianas empresas. Muchas de ellas están hoy en el sector informal y así contribuyen poco al crecimiento del país y crean empleo de baja calidad.
No es solamente cerrar o abrir, es qué tipo de políticas pone uno en marcha. Cuánto de burocracia le cuesta a un empresario actuar en el sector formal. ¿Cuánto de justo o injusto es el sistema tributario para el pequeño con respecto del grande, cuánto de infraestructura básica para la competitividad industrial del pequeño y del mediano hay en el país? La apertura sirve para que todo ese ecosistema que has ayudado a crecer encuentre nuevos mercados exteriores.
dpa. ¿Qué potencial debe explotar América Latina?
AG. América Latina tiene un ecosistema de empresas pequeñas y medianas que ahora mismo no las está apalancando tanto como podría. Por su situación geográfica y la homogeneidad que le da ser un bloque en el que se hablan dos lenguas que son compatibles (...) les animo a trabajar mucho la dimensión de las pymes, que tiene que ver mucho con la emprendeduría de jóvenes —que tienen un problema de inserción en la región latinoamericana donde un 40% de los jóvenes ni estudian ni trabajan— y de mujeres, cuya incorporación a la economía en América Latina supondría aumentar el PIB en un 34 %.
Tenemos en América Latina un doble problema, la falta de competitividad de las economías latinoamericanas y un crecimiento que es poco incluyente, sigue habiendo unas desigualdades muy brutales. Donde se puede encontrar muy bien esta agenda de competitividad con una agenda de crecimiento más incluyente es con la internacionalización de la Pyme, con la incorporación de la mujer a la economía y al comercio internacional, que por definición mejora la competitividad pero distribuye mejor el crecimiento.