21 de febrero del 2016 Referéndum Constitucional, un día que pasará efectivamente a la historia, y obviamente como alguien sabiamente dijo alguna vez, debemos conocer la historia, para aprender de ella y no volver a cometer el mismo error; sin embargo de aquello, seguro estoy que el día de hoy, el discurso que escucharemos en todos los rincones de nuestro territorio, será el mismo de que Evo no respetó el voto del pueblo y que debería ser democrático y respetar lo que se le dijo a través del voto, que el voto del pueblo se respeta y un sin número de frases similares, pero creo que como se ha desarrollado todo este tema, a mí, en este momento, realmente me preocupa más que el pasado, lo que se viene a futuro y el rol que jugarán, ya no únicamente los ciudadanos, sino las instancias que están llamadas para hacer efectivamente respetar ese voto ciudadano.
Es decir, en base a ese pasado en el cual Evo Morales hizo de la vista gorda con todo el voto ciudadano, nos hemos podido dar cuenta de lo que son capaces los azules y todo el aparato estatal que manejan; vale decir, toda instancia judicial y administrativa que estuvo en su momento llamada por ley para hacer valer ese voto y no permitir la re postulación de este ciudadano, que claramente le encanta gobernar como le da la gana.
Por todo aquello, deseo plantear una mirada al futuro, con un caso hipotético, pero posible, tomando en cuenta este pasado de irrespeto total al sistema democrático boliviano; no quiero asustar a nadie, pero me pregunto ¿qué ocurriría si en las próximas elecciones de fin de año, pierde Evo y su equipo?; es decir, el pueblo claramente está cansado de este abuso y hay una posibilidad real y tangible que Morales Ayma, después de las elecciones de fin de año, ya no pueda ocupar la silla presidencial. Y pues, en base a ese escenario hipotético, y en base a lo ocurrido antes, donde no se quiso respetar el voto, ¿qué nos asegura que perdiendo Evo las elecciones presidenciales, termine dejando el poder?; y lo que es peor, y que hemos podido verlo en estas últimas semanas en otro país; y al no respetar el perdedor ese resultado de fin de año, ¿qué instancia interna o externa podrá hacer valer ese resultado hipotético?.
Con todas esas preguntas y con la experiencia a cuestas, así como la constitución y leyes bolivianas, la siguiente interrogante será ¿las FF.AA. cumplirán su labor de precautelar el orden democrático, respetando lo que la Constitución Política les manda?, o ¿seguirán demostrando que sus voces están subordinadas a un jefe y no a la constitución y leyes?; y si ese escenario se efectiviza, ¿habrá alguna otra instancia internacional que pueda hacer valer el resultado plasmado en las urnas?. Lo nada alentador sobre estas preguntas y estos muy posibles escenarios hipotéticos, es justamente el pasado que nos demuestra prácticamente lo que debemos esperar. Por un lado, seguramente si esto sigue de la misma manera, podremos ver un Evo Morales perdiendo las elecciones y no dejando el poder a ninguna costa, pero a la vez veremos unas fuerzas armadas que lo apoyen a más allá de su rol constitucional; y una vez que aquello se cumpla, no habrá instancia ni presión internacional que pueda colaborar como en el caso venezolano. Bueno, ese es el futuro oscuro que tenemos los bolivianos, a no ser que algo muy extraordinario cambie nuestro futuro.
