“La popularidad del Gobierno está basada en una ampliación del gasto público”

Franz Flores Castro, destacado analista económico de nuestro medio, es docente de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca y coordinador del colectivo InvestigaSur, que aglutina a profesionales investigadores...

Flores estuvo en el Congreso de Ciencias Sociales de FLACSO en Salamanca. CEDIDA Flores estuvo en el Congreso de Ciencias Sociales de FLACSO en Salamanca. CEDIDA

REDACCIÓN CAPITALES
Capitales / 19/12/2017 06:43

Franz Flores Castro, destacado analista económico de nuestro medio, es docente de la Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca y coordinador del colectivo InvestigaSur, que aglutina a profesionales investigadores en ciencias sociales.

Sus opiniones tienen relevancia en Sucre y en Bolivia a partir de artículos e investigaciones sobre la realidad nacional. Activo usuario de los medios de comunicación digitales, tiene un blog: cazadecitas.blogspot.com y se lo puede seguir en Twitter en: @franz_flores.

CAPITALES habló con él para hacer un balance del año y también para ver lo que le espera al país en 2018. Presentamos la siguiente entrevista en dos partes y, en esta primera, dice por ejemplo que “podemos ser neoliberales, nacionalistas o socialistas comunitarios, lo que fuere, pero eso es simple cáscara, maquillaje, puesto que, estructuralmente, seguimos siendo exportadores de materia prima”.

Con su didáctica acostumbrada, Flores explica a los lectores de CAPITALES algunos de los fenómenos económicos que vive actualmente el país.

CAPITALES (C). Después de casi 12 años de gobierno, ¿podemos decir que la mayor presencia del Estado en la economía, con empresas estratégicas nacionalizadas, ha contribuido a una mejora de la economía nacional?

Franz Flores Castro (FFC). No se puede desconocer que durante el periodo de alza de los precios de las materias primas (2006-2013) las arcas del Estado boliviano han recibido una enorme cantidad de recursos económicos: si en 2005 el país recibía $us 673 millones de renta petrolera, esta subió a $us 4.292 millones en 2012; es decir, hubo un alza del 600% en solo seis años. Naturalmente que esta bonanza ha repercutido en el crecimiento de la economía, que, desde 2006, ha registrado tasas de crecimiento del PIB positivas, llegando en 2013 a crecer a un ritmo del 6.8%.

Sin embargo, desde hace dos años, los datos muestran preocupantes señales de deterioro: en 2016 el crecimiento de la economía solo llegó a 4.3%, debido fundamentalmente a la caída de las exportaciones de gas que bajaron en 6%. Esto se debe a que, como señala Georges Gray, Bolivia cambió de modelo económico pero no de patrón de desarrollo. Podemos ser neoliberales, nacionalistas o socialistas comunitarios, lo que fuere, pero eso es simple cáscara, maquillaje, puesto que, estructuralmente, seguimos siendo exportadores de materia prima. Que hayan aumentado las exportaciones de gas y minerales no significa que los actuales gobernantes del MAS razonen de manera distinta a los anteriores gobiernos. A su manera, tanto Aniceto Arce como Gonzalo Sánchez de Lozada y Evo Morales tienen similar pensamiento extractivista.

C. ¿Cuáles son, a su juicio, los problemas económicos más importantes que debe afrontar el Gobierno el próximo año?

FFC. En el corto plazo, el Gobierno debe encarar políticas en los siguientes aspectos: a) Enfrentar el grave déficit fiscal, que según la Fundación Milenio alcanzó al 6.6% para 2016; b) Tratar de frenar el deterioro de la competitividad exportadora debido al mantenimiento de una tasa de cambio de la moneda nacional que fomenta las importaciones y castiga las exportaciones; y c) Dejar de expandir el gasto público en base a préstamos del Banco Central de Bolivia [BCB] que está generando una pérdida de las reservas internacionales del país.

Empero, soy pesimista, la popularidad del Gobierno está basada, justamente, en una ampliación, a menudo discrecional e irresponsable, del gasto público; peor aún si desde el pasado sábado hemos ingresado a un anticipado proceso electoral.

C. La dependencia del precio internacional del petróleo y la desaceleración de la economía van de la mano. ¿El país, económicamente hablando, se maneja en piloto automático? ¿Ve que el Gobierno esté fijando políticas tendientes a amortiguar el golpe que se avecina con más reducción de reservas netas internacionales y de los ingresos por el gas?

FFC. La reducción de las Reservas Netas Internacionales (RNI) es un asunto preocupante. Entre 2013 y 2016 las RNI han bajado en $us 5.000 millones, lo que quiere decir que ahora se tiene un nivel de reservas igual al del año 2010, que llegaba a los $us 9.730 millones.

La causa es muy simple: como el Gobierno ha dejado de recibir recursos de las exportaciones, y se ha empeñado en no bajar el ritmo de expansión del gasto público, lo que hace es utilizar préstamos del BCB para financiar ese gasto, lo que repercute en la baja de las reservas. El gobierno del MAS, en vez de enfrentar la crisis y establecer medidas más sensatas de política económica reduciendo los gastos superfluos, mejorando la eficiencia administrativa y controlando la corrupción, lo que hace es gastarse los recursos acumulados en el periodo del alza de precios de las materias primas.

C. ¿Los minerales van a volver a ser la tabla de salvación de Bolivia, como en el pasado? ¿Seguimos apostando a los recursos no renovables o advierte un cambio de la matriz productiva en el mediano o largo plazo?

FFC. Existen algunas señales de un cambio en la matriz productiva, empero insuficientes. Hay la voluntad de tratar de industrializar los recursos del gas, dotarles de valor agregado, pero estos intentos se los ha hecho con un fuerte sesgo político y electoral y en medio de fuertes críticas a los procesos de contratación de las empresas encargadas de hacer las fábricas y a sus indicadores de factibilidad.

Tenemos una panta de Bulo Bulo que aparentemente no tiene los medios de transporte para que sus productos lleguen a mercados externos; una fábrica de azúcar en La Paz que no tiene materia prima; en Chuquisaca existe una planta de envases de vidrio que todavía no despega, y tenemos en puertas el anuncio de varias fábricas de cemento que no sabemos si podrán insertarse con éxito en un mercado que se ha hecho altamente competitivo.

Empero, esto no cambia el patrón de desarrollo puesto que, de todas maneras, estas fábricas no generan grandes cambios en la demanda de mano de obra ni estructuran eslabonamientos positivos con las pequeñas y medianas empresas, que son las que absorben la mayor parte de la mano de obra.

C. El mundo avanza con gran dinamismo y el país da la sensación de que no puede subirse al tren del progreso. ¿Por dónde pasa el desarrollo en naciones como Bolivia? Teniendo particularidades culturales tan marcadas, ¿es lógico o racional fijarse los mismos objetivos que el resto del planeta?

FFC. El desarrollo, a mi juicio, pasa por tres aspectos: a) La articulación entre la creación de nuevas fábricas impulsadas por el Estado y la creación de conocimiento propio. Es cierto que se hacen esfuerzos por construir fábricas, empero esto no ha ido acompañado de la generación de conocimiento propio; tenemos fábricas de vidrio, de urea y amoniaco, y grandes teleféricos, pero ¿cuántos especialistas tenemos en ese rubro?, ¿cuántas de esas fábricas son manejadas por profesionales nacionales?; b) Hace falta una articulación entre el sector popular de la economía y el sector exportador, es decir entre su sector económico más creativo y el sector más dinámico de la economía, a partir de adecuadas políticas públicas; y c) Se debe identificar aquellos aspectos en las cadenas productivas que impiden, limitan o bloquean el crecimiento del pequeño y mediano productor.

Muchos de estos factores tienen que ver con excesivas cargas tributarias, falta de identificación de mercados y acceso a crédito y, sobre todo, con información.

C. La disminución de los índices de pobreza es uno de los puntos positivos del Gobierno, pero estamos lejos de acabar con ella. ¿Cómo se ataca este problema con el paulatino retiro de las ONG del país?

FFC. Durante los últimos años ha habido un descenso de los niveles de pobreza en el país; baste señalar que entre 2005 y 2008 la pobreza extrema ha disminuido en un 7%. Con todo, conviene ver que detrás de estos indicadores está un proceso de redistribución de los ingresos a partir del establecimiento de subvenciones estatales, lo que siempre abre la interrogante sobre su sostenibilidad.

El Gobierno, lamentablemente, cree que el asunto de la pobreza es solo un tema de recursos económicos cuando, siguiendo a Amartya Sen, hay que pensar que también tiene que ver con un aumento de las capacidades en información, educación y profesionalización, donde se ha avanzado muy poco.

 

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