Una escuela para hijos de mineros

Los niños pasan clases como cualquier otro día. Y de pronto, alguien da la voz de alarma: “¡Incendio!, ¡incendio!”. Así, de golpe, se rompe con la rutina educativa matinal.

Una escuela para hijos de mineros

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Una escuela para hijos de mineros


    Evelyn Campos López ECOS
    Ecos / 29/10/2018 01:30

     

    Los niños pasan clases como cualquier otro día. Y de pronto, alguien da la voz de alarma: “¡Incendio!, ¡incendio!”. Así, de golpe, se rompe con la rutina educativa matinal.

    Este episodio ocurre en un espacio anexo a la unidad educativa 31 de Octubre “B”, en un depósito de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL) donde hay documentación del personal, además de mercadería consistente en frazadas, alimentos enlatados y otros.

    Los causantes del incendio son unos niños y niñas de séptimo y octavo curso que, por cometer una travesura, no miden las consecuencias de sus actos y alarman a toda la población potosina.

    Ellos se “chachan” (escapan, faltan a clases) para jugar con el Álgebra de Baldor e Hypatía (filósofa y matemática que, según cuenta la historia, podía entablar contacto con espíritus), detrás del colegio.

    De un momento a otro, el recinto educativo se ve invadido por la prensa, los bomberos y padres de familia, que buscan desesperadamente a sus hijos. Mientras tanto, los demás estudiantes pasan clases en sus aulas sin percatarse del gran barullo de afuera.

    Todo esto ocurrió hace 21 años, en 1997, pero está fresco en la memoria de este establecimiento educativo. Y la historia reescribe, de forma oral, de persona a otra...

    Por los hijos de los mineros

    La unidad educativa 31 de Octubre “B” está de aniversario. El miércoles cumplirá 80 años formando a generaciones de alumnos que aportan al país de manera productiva.

    Se diferencia del resto de los establecimientos porque fue fundada en la Casa Gerencial del magnate del estaño Maurice Hochschild, ubicada en la zona de La Chaca, camino a Tarapaya, comenta a ECOS la actual directora, Zhenia Salinas.

    Fue ahí donde Armando Alba Zambrana, Ramón Fuentes Bonifaz, Estanislao la Madrid, Jesús Cristóbal Córdova y Francisco Peña Ugarte, apoyados por Luis Flores Cadena, Felipe Barrenechea y Alicia Léniz de Velásquez, fundaron una escuela para favorecer a los hijos de los mineros.

    Por la Resolución Administrativa del 17 de enero de 1938, estuvo bajo la regencia de la Compañía Minera Unificada del Cerro Rico de Potosí. Su primer nombre fue “Escuela Mixta Suburbana Velarde”, por encontrarse en los predios del antiguo ingenio Velarde, donde se concentraba y procesaba el mineral.

    La unidad educativa 31 de Octubre “B” está ubicada en la avenida Antofagasta, entre las calles San Alberto y Sevilla; en la zona Ferroviaria, perteneciente a la Junta Distrital 6 de Potosí.

    Estudiantes privilegiados

    En junio de 1952, durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro, la escuela pasó a depender de la COMIBOL.

    Al año siguiente, cuando se celebraban las fiestas patrias, tomó el nombre de “31 de Octubre”, en homenaje a la firma de la nacionalización de las minas, con el funcionamiento de los ciclos pre-básico y básico.

    Posteriormente, en 1959, la COMIBOL, mediante la Empresa Minera Unificada del Cerro de Potosí, entregó una nueva construcción al Sindicato de Empleados Metalúrgicos de Potosí, con el denominativo de “Escuela Mixta 31 de Octubre”.

    Su funcionamiento estuvo bajo la conducción del primer director, Ramón Fuentes Bonifaz, y la planta docente de fundadores. A partir de 1971 se amplió el ciclo intermedio.

    Según Salinas, la COMIBOL administró este establecimiento durante 33 años, tiempo en el cual solo podían inscribirse los hijos de los trabajadores mineros. Los alumnos se consideraban privilegiados, por contar con material escolar importado desde Argentina y recibir un desayuno escolar como ningún otro de esa época: un suculento vaso de leche, pan de pulpería especial tamaño extra grande y un pedazo de queso.

    También tenían un internado que era administrado por religiosas. Allí, los alumnos gozaban de vacaciones invernales y finales con todo pagado: ropa, transporte, alimentación y viáticos.

    Pero, en 1985, un convenio interministerial ordenó que todos los establecimientos educativos pertenecientes a la COMIBOL pasen a manos del Ministerio de Educación y Cultura. Por lo tanto, desde marzo de 1987 depende de la educación fiscal bajo el denominativo de “Unidad Educativa 31 de Octubre B” y la administración de la Dirección Distrital y Departamental de Potosí.

    Alumnos notables

    El actual plantel docente de esta unidad educativa se siente orgulloso porque en sus aulas se formaron hombres y mujeres notables o destacados de nuestro país.

    Por ejemplo, el artista plástico Roberto Mamani Mamani; el gobernador de Potosí, Juan Carlos Cejas, y el alcalde del municipio de Potosí, Williams Cervantes, entre otros.

    Patrimonio de la minería

    “La unidad educativa 31 de Octubre B es un legado de la minería nacional, por tanto urge conservar su infraestructura de acuerdo con el plano original, declarándolo como Patrimonio de la Minería Nacional, así se evitará las construcciones improvisadas que no combinan con el diseño arquitectónico inicial”, expresa Salinas a ECOS.

    Asimismo, dice que toda la comunidad educativa pide de manera clamorosa a las autoridades potosinas intervenir con la restauración del edificio educativo.

    En conmemoración de su 80 aniversario, se preparó un conversatorio con el tema la recuperación de la historia de este colegio. El propósito es la preservación de su infraestructura, pues quedan pocas de su tipo.

    Esta actividad es apoyada por el Archivo Histórico de la Minería Nacional de la COMIBOL, Regional Potosí.

    La unidad educativa 31 de Octubre B, hoy

    • Funciona en el turno de la mañana. Cuenta con 20 aulas amplias y un salón de actos.

    • Tiene un patio acorde a las normas de construcción reglamentaria, para la recreación de los estudiantes y las clases de educación física.

    • Aún conserva el espacio destinado para el comedor, donde los hijos de los mineros compartían el desayuno escolar.

    • Tiene una biblioteca con una colección de libros de diferentes épocas y material didáctico que requiere ser restaurado.

    • Se implementó un gabinete con 33 computadoras, gracias a padres de familia, dirección y el personal docente del nivel primario.

    • Se logró recuperar un área verde del recinto educativo, con un hermoso jardín y mesas de ajedrez, para la recreación y formación de los estudiantes.

    La COMIBOL administró este establecimiento durante 33 años, tiempo en el cual solo podían inscribirse los hijos de los trabajadores mineros. Los alumnos se consideraban privilegiados, por contar con material escolar importado desde Argentina y recibir un desayuno escolar como ningún otro de esa época: un suculento vaso de leche, pan de pulpería especial tamaño extra grande y un pedazo de queso.

     

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