Pensamiento crítico e integración autónoma: los esfuerzos de la Celac
Los esfuerzos de integración autónoma en América Latina y el Caribe (ALC) emergen en la globalización, en la hegemonía del sistema capitalista, en sus contradicciones de crisis mundial y sistémica —en una región...
Los esfuerzos de integración autónoma en América Latina y el Caribe (ALC) emergen en la globalización, en la hegemonía del sistema capitalista, en sus contradicciones de crisis mundial y sistémica —en una región más heterogénea tanto en sus niveles de desarrollo como en sus horizontes de políticas internas—, para forjar estrategias más allá del intercambio comercial, incorporando con fuerza dimensiones sociales con imaginarios de solidaridad, complementariedad y de cooperación sur-sur.
En términos políticos, la integración cobra mayor vigencia y relevancia como mecanismo de unidad, de cooperación y concertación, de aspiración a una mayor presencia internacional y de construcción de una ciudadanía latinoamericana y caribeña con una visión global del mundo. La integración deja de ser un intento periférico para integrar países periféricos, o un proyecto que se refiere únicamente a las relaciones con Estados Unidos o con los países centrales; la integración con pensamiento crítico y autónomo se plantea la participación en las distintas instancias multilaterales de negociación, en los vínculos sur-sur y, en particular, enfatiza las relaciones entre los países de ALC.
Por primera vez y después de 200 años de Independencia, el 23 de febrero de 2010, en sesión de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe en Playa del Carmen, México, los gobiernos de ALC se reúnen por autoconvocatoria, detonando un proceso histórico inédito con la finalidad de discutir asuntos de interés común y tomar acuerdos al respecto, sin tutela ni participación externa. Sin duda, no es un hecho menor.
Los 33 jefes/as de Estado y de Gobierno se comprometían a fortalecer la unidad, la cooperación y la integración multidimensional, y promover el desarrollo independiente y sostenible con base a la democracia, la equidad y la justicia social. En diciembre de 2011, con la Declaración de Caracas quedaba formalmente constituida la Celac, en cuyos estatutos contempla también la participación de socios extrarregionales como China, la Unión Europea, Turquía, Euroasia, Rusia, India y Corea. Los mayores avances de estas relaciones se reflejan en la Unión Europea, China y Japón, países con los que ya se tiene diseñado planes de acción. Desde su fundación hasta la fecha se han realizado cuatro Cumbres Presidenciales, la última celebrada el 26 y 27 de enero de 2016 en Ecuador, sin ausentes ya que participaron los 33 jefes/as de Estado y de Gobierno de la región y donde asume la presidencia pro témpore la República Dominicana.
En un esfuerzo de poner en práctica la unidad en la diversidad, proponen trabajar en un Plan de Acción Anticrisis (sin ajustes ni austeridad), incrementar los intercambios comerciales con base a la complementación, superar las diferencias de género, responder de manera colectiva a los escenarios que plantea el cambio climático, reducir la pobreza y —uno de los mayores retos— avanzar en la diversificación de la matriz productiva de los países miembros a través del fortalecimiento de la cooperación y la interconexión económica sin sacrificar políticas sociales integrales. Se enfatiza el papel de la educación como la principal herramienta para el desarrollo de los pueblos.
Pese a existir dos miradas internas en torno al papel de la integración, todas las voces se sumaron a continuar avanzando en la unidad y la interdependencia de los países miembros, evidenciando los avances de la Celac como la más importante plataforma de correlación de fuerzas y de consensos en un marco de pensamiento crítico de alternativas integrales y autónomas de integración y cooperación regionales sustentadas en otras formas de relacionamiento, de concertación política y de transformaciones sociales.
Por primera vez y después de 200 años de Independencia, el 23 de febrero de 2010, en sesión de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe en Playa del Carmen, México, los gobiernos de ALC se reúnen por autoconvocatoria, detonando un proceso histórico inédito con la finalidad de discutir asuntos de interés común y tomar acuerdos al respecto, sin tutela ni participación externa. Sin duda, no es un hecho menor.