Iglesia observa presiones para imposición de leyes
Sin alusiones directas al Gobierno, el obispo Scarpellini habló en su homilía
“Una democracia sin respeto ni escucha a la voz del pueblo se puede extralimitar y llegar al autoritarismo que de manera farisaica construye normas y leyes, por mayoría, es cierto, pero cuya finalidad es la defensa del poder, de los intereses de parte y no del bien común”, aseveró ayer el obispo de El Alto, monseñor Eugenio Scarpellini, en su homilía desde la Basílica de San Francisco, en La Paz.
Manifestó también que “…en nuestro país, por presiones externas o de grupos influentes, o poderosos, siempre retorna esta actitud de querer imponer leyes y prácticas que van en contra de la vida, de la familia, de las mismas riquezas naturales (…)”.
Incluso, la autoridad eclesiástica recordó que “ya en 2013, hace cinco años, los obispos alertábamos que las motivaciones políticas en la aprobación y aplicación de normas deslegitiman lo bueno y necesario que puede haber en ellas”.
YUNGAS
También se refirió a los hechos de violencia acaecidos en Yungas en los últimos días y pidió su esclarecimiento “buscando —dijo— los verdaderos culpables con independencia, imparcialidad y pasión por la justicia, y lejos de la búsqueda de ventajas sectoriales, partidistas, económicos de poder. Llamamos a deponer toda clase de poder para buscar, juntos, el diálogo, el entendimiento fraterno...”.
De manera general, afirmó que “más allá de tantas y nuevas normas al servicio de la transparencia o de la reforma del aparato judicial, constatamos todavía la difícil y crítica situación de la justicia”.
Y remarcó: “Diariamente los noticieros nos comunican hechos de corrupción y tratos diferenciados en la aplicación de la justicia. Con hacha y batacazos, con algunos, y con sobreseimientos que huelen a encubrimientos, con otros”.