“No ha habido una ruptura con el modelo neoliberal y con el sistema capitalista”

Ximena Roncal Vattuone, mexicana de ascendencia boliviana: su padre era sucrense y su madre potosina, estuvo en Sucre para dictar clases en maestrías de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de San Francisco

Ximena Roncal Vattuone, doctora en Economía Política del Desarrollo con posdoctorado en Educación Comparada. Ximena Roncal Vattuone, doctora en Economía Política del Desarrollo con posdoctorado en Educación Comparada.

Redacción Capitales
Capitales / 01/03/2016 06:53

Ximena Roncal Vattuone, mexicana de ascendencia boliviana: su padre era sucrense y su madre potosina, estuvo en Sucre para dictar clases en maestrías de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de San Francisco Xavier. Ella concedió la siguiente entrevista a CAPITALES.

CAPITALES. Usted escribió para CAPITALES un artículo sobre la integración latinoamericana. ¿Es un momento auspicioso o lo contrario para este proceso?
Ximena Roncal (XR). Yo creo que la integración de los países de América Latina y el Caribe es necesaria, es fundamental. Cuando estaba haciendo un trabajo de investigación sobre este tema, algunas personas que entrevistaba me decían: “Juntos, los pequeños somos grandes”. Creo que los escenarios, hoy, son cada vez más complejos, hay organismos de integración que están estancados por lógicas de ausencias y, eso ha llevado al estancamiento de estos proyectos que podrían haberse constituido en ejes fundamentales de la integración.
La Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) es el reto más grande que tenemos hoy en integración. A pesar de las diferencias que existen entre los proyectos de país que se quieren construir en esta “unidad en la diversidad”, las voces se conjuntan en el sentido de decir que la unidad es necesaria.
Hay problemas comunes que se tienen que resolver bajo consensos; obviamente, es complejo porque en la Celac no solamente hay dos proyectos de integración, o hay dos o más proyectos de países. Pero, yo quisiera apostarle a la Celac como el mecanismo de integración y de consensos entre los 33 países que la conforman.

C. ¿Es optimista o pesimista respecto a estos escenarios que usted pinta como complejos?
XR. Yo soy optimista siempre, en todas las cosas que hago. No podemos partir de la negación sino del optimismo y de la esperanza; a partir de este vislumbrar esperanzador podemos construir esa unidad latinoamericana y caribeña que tanta falta hace.
Si bien son complejos los escenarios, hoy estamos más preparados para asumir esos retos que se nos van a presentar en todos los términos: políticos, económicos, etc.
Hay propuestas interesantes que están todavía como en maduración, o se están llevando a cabo y de las que no forman parte todos los países. Por ejemplo, la nueva arquitectura financiera regional plantea desprenderse de los lineamientos de los organismos financieros internacionales a través de la creación de bancas de desarrollo que sean como barreras para nuestros países, para hacer frente a la crisis. Pero, sobre todo, desprendernos de esas condicionalidades que nos establecen los organismos financieros para el préstamo u otorgamiento de dinero. Hay proyectos muy interesantes que están avanzando lentamente pero que se vislumbran como escenarios posibles.

C. Entre las economías sudamericanas, unas tienden más al socialismo y otras al capitalismo. ¿Qué es lo óptimo con miras a ese proceso de integración, que todos piensen de la misma manera o que, estando en aceras opuestas, estén obligados a entenderse?
XR. Hoy los países han decidido establecer una ruptura con el concepto de desarrollo y construir su propio modo de vida; entonces, ese modo de vida nos marca primero una diferencia porque cada país, con base a sus propias realidades, construirá su modo de vida, y eso es respetable porque es soberano. Yo siento que más que derecha e izquierda —que sí hay, porque hay tendencias donde lo prioritario es lo social y debería ser así porque no podemos seguir ahondando en un mundo tan inequitativo; por ejemplo, Carlos Slim, el segundo hombre más rico en un país con 80 millones de pobres—, hay que pensar en el rescate del ser humano.
Es muy complejo. Por eso yo digo que la Celac es la unidad en esa inmensa diversidad. Pero donde hay temas que se puede tratar en forma común, y creo que sí se está haciendo, pese a esas grandes diferencias y a esas concepciones, por ejemplo, de gobiernos que dicen que hay que ser austeros. Ser austeros implica, desde mi perspectiva, otorgarles mayores derechos a las grandes empresas transnacionales para una mayor obtención de ganancia. Y yo creo que no hay que ser austeros, en todo caso hay que utilizar los recursos de manera adecuada, sin beneficiar más a unos a costa de los otros.
Además, la Celac es una muestra de una cierta autonomía en América Latina, porque eso fue una reunión por autoconvocatoria, sin la presencia de EEUU y Canadá, sin la potencia del país central de América, y creo que eso habla de una ruptura muy importante pese a las diferencias.

C. ¿Qué piensa de los elogios que recibió Bolivia en el último año respecto al modelo económico?
XR. Nosotros (en México) estudiamos Bolivia, para nosotros es un referente importante por muchas razones: por el líder indígena que llega a la Presidencia, por la propuesta del 'vivir bien' como filosofía y horizonte de vida, por el modelo sociocomunitario productivo que plantea otra forma de mirar la educación.
Ha habido avances importantes, no podemos negarlo, más allá de que estuviésemos o no de acuerdo; hay que ser honestos y reconocer esos avances importantes que ha tenido Bolivia en su esfuerzo de redistribuir el ingreso, por ejemplo, y llegar a quien más lo necesita otorgándole un derecho que le corresponde, no es un derecho de bondad.
Creo que después de las elecciones inician nuevos retos y muy complejos porque ha terminado la bonanza de los recursos naturales y, obviamente, más allá de lo que se diga de las reservas (netas internacionales), estamos en escenarios complejos porque hay que cumplir con todo aquello que se prometió, con los proyectos que se debe dar continuidad.
Ahí también es asumir otros retos, como el de la industrialización, que es una necesidad inminente para nuestros países. Creo que hay muchos errores, yo estoy en desacuerdo con muchas cosas que yo no voy a decirle en este momento, pero también hay avances importantes (…)

C. En vistas de la crisis mundial, ¿la industrialización es la única salida para nuestros países?
XR. Yo no hablaría de crisis: se viene una etapa compleja donde las condiciones ya son otras, ya no somos esos países indefensos, periféricos, donde les dicen casi: “pobrecitos, a ver cómo se defienden de estas lógicas del sistema mundo capitalista”.
Yo le apostaría a la educación, pero una educación verdaderamente transformadora. Creo que no se puede empoderar sin educar, y un elemento fundamental en el que debemos trabajar es en la educación, en la formación de sujetos; todavía estamos en una lógica de que estamos trabajando con objetos.
Otra de las apuestas tiene que ser la ciencia y la tecnología. Pero no la que se entiende desde los países centrales... Hoy hay esa ruptura en la mayoría de los países, donde tienen que generarse los propios indicadores porque, si no, estamos condenados a ser países periféricos. Si seguimos mirando ese horizonte de desarrollo, estamos condenados a eso.

C. ¿Existe o no un modelo económico boliviano, propio?
XR. No hay una ruptura; es decir, estos modos de vida que se están intentando construir no solo en Bolivia: se llame “socialismo comunitario”, “vivir bien”, “buen vivir”, el nombre que le quiera poner, no han roto con las estructuras del modelo neoliberal, no ha habido una ruptura. ¿Ha habido una redistribución del ingreso? Sí. ¿Ha habido avances en términos sociales? Sí. Pero, en términos estructurales, no hay cambios todavía. Pese a lo que digamos, en el caso por ejemplo de Bolivia y de otros países, seguimos inmersos en la misma lógica del extractivismo, de seguir dependiendo de la vulnerabilidad de los precios de los recursos naturales; no hemos roto la lógica de esa división internacional del trabajo.
Entonces, hay esfuerzos pero no prácticas concretas. Yo creo que no ha habido realmente una ruptura con el modelo neoliberal y con el sistema mundo capitalista.

"Hay tendencias donde lo prioritario es lo social y debería ser así, no podemos seguir ahondando en un mundo tan inequitativo; Carlos Slim, el segundo hombre más rico en un país con 80 millones de pobres”

"Ha habido avances importantes, no podemos negarlo, más allá de que estuviésemos o no de acuerdo; hay que reconocer esos avances que ha tenido Bolivia en su esfuerzo de redistribuir el ingreso”

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