Seguridad alimentaria, un problema todavía latente
En Chuquisaca, aún falta lograr que las familias se alimenten adecuadamente
El acceso pleno a alimentos saludables, inocuos y nutritivos para tener una vida sana, es todavía un reto pendiente en Chuquisaca, donde en varios municipios las familias no cuentan con una alimentación adecuada y limpia. A decir de algunas ONGs que trabajan sobre el tema, lo que falta es diseñar y trabajar políticas públicas claras en los municipios, y aplicar las existentes, para garantizar el derecho a la alimentación de la población.
“El Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad alimentaria, a través de una alimentación sana, adecuada y suficiente para toda la población”, manda la Constitución Política del Estado en el parágrafo II del artículo 16, donde además de reconocer el derecho a la alimentación como un derecho fundamental, precisa que es el Estado el responsable de que cada persona tenga acceso a la seguridad alimentaria. ¿Pero qué es tener seguridad alimentaria? ¿Y cómo estamos en Chuquisaca?
De acuerdo con lo recogido por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, “existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana”.
A este concepto, el responsable de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Desarrollo Económico Local, de la Fundación Pasos, Limberth Limachi, precisó que este acceso debe ser sostenido durante todo el año y recordó que además la seguridad alimentaria contempla que haya variedad de productos consumidos.
Una tendencia distinta, pero que podría entenderse como complementaria, es la de la soberanía alimentaria, donde además de la accesibilidad, se contempla el derecho de la comunidad, municipio o país, de definir su modo de producción agrario.
Estos conceptos, más allá de estar contemplados en textos y planes de desarrollo, todavía no llegan a concretarse.
POLÍTICAS PÚBLICAS, ¿AUSENTES?
“Nos debemos replantear la misión de ‘contribuir a mejorar el estado nutricional y la seguridad alimentaria de la población del Departamento de Chuquisaca, con énfasis en los grupos y poblaciones más vulnerables, a partir de la concurrencia y concertación pública–privada, con la sociedad civil organizada, en el marco de las políticas nacionales y departamentales’ trabajado en el Plan Departamental de Seguridad Alimentaria que no se ha puesto en vigencia a la fecha; además de rescatar la planificación del Plan de Desarrollo Municipal 2010-2014”, indica el informe de estado de situación “Sucre, seguridad alimentaria y la urgencia de políticas públicas”, escrito por José Rocha, de la Fundación Alternativas y coordinador del Comité Municipal de Seguridad Alimentaria de Sucre.
En el informe proporcionado por Rocha a CORREO DEL SUR, se recuerda que cada día es más urgente garantizar seguridad alimentaria y que actualmente, la planificación en el Estado se está transformando, dejando de lado los Planes de Desarrollo Municipales (PDMs).
Sin embargo, de acuerdo con la normativa vigente, la planificación debería estar basada en la evidencia creada desde el espacio municipal, precisa el documento que destaca que la importancia de trabajar en la seguridad alimentaria radica en que transversalmente se incide en la mejoría de índices de salud.
HEMOS AVANZADO
Desde la Gobernación, la secretaria de Desarrollo Productivo, Lucrecia Tolaba, asegura que se avanzó bastante en “soberanía alimentaria”, aunque reconoce que seguramente falta bastante por hacer.
“Obviamente todavía falta mucho por trabajar en el Departamento, sabemos que el área productiva es más compleja, pero sí hemos empezado”, afirma Tolaba al asegurar que están trabajando de acuerdo con el Plan Estratégico Departamental, en el que las principales políticas públicas delineadas para dirigir la inversión del presupuesto de Chuquisaca en el área productiva, son las de construcción de infraestructuras para el almacenamiento de agua, ejecución de proyectos agrícolas y pecuarios, apoyo a las asociaciones de productores e investigación en coordinación con la Universidad.
La Secretaria de Desarrollo Productivo afirma que la “Gobernación, como institución pública, está respondiendo con estas políticas al Departamento”. “Se ha avanzado mucho en tema caminero, electrificación, desarrollo productivo, educativo y salud más todavía”, añadió.
Para Limachi, de la Fundación Pasos, es cierto que se ha avanzado bastante en infraestructura para riego y que existe la voluntad de las autoridades en continuar avanzando, empero, cree que todavía falta estructurar políticas públicas claras.
INVERSIÓN
Para 2016, la inversión para el área productiva, pecuaria y agrícola, y riego de la Gobernación asciende a algo más de Bs 44 millones, que se dividen en más Bs 24 millones para riego y Bs 20 millones para las demás áreas, indica Tolaba.
Este presupuesto tuvo una disminución de unos Bs 4 millones con relación al total asignado del año pasado de Bs 48 millones, y de Bs 6 millones comparando con la gestión 2014.
“Obviamente esta gestión un poco hemos bajado por rebaja de los precios del petróleo, pero no estamos descuidando sino que estamos en acuerdos con ministerios o instituciones que también apoyan el área productiva”, sostiene Tolaba, al detallar que el presupuesto para riego corresponde sólo a la contraparte departamental.
Según la Secretaria del área, el Departamento contará con más recursos para proyectos productivos gracias al fideicomiso del Gobierno central, que Chuquisaca terminó de tramitar.
NUEVO PLAN ESTRATÉGICO
Para el periodo 2016-2020 se desarrollará un nuevo Plan Estratégico Departamental, en el que se espera perfilar políticas públicas orientadas más al área de la industrialización, adelanta Tolaba.
“Ya estamos trabajando para definir cómo esperamos ver a Chuquisaca de unos cinco años”, dice al anunciar que se buscará la creación de empresas estratégicas para el Departamento.
UN PROBLEMA POR RESOLVER
De acuerdo con el Responsable de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Desarrollo Económico Local de la Fundación Pasos, la seguridad alimentaria es aún un derecho y un problema que se debe resolver porque hay muchos municipios con inseguridad alimentaria.
“Como Pasos estamos trabajando casi diez y se ha estado haciendo inversión directa en riego para fortalecer las bases productivas y de ahí comenzar a dar mejores condiciones a las familias para que puedan sembrar primero y también comercializar”, explica.
La Fundación Pasos trabaja principalmente en municipios de Chuquisaca Centro, El Villar, Sopachuy, Alcalá, Presto y los distritos rurales de Sucre (Chuquisaca Norte); de esos, en los que detectaron mayor índice de inseguridad alimentaria son Sopachuy y Presto.
“Según últimos datos, en la zona donde intervenimos (los municipios con mayor inseguridad alimentaria) son Sopachuy y Presto; con seguridad hay otros como Poroma y tal vez parte de Yamparáez, que por las condiciones naturales que presentan es más complicado tener una producción de este tipo (hortalizas)”, comenta Limachi.
El modelo de acción que aplican se orienta precisamente a que las familias produzcan una mayor variedad de hortalizas para su consumo diario, y así generar mejor acceso a diversos alimentos.
Se estima que el 80% de la producción de las familias beneficiadas, actualmente unas 700 (1.500 durante los otros diez años), es destinado al consumo propio y un 20% a la comercialización.
Limachi explica que es importante la diversificación en la producción de las comunidades porque permite una mejor alimentación de sus familias y por ende se ha mejorado la salud, y se ha comprobado también un mejor desempeño educativo de los niños.
Además, indica que con el cambio de producción, los pobladores ya no se dedican a cultivos tradicionales como la papa, el maíz, el trigo y otros; ahora optan por otros como el ají, la miel y el amaranto.
“Han cambiado su vocación productiva bajando cultivos tradicionales como maíz, trigo y papa para destinar a esas cadenas estratégicas de amaranto, ají y miel, y con ello contar con recursos económicos para comprar otro tipo de alimentos como el fideo, el aceite”, explica.
Con la aplicación de su modelo afirman que lograron que las familias produzcan unas diez variedades de hortalizas durante todo el año, un gran avance considerando que antes sólo consumían entre dos y tres variedades, sostiene.
En el caso de los distritos rurales de Sucre, el trabajo de la fundación se centra más en la producción con mayor volumen para abastecer de hortalizas al mercado de Sucre, cultivando con el enfoque de producción limpia.
Sin embargo, indica que un reciente estudio realizado con Ayuda en Acción, evidencia que si bien se ha incrementado el consumo de proteína vegetal, no se ha avanzado en el mismo porcentaje en el consumo de proteína animal, un reto todavía pendiente en los municipios en los que trabajan y en el Departamento en general para lograr una mejor calidad de vida, porque es a eso a lo que apunta la seguridad o soberanía alimentaria.