Chuquisaca, la segunda más vulnerable a la inseguridad alimentaria
Un estudio del Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de Sucre y la Fundación Alternativas revela un grado de vulnerabilidad del 62%. El promedio nacional es de 30%. Además, de los 29 municipios de Chuquisaca, solo...
Un estudio del Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de Sucre y la Fundación Alternativas revela un grado de vulnerabilidad del 62%. El promedio nacional es de 30%. Además, de los 29 municipios de Chuquisaca, solo Sucre registra una vulnerabilidad baja
¿Corre Chuquisaca el riesgo de pasar hambre en el futuro? Por ahora, los números no son alentadores. Se trata del segundo departamento con la mayor vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria del país, con un grado que alcanza a un preocupante 62%. No es, para nada, un buen número, tomando en cuenta que el promedio nacional es 30%. Además, de los 29 municipios de Chuquisaca, solo Sucre registra una vulnerabilidad baja. Esa tampoco es una buena noticia.
El Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de Sucre y la Fundación Alternativas sacaron una radiografía a la actualidad en ese sentido y a Chuquisaca, de acuerdo con su estudio, no le queda otra que comenzar a trabajar de manera seria para revertir dichos números, si no quiere que en el futuro le falten alimentos o sus habitantes sufran de malnutrición.
Alta vulnerabilidad
Del total de los municipios de Chuquisaca, 18 presentan alta vulnerabilidad a la seguridad alimentaria. El resto, excepto Sucre, vulnerabilidad media. Y, pese a que la capital tiene una vulnerabilidad baja, su población tiene “grandes dificultades frente al acceso físico y la disponibilidad de alimentos”. Además, “los bajos ingresos económicos de muchas familias se constituyen en una barrera para la provisión de alimentos suficientes y nutritivos”, según el estudio de ambas organizaciones cuyo título es “Propuesta: Inversión para la articulación urbano-rural”.
“Si bien Sucre registra un nivel regular de inseguridad alimentaria, Chuquisaca tiene uno de los niveles más altos de inseguridad. Eso nos preocupa, porque significa que las personas no están pudiendo acceder a una alimentación saludable para vivir bien, en el día a día. Es esporádico poder contar con un alimento balanceado todo los días”, alerta la directora ejecutiva de la Fundación Alternativas, una organización sin fines de lucro, María Teresa Nogales, entrevistada por CAPITALES.
Mayor autonomía
Según la radiografía en cuestión, en Chuquisaca los “sistemas alimentarios se caracterizan por ser más autónomos que en otros departamentos”. Aún hay “comunidades rurales que abastecen de alimentos a los centros urbanos de manera directa”, algo que facilita el consumo de los productos locales.
Sin embargo, eso está cambiando. “La acelerada migración campo-ciudad, la falta de una planificación estratégica para mitigar esta transformación y el cambio en los hábitos alimenticios están modificando la forma en que los chuquisaqueños producen, venden y consumen alimentos”, dice el estudio.
Por eso mismo, el informe señala que, “entre los desafíos más destacados”, se encuentran los de “generar y garantizar sistemas alimentarios sostenibles, capaces de proporcionar a las personas, de forma equitativa, un acceso constante a alimentos saludables”. Y eso tiene que ver con “implementar nuevas estrategias para el ordenamiento territorial, delimitar las manchas urbanas y expandir la infraestructura de servicios básicos”, en el caso de las ciudades.
Baja productividad
En Chuquisaca, “la productividad de los pequeños agricultores suele ser baja y corre grandes riesgos por las variaciones climáticas, que generan fuertes pérdidas”, menciona el estudio.
El departamento destina 179.029 hectáreas de su superficie cultivable a la producción agrícola. Los cereales representan el 65% del total y sus principales cultivos son el maíz y el trigo. Les siguen los tubérculos, con el 16%, siendo la papa el más importante; y después las hortalizas y las verduras con el 9%. Los principales cultivos son: ají, maní, haba, arveja, frejol, zanahoria, tomate, pimentón, lechuga y acelga.
Las frutas, entretanto, representan el 3%. Sus principales cultivos: uva, durazno, chirimoya, naranja, limón, palta, guayaba y mango.
Además, Chuquisaca produce el 90% del ají del país. Por otro lado, el 70% de la producción nacional de amaranto se halla en los valles del departamento. Y otro dato más: el 39% del maní que produce el país se encuentra en Chuquisaca.
¿Qué es lo que preocupa? “La acelerada urbanización está vinculada a la migración de la población rural a las áreas urbanas. Al migrar, los productores se convierten en consumidores netos y se integran a una economía de mercado. A raíz de que su consumo de alimentos se monetiza, incrementa su vulnerabilidad alimentaria. En muchos casos, también existe el fenómeno de la doble residencia: cuando los habitantes residen entre las áreas urbanas y sus comunidades de origen. Esto puede generar desbalances en el abastecimiento de alimentos ya que los agricultores ya no producen de forma constante a lo largo del año”, según el estudio.
Transformación
En Chuquisaca, la pequeña y mediana empresa procesa chocolates, vinos, singanis, lácteos, derivados de amaranto, derivados de maní, ají en polvo, embutidos, artículos de panadería, miel, orégano y mermeladas, entre otros.
En los últimos diez años, los emprendimientos alimenticios privados y de naturaleza comunitaria asociativa lograron dinamizar la economía del departamento y, al mismo tiempo, contribuyeron a la seguridad alimentaria mediante la conservación de los alimentos y la generación de ingresos y empleo. Pero… “los emprendimientos alimentarios de iniciativa pública han tenido dificultades por la falta de materia prima, la sobredimensión de las fábricas o la distancia entre éstas y los mercados. Tal es el caso de la molinera de trigo de Redención Pampa”, observa el estudio.
La industria del chocolate es uno de los sectores más importantes, pero solo representa el 2% del PIB del departamento, con un aporte cercano a los Bs 40 millones en producción bruta. El sector emplea a unas 4.500 personas, el 80% mujeres.
“El crecimiento demográfico previsto, especialmente en la ciudad de Sucre, requiere de un incremento paralelo de la capacidad de procesamiento de productos agrícolas”, reclama el informe.
Comercialización
“Chuquisaca tiene pocos caminos en comparación con otros departamentos y debe competir con regiones más consolidadas como Santa Cruz y La Paz para transportar alimentos al resto del país”, según el estudio. Aun así, vende sus productos en los mercados nacional e internacional. El 70% de la oferta boliviana de ají (9.119 toneladas), por ejemplo, sale de Chuquisaca. En el caso de la miel, 390 de las 899 toneladas que produce Bolivia. Y de las 729 toneladas de amaranto que demanda el país, 350 las provee este departamento.
¿Cuál es el reto? “...poder organizarse para comercializar productos a mayor escala. De ahí que los gobiernos municipales y departamentales tienen un papel clave en la formulación y aplicación de políticas de apoyo a la comercialización de alimentos”, dice el informe.
¿Qué pasa con la comercialización en el departamento? “Chuquisaca es el tercer departamento con menos caminos por habitante, lo que dificulta una conexión fluida entre comunidades productoras y consumidoras. En muchos casos, las comunidades están mejor conectadas con otros departamentos que entre sí. Camargo, por ejemplo, tiene mejor conexión caminera con Tarija, y las comunidades del Chaco chuquisaqueño se comunican más fácilmente con Santa Cruz. Esto significa que muchos alimentos producidos en esos municipios no tienen como mercado principal a Sucre”.
La falta de planificación estratégica en el proceso de urbanización, según el informe, provocó que los dos mercados principales de Sucre hayan terminado concentrando todas las actividades comerciales.
“En los barrios menos abastecidos, la ausencia de espacios de comercialización puede deberse a una limitada planificación/inversión municipal, a la costumbre de los vecinos de comprar alimentos en otros mercados o a la imposibilidad de establecer nuevos mercados por la alta demanda de espacios urbanos”, señala el estudio. Eso también está limitando el acceso a los alimentos.
Consumo y Desecho
En Sucre hay una oferta casi constante de frutas, verduras, carnes, tubérculos y cereales. Sin embargo, el “acceso” a esos alimentos “está supeditado directamente al ingreso”. La producción familiar urbana de hortalizas y verduras —todavía pequeña—, en la que participan 680 productores desde hace cinco años, está generando que el 25% del total comience a destinarse al autoconsumo y el restante a la comercialización. Esas familias no solo generan ingresos —entre 7.900 y 8.500 bolivianos por año—, sino que producen sus propios alimentos. Al menos, una parte de ellos.
En el caso de los desechos, es el componente “más descuidado”. “Existe la necesidad de establecer programas de reciclaje o manejo adecuado de residuos orgánicos, pero las posibilidades institucionales para realizarlas son limitadas”, apunta el informe.
¿Qué hacemos?
“Propuesta: Inversión para la articulación urbano-rural”, el documento del Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de Sucre y la Fundación Alternativas, “es el resultado de un año de trabajo, y plantea un conjunto de estrategias para generar un sistema alimentario resiliente y soberano, que cuente con la participación activa de los y las chuquisaqueñas”, de acuerdo con su presentación.
Fue elaborado con la participación de actores públicos y privados y tiene que ver con seis ejes estratégicos: Producción; transformación; comercialización fuera del departamento; comercialización dentro del departamento; consumo; y desecho. Establece, entre otros aspectos, una serie de tareas y alianzas para cambiar la situación de Chuquisaca.
Pero, ¿qué se necesita para comenzar a generar los cambios?
Según la coordinadora del Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de Sucre por parte de Alternativas, Patricia Pereira, “lo primero es tomar conciencia de la situación en la que estamos. En la cuestión productiva, hay una pérdida grande del potencial de semillas que tenemos; si no empezamos a ver eso desde un punto de vista estratégico y articulado, lo vamos a ir perdiendo”.
Dice que “de lo que hablamos es de potenciar todas las capacidades del sector productivo, y eso pasa por la educación. Si la gente no está capacitada para producir, para conservar sus tierras, sus semillas, para producir con calidad, para alimentarse y vender los excedentes, vamos a tener serios problemas tanto en la provisión de los alimentos que llegan a las áreas urbanas como el mismo alimento que las familias necesitan para vivir. Y si a eso sumamos el cambio climático, la situación va ser mucho más difícil”.
Nogales agrega que “el cambio no va ser de la noche a la mañana. Yo creo que se tiene que trabajar en conjunto, tanto el sector público como los otros actores de la sociedad. La propuesta sugiere acciones para diferentes tipos de actores, incluidas las universidades, el sector privado, las organizaciones de la sociedad civil”.
Propuestas del Comité y la Fundación Alternativas
Producción
- Promover la producción alimentaria urbana, periurbana y rural a través del fortalecimiento de las capacidades productivas del departamento.
- Mejorar el sistema departamental de abastecimiento de semillas, considerando las características del departamento.
Transformación
- Establecer lineamientos para la transformación de alimentos, a partir de un trabajo articulado entre los sectores.
- Consolidar estrategias públicas de respaldo para transformadores de alimentos, considerando la dinámica de los sistemas alimentarios.
Comercialización
- Mejorar las condiciones de las vías, estimulando el flujo de los alimentos entre las áreas productoras y los mercados.
- Impulsar transporte seguro de alimentos.
- Implementar un sistema departamental de información de mercados, con el concurso de actores públicos y privados.
- Establecer circuitos de comercialización en el marco de la planificación y el ordenamiento territorial urbano.
Consumo
- Valorizar el Patrimonio Alimentario Regional y vincularlo a políticas y acciones de desarrollo local, seguridad alimentaria, turismo y gastronomía.
- Promover dietas saludables y nutritivas con diferentes grupos de la población.
- Garantizar la incorporación de productos saludables y de procedencia local en los subsidios alimentarios y programas de alimentación complementaria escolar.
Desecho
- Identificar nuevas zonas para la implementación de rellenos sanitarios con una visión a largo plazo, considerando los procesos de urbanización de los centros urbanos.