Nuevo manual para mantener el patrimonio histórico
Ahora ya no habrá pretextos para dejar de preservar y revitalizar de manera científica y correcta el frágil pero, al mismo tiempo, valioso patrimonio histórico de la capital del país.
Ahora ya no habrá pretextos para dejar de preservar y revitalizar de manera científica y correcta el frágil pero, al mismo tiempo, valioso patrimonio histórico de la capital del país. El “Manual para el Mantenimiento del Centro Histórico de Sucre”, presentado el 22 de junio en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB), es una herramienta práctica y didáctica que hoy está al alcance de los propietarios de casas.
Conservar y revalorizar la riqueza patrimonial permite que la sociedad recupere valores históricos y culturales, promoviendo el uso inteligente del patrimonio edificado como recurso no renovable que contribuye a la economía de la región a través del turismo.
Manual
El autor del nuevo manual es un voluntario de la organización no gubernamental (ONG) CUSO Internacional Bolivia, con sede en La Paz, el restaurador cubano Boris Luis Martín Lozano.
Martín adelanta a ECOS que el compendio es muy didáctico y está diseñado para localizar fácilmente un tema.
Además, se trata de un material de consulta novedoso, para que las personas vean por qué es importante proteger el patrimonio y qué beneficios obtendrán aplicando sus sugerencias.
También posee una serie de tablas con recomendaciones de en qué momento realizar un mantenimiento, qué materiales se necesita y cómo hacerlo.
Manual con cinco capítulos
El primero de los cinco capítulos del libro, “Limpieza y mantenimiento preventivo”, describe el cuidado de jardines, patios, pisos, paredes, muros, techos y entrepisos. También se ocupa de la carpintería de puertas y ventanas; herrería; tejados, canales y bajantes pluviales; de balcones y escaleras, entre otros temas.
El segundo capítulo, “Sucre, un patrimonio construido con tierra”, explica, por ejemplo, la variedad y diversidad de las técnicas constructivas con tierra; el muro de adobe, de tapia o tapial; el muro de mampuesto; evolución y tendencias de la arquitectura con tierra y otros.
El tercero, “Revoques y enlucidos a base de cal”, aborda temas como el relevamiento de los deterioros; deterioros en mortero de cemento; naturaleza de la cal; o propiedades de los revoques con cal.
El cuarto capítulo, “Mantenimiento de techos y cubiertas”, define qué son las cubiertas, se refiere a las maderas utilizadas para la construcción de armaduras, y también a los insectos y hongos que atacan a la madera, entre otros temas como, por ejemplo, el mantenimiento y la restauración de armaduras de par y nudillos.
El último capítulo, “Diseño arquitectónico sismo resistente”, brinda las generalidades de los sismos, la teoría de la arquitectura sismo resistente, la topografía del centro histórico de Sucre. También responde a cómo evitar los errores comunes en la arquitectura para zonas sísmicas.
Al final de cada capítulo hay un pequeño vocabulario y una autoevaluación, para que los lectores puedan reforzar los contenidos que se desarrollan en cada parte.
Patrimonio arquitectónico
“El patrimonio arquitectónico es una construcción física ejecutada por nuestros antepasados y a la que nosotros mismos consideramos importante para definir nuestra identidad, nuestra vida, tanto en lo individual como en lo colectivo”, explica el restaurador Boris Martín.
Por eso destaca la importancia de conservar esos bienes heredados o creados, tanto en la vida personal como dentro de la comunidad.
El patrimonio arquitectónico es parte del patrimonio cultural, considerado como lo más significativo de la creación humana que el tiempo permitió que adquiera una relevancia significativa. Está compuesto por los inmuebles, monumentos, plazas, zonas urbanas históricas y mucho más, agrega Martín.
Conservación
Son responsables de la preservación del patrimonio arquitectónico todos los propietarios, inquilinos y usuarios del centro histórico que interactúan directamente con él, dice Martín.
También son responsables las instituciones culturales, educativas, políticas y administrativas que orientan y educan con su trabajo a la sociedad.
“Y son los gobiernos municipales los que deben involucrarse en esta tarea, apoyando a los ciudadanos e instituciones que tienen interés genuino de conservar nuestra cultura a través de las edificaciones históricas”, sostiene el experto.
Para ello, les recomienda programar actividades educativas y de sensibilidad patrimonial, ayudar en la conservación y mantenimiento de monumentos históricos y áreas públicas dentro del centro histórico.
Sucre, patrimonio
Sucre fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como “Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad” el 13 de diciembre de 1991 por sus valores histórico-culturales y el mantenimiento de su estilo arquitectónico urbano, que son únicos en el planeta.
El centro histórico es un conjunto de edificaciones estéticas antiguas que comprende desde La Recoleta —en la zona de Santa Ana— hasta la exestación de trenes Aniceto Arce, y desde el Cementerio General hasta la zona del Reloj —en el barrio Obrero—. Lo que pocos saben es que este significativo centro histórico apenas constituye el 4% de la mancha urbana de Sucre. Esta, como en toda ciudad, crece de forma constante, a veces descontrolada, por la incidencia de los fenómenos sociales y económicos emergentes urbanos.
Por eso es importante que los habitantes que viven y trabajan en la ciudad cuiden y preserven su lugar, promocionándolo y revitalizándolo, utilizando todas las ciencias y herramientas posibles.
Apuesta municipal
La Dirección de la Unidad Mixta Municipal de Patrimonio Histórico apuesta por el nuevo Manual para el Mantenimiento del Centro Histórico de Sucre, cuya elaboración fue encargada a la ONG CUSO Internacional Bolivia a través de un convenio firmado con el Gobierno Autónomo Municipal de Sucre.
CUSO Internacional Bolivia trabaja con voluntarios canadienses y latinoamericanos en temas relacionados con la educación, género y juventudes.
Sin duda alguna, este libro debería coadyuvar al cuidado y la conservación de las viviendas. Además, contribuir a la seguridad de los propietarios y transeúntes y aminorar las afectaciones en las edificaciones patrimoniales. •