Escolares y colegiales le ponen fuerza y entusiasmo a la entrada folclórica
Hubo una diversidad de música, canto y danza proveniente del Departamento y del país que gustó y emocionó a los espectadores
¡Qué fuerza! ¡Qué entusiasmo! La primera jornada de la entrada folclórica de la Virgen de Guadalupe fue un derroche de alegría. Pareció que las cinco horas de baile en promedio que empleó cada agrupación no cansaron a los danzarines, porque en la plaza 25 de Mayo zapatearon, aplaudieron y cantaron con tantas ganas que se desvivían de la emoción.
Fue una jornada que inició a las 13:00, con la partida de la imagen de la Virgen de Guadalupe acompañada por las “Gualalas” y el Ballet Municipal, en medio de poca presencia de público. El arribo al frontis de la Catedral fue dos horas y 45 minutos después.
A partir de este primer ingreso los tiempos de recorrido de las agrupaciones folclóricas se alargaron hasta marcar un tiempo promedio de cuatro a cinco horas, como también la presencia del público, que hasta las 17:30 ya había colmado casi todos los espacios del recorrido.
Fue la fe, pero también el sentido de pertenencia a una cultura los elementos que motivaron a escolares y colegiales, en su mayoría, a darse íntegros para demostrar no sólo su devoción a la Mamita Gualala, sino también su riqueza folclórica.
Y fue en este contexto de la variedad de danzas y músicas, de instrumentos, conjuntos, bandas y amplificaciones que el público gozó de un espectáculo auténtico.
Auténtico porque la Navidad de Serrano, el zapateo de Sopachuy, la Micha Navidad de Zudáñez, los mineritos, la saya afroboliviana, los calcheños, la chacarera y la cueca, entre otras tantas danzas bolivianas, fueron presentadas manteniendo su esencia.
En ese abanico de colores y sonidos, los niños y jóvenes irradiaron y contagiaron toda la alegría al público, que pese a las largas horas de permanecer sentados en sus puestos, no retacearon su apoyo con los aplausos.
Sin embargo, este entusiasmo que no sólo irradiaron escolares y colegiales sino también universitarios, padres y madres de familia, no fue acompañado por las autoridades. El palco se mantuvo vacío hasta las 18:45, hora en que llegó el presidente del Concejo Municipal de Sucre, Santiago Vargas; después lo hizo la diputada Lourdes Millares.
El incesante viento frío de la tarde y noche no hizo escapar a los espectadores, pero sí lo logró la oscuridad de la calle Aniceto Arce en la cuadra entre la avenida Hernando Siles y la calle Ravelo. La iluminación no funcionó y menos los reflectores que se instalaron. Esta falla se evidenció desde que cayó la tarde.
Al margen se evidenciaron otras faltas menores como el encendido a destiempo de los reflectores del palco oficial, que hasta las 18:43 era el lugar más oscuro de la plaza. A este observación también se suma de manera general la baja calidad de iluminación en la plaza; pese a haberse instalado algunos reflectores hubo lugares con baja luminosidad como el frontis de la Gobernación de Chuquisaca.
Finalmente, es de destacar la adhesión militante de los residentes de diferentes partes del Departamento y del país, que al enterarse de la participación de grupos llegados desde sus tierras no dudaron en unirse a los mismos para hacer una representación mucho más fuerte y notoria.
APUNTES
- La imagen de la Virgen de Guadalupe fue la primera en ingresar escoltada por las “Gualalas” y el ballet Municipal; el arzobispo de Sucre, monseñor Jesús Juárez se unió a la misma a la altura de la Casa de la Libertad.
- El encendido de petardos continúa siendo un peligro. Hubo tiros que salieron con defectos, que por fortuna no causaron daños.
- En dos cuadras de la calle Aniceto Arce se colocaron postes para sostener sogas, con la finalidad de evitar invasiones del público a la calzada.
- A la hora de iniciar la entrada folclórica, los puestos de información del SEDES y los baños estaban debidamente instalados.
- Hasta casi entrada la noche, se generó desorden en el altar provisional de la Virgen de Guadalupe porque los bailarines y sus acompañantes se arremolinaron en ese lugar.
- Fue notoria y en momentos hasta predominante la presencia de quenas, bombos, tambores y sicuris, además de zapateos, aplausos y cantos.
- Los residentes en Sucre reforzaron a los grupos de sus pueblos.
- Hubo algunos baches, pero luego se normalizó en el centro.