Puente Sucre, ¿destino turístico?
El puente colgante Antonio José de Sucre, más conocido como “Puente Arce”, está sobre el río Pilcomayo y es el límite departamental entre Chuquisaca y Potosí
El puente colgante Antonio José de Sucre, más conocido como “Puente Arce”, está sobre el río Pilcomayo y es el límite departamental entre Chuquisaca y Potosí. Pero lo que pocos imaginaban es que alguna vez pudiera constituirse en un destino turístico...
La impresionante obra de ingeniería no pasa desapercibida a los ojos de los viajeros. Es imposible dejar de reparar en el paisaje que circunda al puente, las aguas (turbias) del río Pilcomayo que se desparraman por una inmensa playa de arena, en cuya ribera se aprecian huertas con variedad de árboles frutales, plantaciones de maíz y otros productos agrícolas, así como la explotación de agregados.
Un poco de historia
El expresidente Aniceto Arce (1888-1892), miembro del partido conservador y uno de los principales empresarios mineros bolivianos de la época, fue el gestor de esta construcción considerada por los expertos como una magnífica obra de arquitectura e ingeniería.
Antonio Dubravcic, historiador y actual socio de la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre, explica a ECOS que la construcción del puente comenzó en la segunda mitad del siglo XIX, como parte de la política de integración vial que caracterizó el mandato de Aniceto Arce.
“Su fabricación comenzó en 1892, desconociéndose la fecha exacta de su inauguración y el autor de su prolijo diseño; sin embargo, por la cercanía con el palacio de La Glorieta y algunas similitudes con este edificio, es probable que haya sido creación del arquitecto Antonio Camponovo”, comenta.
Se atribuye su trazado a Julio Pinkas y su construcción a Julio Knaudt. Los ingenieros fueron Luis Soux y Doynet, por instrucción del presidente Arce. Algunos documentos refieren que el diseño y la construcción del puente ubicado en el límite entre Chuquisaca —municipio de Yotala— y Potosí —comuna de Betanzos— le corresponde a Toribio de Alcázar.
Se dice que es de estilo gótico, con arcos ojivales, almenas (fuerte militar moliente) y adarajes (rectángulos que se cruzan). Cuelga de cables de acero y está sostenido por dos pares de torres de estilo neogótico. Piedra, ladrillo, yeso, arena y tensores de metal son los materiales utilizados para su construcción.
“Es un puente colgante con un toque renacentista cuyos anclajes tienen la forma de inmensas torres coronadas por almenas inspiradas en las fortalezas medievales.
Fue recientemente restaurado y se puede acceder por ambas orillas del río”, describe Dubravcic, médico de profesión.
El Puente Sucre tiene 200 metros de largo.
Los propósitos
“Uno de los objetivos del gestor de su construcción, el expresidente de Bolivia Aniceto Arce (cuya mayor preocupación fue la vertebración del país), era contar con una ruta directa entre Sucre y Potosí, evitando cruzar el río Pilcomayo (en quechua, “Río de los pájaros”) en época de lluvias, pues era difícil y peligroso”, relata el historiador.
Otro propósito era que el puente sirviera de complemento a la vía férrea que se construía de Chile a La Paz.
Se consideraba a esta ruta como imprescindible para la economía boliviana, ya que por entonces Potosí vivía un nuevo auge minero.
Otros detalles
Desde los miradores se puede apreciar la impresionante playa y el verde paisaje que circunda el lugar. Según datos históricos, debido al vaivén del puente era una verdadera aventura cruzarlo; por allí pasaron desde carruajes tirados por caballos hasta motorizados de mediana capacidad. A veces, cuando los vehículos estaban muy cargados, las personas tenían que pasar caminando.
En una ocasión, en la década de los 50 del siglo pasado, la plataforma cedió al paso de un camión y desde entonces fue cerrado al tráfico vehicular.
El Puente Sucre estuvo vigente hasta los inicios de la década de los 80, periodo en el que fue sustituido por el Puente Méndez, de hormigón armado. Lo restauraron dos veces: una a fines de 1990 por el Plan de Rehabilitación de Áreas Históricas de Potosí y la Cooperación Española, y otra en 2009.
¿Destino turístico?
Los pobladores de la comunidad Puente Sucre, ubicada a unos pasos de la plataforma, se han fijado el objetivo de construir un hotel a orillas del río Pilcomayo y utilizar el comedor construido en la parte baja de las torres del lado chuquisaqueño, que se deteriora por la falta de uso.
Como en la carretera se detienen los vehículos de transporte público y particular para apreciar el puente, las mujeres y niñas de la comunidad suben hasta allí para ofrecer a los viajeros comida: choclo cocido, huminta, queso de vaca y cabra, leche y fruta de la temporada.
Uno de los comunarios y exejecutivo de la provincia Oropeza, Emiliano Escoja, informa a ECOS que la gente del lugar se dedica especialmente a la producción agrícola, a la crianza de ganado lechero y a la explotación de agregados (arena, grava, piedra). Su principal mercado es Sucre.
Solo hay una pequeña escuela en la comunidad, con diez alumnos que cursan hasta sexto de primaria y una maestra.
Los que estudian en cursos de la secundaria deben trasladarse a Viña Pampa, pueblo ubicado a unos siete kilómetros.
La escuela carece de un salón multifuncional, tinglado en la cancha deportiva, mobiliario, equipamiento y material escolar.
Tampoco cuenta con una cocina para el preparado de la merienda de los niños, ni con utensilios para la elaboración de los alimentos. “La infraestructura necesita una urgente refacción y ampliación”, comenta Martha Maldonado.
Por su lado, María Ossa dice: “Yo quisiera vender en el comedor comida y parrillada a los visitantes, para no estar subiendo hasta la carretera”.
Otro habitante del lugar, Ricardo Arancibia, indica que hicieron llegar al Alcalde de Yotala una solicitud para construir un hotel, en una antigua hacienda que pasó a manos de la comuna, y abrir un restorán en el puente.
La migración ocasionó el abandono de muchas tierras, por eso solo hay 25 familias afiliadas a la comunidad.
El desafío
El director de Infraestructura y Desarrollo de la Alcaldía de Betanzos, Ángel Calderón, asegura que no recibieron ninguna solicitud de parte de comunarios para darle alguna funcionalidad turística al puente; sin embargo, reconoció que sería interesante que los municipios colindantes trabajaran en un proyecto mancomunado para potenciar turísticamente este sector, con el fin de beneficiar a ambos departamentos.
La refuncionalización del Puente Sucre representaría un gran avance en las políticas de desarrollo turístico para Chuquisaca y Potosí, tomando en cuenta que estas dos regiones comparten un patrimonio arquitectónico de gran valor.
Las autoridades tienen la última palabra, en la búsqueda de acuerdos para explotar turísticamente el lugar y así generar recursos económicos para los habitantes de la zona.