Encarcelan a cocaleros por gritarle "No" a Evo
Un bloqueo y el grito contra la reelección provocaron el arresto en Yungas
José Luis Laime, dirigente del municipio de La Asunta (La Paz), denunció ayer que cuatro cocaleros fueron enviados a las cárceles San Pedro y Calahuma acusados por seis delitos, por haber gritado “Bolivia dijo No” cuando el presidente Evo Morales visitó la zona, la semana pasada.
“Ha sido una revancha por haber gritado ‘Bolivia dijo No’, ellos son los que han caído, es gente inocente. Es nuestra gente que ha estado en la concentración, ni siquiera en el bloqueo”, declaró el dirigente a Urgentebo.
Laime lamentó que las cuatro personas hayan sido golpeadas y pateadas al momento de la detención. El 12 de julio, el Mandatario que viajaba a La Asunta fue interrumpido por un grupo que protestaba por la racionalización de la hoja de coca y que aprovechó para decirle “No” a la reelección.
Insistió en que los cocaleros remitidos a las dos cárceles de La Paz, son inocentes y lo que el Gobierno busca es sólo la “vendetta y escarmentar” a los que se movilizan en su contra.
Los cuatro detenidos en San Pedro y Calahuma están acusados de haber cometido los delitos de portación de explosivos, estorbar la función pública, asociación delictuosa y destrucción de bienes del Estado.
Entre los encarcelados hay un menor de edad.
El ejecutivo de la regional La Asunta, Freddy Quispe, denunció que viven amedrentados en la zona por la erradicación forzosa de cocales y nunca le habían dado mucha importancia a la reivindicación del “No” a la reelección presidencial, pero lo utilizaron para protestar en la última visita de Morales a Yungas. El bloqueo, que trató de impedir el paso de la caravana presidencial, tenía como fin protestar por la racionalización y usaba el “No” para irritar al oficialismo.
Según reportes oficiales, en La Asunta hay unas 1.500 hectáreas de coca excedentaria que deben ser racionalizadas. Eso provocó tensiones durante el primer semestre del año.
Según el Gobierno, en La Asunta hay más de 6.000 hectáreas de cultivos de coca, de las cuales el 25% son excedentarias; la califica como una de las “zonas rojas” del país.