Efecto de los segundos aguinaldos según la teoría económica
En 2013 se promulga el Decreto Supremo 1802 “Esfuerzo por Bolivia”, que dispone el pago de un segundo aguinaldo a todos los trabajadores del sector público y privado tomando como parámetro el crecimiento del PIB...
En 2013 se promulga el Decreto Supremo 1802 “Esfuerzo por Bolivia”, que dispone el pago de un segundo aguinaldo a todos los trabajadores del sector público y privado tomando como parámetro el crecimiento del PIB igual o mayor al 4.5%. Los trabajadores recibieron este beneficio ese año y también en 2014 y 2015, ya que, según datos del INE, Bolivia alcanzó niveles de crecimiento del PIB del 6.78%, 5.46% y 4.85%, respectivamente.
Es importante señalar que el decreto del doble aguinaldo es una medida de política económica, y dentro de los objetivos que promueve esta medida está el de realizar una equitativa distribución de la riqueza y los recursos económicos del país, en virtud de que los trabajadores son un pilar fundamental en la actividad económica y a través de este beneficio se busca mejorar su nivel de vida.
Es pertinente analizar este contexto desde la óptica de la teoría económica. Fue Milton Friedman quien desarrolló la hipótesis de la renta permanente, que sostiene que el consumo de las familias no depende solo de la renta actual, sino también de una renta transitoria (doble aguinaldo) que no tiene una incidencia directa en un aumento en el consumo. Es decir, cualquier variación transitoria en la renta derivará en un mayor ahorro en el tiempo y solo variaciones en la renta permanente ocasionará una variación proporcional en el consumo.
Esta conclusión permite cuestionar si recibir este beneficio realmente logra mejorar el nivel de vida de los bolivianos, ya que el doble aguinaldo responde a una variación en la renta transitoria, misma que podría servir para cubrir los posibles incrementos futuros en el costo de la canasta familiar a través de un mayor ahorro. Asimismo, se indaga que el consumo no tuvo una incidencia directa por este beneficio, al referirnos a los datos del INE que indica que el consumo final de la familias para 2012 fue de Bs 25.436 millones y para 2013 de Bs 26.932 millones, una variación poco significativa que puede responder a otras causas como: crecimiento de la población, incremento en la renta permanente o mayor liquidez en la economía a través de una mayor inyección monetaria que realizan al sistema financiero.
No se debe descartar la repercusión en el entorno empresarial. Su producción está determinada por el costo de los factores productivos a utilizar y a través de él es posible fijar el volumen de su producción, así como el precio de venta. Por una variación en el costo de uno de los factores, la empresa tendría que alterar o el volumen de producción o el precio del bien que produce. En este caso, si el doble aguinaldo incrementa los costos de mano de obra, la lógica de la función de la producción sería una variación en el precio o en el volumen.
Pero sucede algo interesante al respecto: tomando como referencia la variación del IPC de 2013 y 2014, en virtud de que 2013 fue el primer año que el Gobierno promulgó y aplicó el decreto 1802, según datos del INE, en el primer trimestre de 2014, en relación con el último trimestre de 2013, hubo una variación del IPC por debajo del 1%, lo que lleva a conjeturar que este beneficio no tuvo efectos directos en la variación de los precios.
Este fenómeno puede ser explicado y calculado por diferentes indicadores que permiten medir no solo la variación del nivel de producción, sino también la variación en el nivel de precios. Indicadores como el PIB real, PIB nominal o deflactor del PIB podrían servir para determinar más concretamente si la economía crece por generar una mayor producción o si ese crecimiento es producto de un aumento en los precios, pudiendo abrir la posibilidad de debatir si efectivamente el objetivo de este decreto pueda ser alcanzado.
Este año, según se confirmó en las últimas horas, de julio 2016 a junio 2017 Bolivia tuvo un crecimiento del PIB de 3.94%, lo que significará que no se aplique el decreto 1802. Sería saludable considerar otros indicadores de crecimiento económico que respondan al objetivo planteado, además de buscar mayores beneficios para las familias y para las empresas.