¡Ojo al celular!
La tecnología representa una ventaja inimaginable para la vida hace 30 años, pero también es un arma de doble filo. La lectura exagerada en teléfonos inteligentes sí tiene efectos secundarios en la visión.
La tecnología representa una ventaja inimaginable para la vida hace 30 años, pero también es un arma de doble filo. La lectura exagerada en teléfonos inteligentes sí tiene efectos secundarios en la visión. Estudios demuestran que puede provocar resequedad ocular pediátrica y miopía. ¿Es este el precio que hay que pagar por estar conectados todo el día?
Actualmente, la tendencia mundial es hacerlo todo por celular, incluso leer. Cada vez es más raro encontrar una persona que no posee un teléfono móvil de características inteligentes, es decir, con acceso a Internet. Sin embargo, poca gente está informada acerca de los peligros reales que puede ocasionar a la vista el uso intensivo de esos aparatos.
El médico oftalmólogo Alfredo Guerra Torrico, subespecialista en Córnea y Cirugía Refractiva, que realizó su residencia y subespecialidad en Bucaramanga, Colombia, dice a ECOS que desde el punto de vista oftalmológico sí afecta a los ojos leer en celular, aún más que hacerlo en computadora.
Confirma que la lectura en dispositivos como teléfonos inteligentes tiene efectos secundarios en la visión cuando se realiza en exceso. Predispone a que el usuario acerque más el aparato electrónico a los ojos —algo que es más difícil en una computadora, ya sea de escritorio o portátil—, por lo tanto la vista tiende a cansarse mientras uno se acerque más la pantalla.
De acuerdo con el criterio de Guerra, esto se fundamenta en que mientras más se acerca un objeto a los ojos, más esfuerzo de enfoque se necesita hacer. No ocurre lo mismo si se coloca la pantalla a una distancia adecuada para la lectura, que es de 35 centímetros en promedio.
¿La pantalla daña la vista?
La luz LED de las pantallas de teléfonos móviles emite un bajo grado de radiación ultravioleta que, sin embargo, puede ser nociva para la visión.
Sin embargo, no existen ensayos clínicos serios que hayan confirmado un efecto perjudicial específico en el ojo como daño a nivel celular. No se debe olvidar que hoy en día existen altos estándares de calidad para la fabricación de equipos electrónicos y, si hubiera un efecto nocivo científicamente comprobado, se prohibiría su comercialización a nivel mundial, sostiene el especialista consultado por ECOS.
No obstante, existen una serie de síntomas que sí son provocados por el uso excesivo de dispositivos electrónicos, entre ellos el teléfono móvil, como ser: cansancio visual, dolor de cabeza, enrojecimiento y resequedad ocular, visión borrosa a distancia.
Cabe mencionar que el 'síndrome de visión de computadora' se presenta cuando una persona pasa más de cuatro horas frente al monitor, a una distancia menor de 30 centímetros y sin un ritmo adecuado de parpadeo, apunta el galeno.
¡Ojo con los niños!
“Existe un estudio de casos y controles, realizado en 2014 en Corea del Sur, que concluye contundentemente que el uso de los teléfonos inteligentes en niños provocó altos índices de resequedad ocular pediátrica. Los niños más afectados fueron los niños de más edad, en comparación con niños menores, por la cantidad de horas al día que pasaban con el celular, y también hubo mayor predisposición en niños de origen citadino en comparación con el origen rural”, detalla el oftalmólogo Guerra.
También hubo un rápido incremento de las tasas de miopía en algunas partes del mundo, como en el sudeste asiático, donde incide además significativamente la contaminación ambiental. La evidencia señala una mayor prevalencia de la miopía factores por causales tales como el incremento de actividades en la visión próxima (no solo de dispositivos electrónicos), el aumento de la presión educativa, disminución de la exposición a la luz solar al aire libre, cambios dietéticos (mayor ingesta de carbohidratos) y la baja iluminación en interiores se podrían asociar a una mayor prevalencia de miopía.
¿Filtros para los lentes?
“Existen una gama de tratamientos especiales y filtros para los lentes a medida para proteger al usuario de la luz de los dispositivos electrónicos que, según los laboratorios ópticos que los promocionan, eliminan el brillo, aumentan el contraste y favorecen el confort visual”, refiere el doctor Guerra.
Si bien estos tratamientos especiales pueden significar una ventaja, no se dispone de estudios científicos concluyentes que tengan un consenso en la comunidad oftalmológica y que representen una regla de oro a seguir en la salud ocular. “Hasta que no se estudien objetivamente estas ventajas, personalmente las considero un aspecto más comercial que de salud”, agrega el profesional.
Síndromes de ansiedad
El oculista menciona que el crecimiento exponencial del uso de teléfonos celulares en los últimos años es tal que una persona que no esté con un móvil a veces llega a sentirse “desnuda”. Por eso en los últimos tiempos se han descubierto síndromes de ansiedad asociados con la necesidad impulsiva de revisar el celular para chatear, jugar o interactuar en las redes sociales.
“El deber de nosotros, los oftalmólogos, no es prohibir el uso de este tipo de tecnologías sino orientar hacia un buen y saludable uso de las ventajas tecnológicas que tenemos hoy en día, siempre preservando nuestra salud visual”, aclara a continuación. •
Consejos para cuidar los ojos
Evitar en lo posible el uso de celulares en niños menores de diez años.
Limitar el uso recreativo en niños a un máximo de dos horas diarias.
La distancia de lectura no debe ser menor de 35 centímetros.
Configurar el brillo de la pantalla entre un 30 y 50% de intensidad.
Usar lentes a medida en caso de tener un defecto de refracción significativo (miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia).
Quienes trabajan todo el día con su celular deben hacer pausas de diez minutos cada dos horas fijando la mirada en el punto más lejano posible.
Se puede optimizar la hidratación ocular con lágrimas artificiales sin descongestionantes como la Nafazolina.
Procurar parpadear constantemente para hidratar los ojos.
Utilizar lentes de protección ultravioleta. También antirreflejantes y lentes con graduación.
Acudir a una revisión periódica con un especialista en salud visual.