El maní de Chuquisaca, un futuro promisorio

El maní es un producto que tiene una creciente demanda a nivel mundial. Las estadísticas de la FAO revelan que la producción y el consumo de maní en el mundo se incrementa de manera sostenida, año tras año.


Miguel Morales S.
Capitales / 15/08/2015 07:56

El maní es un producto que tiene una creciente demanda a nivel mundial. Las estadísticas de la FAO revelan que la producción y el consumo de maní en el mundo se incrementa de manera sostenida, año tras año.

Este crecimiento acelerado de la demanda de maní se debe principalmente a que el mundo ha empezado a descubrir nuevas cualidades de este producto. Estudios especializados demuestran que el maní, por su alto contenido en vitaminas y proteínas es muy bueno para la salud, es un poderoso antioxidante, previene de enfermedades cardiovasculares y el alzhéimer.

Otros estudios señalan que el maní es también un potente afrodisiaco, de uso muy expandido en varias culturas indígenas de América.

El (re)descubrimiento de estas cualidades del maní explican el crecimiento de la demanda mundial del maní y el por qué esta nueva demanda se orienta principalmente al maní de mesa antes que  al maní de consumo industrial. El mundo busca maní de calidad.

El mayor productor de maní en el mundo es China, que produce cerca de 20 millones de toneladas por año. El segundo productor es la India, con una producción de 10 millones.  En Sudamérica, el mayor productor de maní es la Argentina con 1 millón de toneladas anuales. Bolivia es un pequeñísimo productor, con apenas 15 mil toneladas por año.

El maní en Bolivia
El maní en Bolivia es un cultivo muy antiguo. En realidad, los expertos han demostrado que el maní ha sido domesticado en la región sur de Chuquisaca hace cuatro mil años,  de donde se ha irradiado a todo el mundo. Aún hoy esta región tiene la mayor concentración mundial de variedades domesticadas y silvestres de maní, lo cual constituye un patrimonio fundamental para el desarrollo genético de este cultivo.

A pesar de que el maní es originario de Bolivia, la superficie actual destinada a su cultivo es muy pequeña; en todo el país se cultivan cerca de 13 mil hectáreas de maní, lo cual representa solo el 0,6% (es decir, menos que el uno por ciento) de la superficie cultivada del país.

En el país los departamentos más productores de maní son Santa Cruz,  Chuquisaca y Tarija. El cultivo, si bien es originario los valles altos, se ha trasladado a las tierras bajas del chaco y la amazonía, donde los suelos son arenosos y ácidos, aptos para el cultivo del maní.

Sin embargo, la nueva demanda mundial se inclina por el maní de altura, de mayor calidad; por lo tanto, las regiones de mayor potencial a futuro serán los valles altos, como los de la provincia Tomina, o los valles mesotérmicos de Santa Cruz, donde abunda el tipo de suelo que requiere este cultivo.

Perspectivas a futuro
Por lo tanto, el futuro de la producción de maní en Chuquisaca es promisorio; es un producto de muy alta rentabilidad y con creciente demanda. Sin embargo, para hacer realidad este potencial es necesario mejorar la productividad del cultivo. Los rendimientos del maní en Bolivia son bajos, tanto que los países vecinos tienen el triple o cuádruple de productividad.

Para incrementar los rendimientos del maní es necesario avanzar en tres direcciones: 1) mecanización, 2) desarrollo genético y 3) control de enfermedades, que son los actuales cuellos de botella. Esta tarea es compleja y deberá involucrar tanto a productores como a instituciones de investigación agronómica, así como a las entidades públicas responsables del desarrollo económico.

Entretanto, el ciudadano puede contribuir de una manera sencilla y efectiva: hay que promover el consumo del maní chuquisaqueño manteniendo, por ejemplo, viva la costumbre de la deliciosa cazuela de maní, que se ha extendido a todo el país.

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