El anuncio hecho por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre su decisión de dar a conocer el lunes 1 de octubre su veredicto sobre la causa interpuesta por Bolivia para lograr que Chile se avenga a dialogar con Bolivia de buena fe para atender nuestra demanda de recuperar un acceso soberano al Océano Pacífico, ha vuelto a poner el tema en el primer lugar de la agenda informativa nacional.
Como era de esperar, quien más ágilmente reaccionó ante tal anuncio fue el Presidente Evo Morales quien, además de expresar su sorpresa por lo pronto que llegará tan importante fallo, decidió dedicar al asunto toda su atención durante las próximas dos semanas.
El primer paso dado en ese sentido ha sido la convocatoria a exjefes de Estado y excancilleres del país para que acudan a una reunión en la que se analizará la estrategia que nuestro país adoptará a partir del 1 de octubre. Llamado al que las personalidades convocadas se han mostrado dispuestas a asistir con su mejor buena disposición.
Es muy alentador que así sea pues, si hay algo que nos une a los bolivianos muy por encima de nuestras eventuales discrepancias sobre cualquier otro asunto, es sin duda la causa marítima.
Lamentablemente, esta que podría ser una extraordinaria oportunidad para reforzar nuestras coincidencias y atenuar nuestras desavenencias, resulta opacada por la marcada tendencia hacia una creciente polarización del ambiente político nacional.
Hasta hace poco, tal como lo destacamos en más de una ocasión en este espacio editorial, el Primer Mandatario supo ponerse a la altura del desafío histórico y honró su compromiso de no utilizar este proceso con fines de política interna. Como contrapartida, los ex mandatarios y ex cancilleres obraron de igual manera. E incluso los principales líderes de la oposición tuvieron la hidalguía de pasar por encima de sus desacuerdos con las fuerzas gubernamentales para dar su apoyo a la estrategia gubernamental.
Sin embargo, a medida que se acerca la hora de las definiciones, proliferan entre algunas importantes autoridades y parlamentarios una actitud diferente. Se oyen cada vez con mayor frecuencia expresiones cargadas de excesiva frivolidad. Lo que a su vez da pie a que en las filas de la oposición también se antepongan los cálculos proselitistas a la hora de tomar una posición sobre el tema.
Por eso, ahora que se acerca el día decisivo, urge más que nunca exhortar a los actores del sistema político, tanto del oficialismo como de la oposición, que se abstengan de utilizar este tema como bandera de campañas proselitistas.
Ahora que se acerca el día decisivo, urge más que nunca exhortar a los actores del sistema político, tanto del oficialismo como de la oposición, que se abstengan de utilizar el tema marítimo como bandera de campañas proselitistas