Aporofobia, la palabra que indigna

El neologismo, incorporado al Diccionario de la RAE, designa el miedo o fobia a los pobres

Aporofobia, la palabra que indigna Aporofobia, la palabra que indigna

REDACCIÓN ECOS
Ecos / 07/01/2018 17:09

Si tener a una persona de bajos recursos frente a ti te provoca deseos de salir corriendo, tu reacción (además de ser moralmente cuestionable) puede definirse con un nuevo término, según la Real Academia Española (RAE). Lo que padeces, de acuerdo a la última edición digital de la RAE, es “aporofobia”, para Fundéu (Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y BBVA), la palabra del año 2017.

Del griego àπopoç (á-poros), sin recursos, indigente, pobre; y øópoç, (fobos), miedo, la nueva palabra acuñada por la filósofa española Adela Cortina en los años 90 define el temor o rechazo hacia los más desfavorecidos.

Había que ponerle un nombre a la indignante reacción de quienes no soportan la presencia de gente pobre. La filósofa Cortina, en 1995, en una columna denunciaba que, bajo muchas de las actitudes racistas y xenófobas que vemos cada día a nuestro alrededor, late una fobia distinta: a los pobres.

Una censurable repugnancia

Ella lo explica en su libro “Aporofobia, el rechazo al pobre” (Paidós, 2017): “no repugnan los orientales capaces de comprar equipos de fútbol o de traer lo que en algún tiempo se llamaban 'petrodólares', ni los futbolistas de cualquier etnia o raza, que cobran cantidades millonarias pero son decisivos a la hora de ganar competiciones”.

“Las puertas se cierran ante los refugiados políticos, ante los inmigrantes pobres, que no tienen que perder más que sus cadenas. (...) Las puertas de la conciencia se cierran ante los mendigos sin hogar, condenados mundialmente a la invisibilidad”, dice Cortina.

“El problema no es entonces de raza, de etnia ni tampoco de extranjería. El problema es de pobreza”, concluye la escritora. •

3.345 modificaciones en la RAE

Aporofobia es una de las 3.345 modificaciones entre nuevos artículos, acepciones, matizaciones en sus definiciones y supresiones de vocablos que la RAE presentó para 2017. Además de incorporar vocablos, la institución modificó definiciones que se habían quedado obsoletas, sobre todo las relativas a los oficios, a los que solo describían en masculino. Por ejemplo ahora, cuando busques la palabra “jueza” o “embajadora”, ya no leerás “esposa de juez” o “esposa de embajador”, sino la definición que le corresponde.

Te contamos qué otras palabras sorprendentes incorporó esta institución que fomenta la unidad idiomática en el mundo hispanohablante:

Bocas: Es lo mismo que bocazas, una “persona que habla más de lo que aconseja la discreción”.

Chusmear: Este es un verbo que se usa coloquialmente en Argentina, Paraguay y Uruguay. La RAE le da tres acepciones, aunque la primera y la tercera son bastante similares. 1. “Hablar con indiscreción o malicia de alguien o de sus asuntos”. 2. “Husmear, figar, curiosear”. 3. “Contar algo con indiscreción o malicia”.

Cracker: En inglés, esta palabra tiene múltiples significados. Es una galleta salada, un cilindro de papel decorado que cuando se hala por los extremos produce un sonido como un disparo y revela un juguete pequeño en su interior, y un adjetivo para describir a una persona atractiva. La RAE se quedó, en cambio, con otra de sus acepciones: informalmente, “pirata informático”.

Cupular: Aquí también hay que tener cuidado y no confundir con copular. El término se refiere a lo “perteneciente o relativo a la cúpula”. En arquitectura, “con forma de cúpula”.

Diagramador/ra: Esta palabra sorprende sencillamente porque como la profesión existe desde hace rato, uno hubiese esperado que la palabra también, pero no. “Persona que se dedica a la diagramación”.

Especismo: No se refiere a cuán espeso puede ser un líquido, sino a la “creencia según la cual el ser humano es superior al resto de los animales, y por ello puede utilizarlos en beneficio propio”.

Nota: Aunque obviamente la palabra no es nueva, sí lo es la acepción 20: “Persona a la que le gusta llamar la atención o que tiene un comportamiento inconveniente”.

Pinqui: “Prenda femenina que cubre la planta, el talón y los dedos del pie, y que se pone para proteger este del calzado”. Si eres hombre, es probable que ni siquiera te hayas enterado de la existencia de este minicalcetín, pero para las mujeres de pies delicados son una maravilla.

Posverdad: “Distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales”.

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