Pequeños productores son el motor del desarrollo apícola en Chuquisaca

El departamento está cerca de alcanzar a Cochabamba, que actualmente ocupa el segundo lugar entre los productores de miel en el país. Santa Cruz está primero.

El clima cálido favorece a la producción de flores y frutas, que atraen a las abejas.

El clima cálido favorece a la producción de flores y frutas, que atraen a las abejas.

El trabajo con las cajas de abejas que producen la miel en la región.

El trabajo con las cajas de abejas que producen la miel en la región.


    Redacción Capitales
    Capitales / 05/07/2016 07:41

    El departamento está cerca de alcanzar a Cochabamba, que actualmente ocupa el segundo lugar entre los productores de miel en el país. Santa Cruz está primero. La apicultura tuvo un crecimiento interesante en los últimos años. La Fundación PASOS trabaja con 560 familias productoras apícolas en siete municipios.

    En el transcurso de nueve años la producción de miel en Chuquisaca se incrementó de 20 toneladas anuales a 140. En la actualidad, representa el 17 por ciento del total nacional y está muy cerca de igualar a Cochabamba, segundo productor de miel en Bolivia después de Santa Cruz, cuya producción anual aproximada es de 200 toneladas. El potencial apícola chuquisaqueño se asienta en el esfuerzo del pequeño productor.

    Estos datos fueron proporcionados a CAPITALES por el coordinador estratégico de la Fundación PASOS, Antonio Aramayo, quien dice que el país, hasta ahora, no cuenta con un estudio serio sobre la producción apícola, que ofrezca datos estadísticos reales. “Cada región tira por su lado”, afirma él.

    Pese a esto, un estudio realizado en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT) sitúa a Cochabamba como la región de mayor y mejor producción de miel, al producir 155 toneladas, seguida por Chuquisaca con 154 toneladas, Santa Cruz, Tarija y La Paz.

    En este contexto, se calcula que unas 5.000 familias en todo el país estarían involucradas en la producción apícola.

    En Chuquisaca
    Según datos del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), hasta 2007 Bolivia producía 195 toneladas de miel. Santa Cruz era el mayor productor (85 tn), luego se ubicaba Cochabamba (40), La Paz (30), Chuquisaca (20), Tarija (10), Beni (6) y, finalmente, Pando (4).

    Actualmente, según PASOS, se estima que la producción de miel en Chuquisaca alcanza a 140 toneladas por año. Esta fundación trabaja con 560 familias productoras apícolas en siete municipios de Chuquisaca: Monteagudo, Muyupampa, Presto, Sopachuy, Alcalá, El Villar y Sucre. Apoya en la producción primaria, cosecha, pos cosecha (para obtener una miel de calidad), acopio y comercialización.

    Recibe el apoyo de Heifer Bolivia, Ayuda en Acción y de SNV para desarrollar la producción apícola y da mucha importancia a los temas organizativos de fortalecimiento de las asociaciones y desarrollo de capital social, agrega Aramayo.

    Diversificación de ingresos
    La apicultura tuvo un crecimiento interesante en los últimos años en Chuquisaca. Poco a poco se ha ido posicionando como un componente importante del sistema productivo, de forma complementaria a la agricultura y la ganadería, especialmente en pequeñas unidades productivas de las comunidades más pobres y alejadas, donde la apicultura tiene mejores condiciones para su crecimiento.

    Según Aramayo, la apicultura está generando una gran expectativa en términos de mejora de las condiciones de vida de la población, al permitir la diversificación de los ingresos de las familias con la inclusión de mujeres, jóvenes y niños en la producción. Precisamente estos últimos son los más entusiastas con esta actividad, a la que se introducen desde temprana edad observando a sus padres y llegando a generar su propia producción (algunos tienen varias colmenas) y pequeños capitales, con el plus de que se preocupan mucho por la preservación del medio ambiente en comparación con los adultos.

    Un contexto moderadamente favorable de políticas públicas y estímulo a este sector posibilita el aprovechamiento parcial del potencial florístico de la región, con un aporte valioso al desarrollo sostenible y a la conservación del medioambiente.

    Dificultades
    Las capacidades de la mayoría de los productores apícolas aún son elementales. Y lo mismo pasa con las organizaciones que se constituyeron alrededor de esta actividad.

    La producción apícola es una actividad económica relativamente nueva en el departamento, tanto así que gran parte de los productores no tienen más de cinco años de experiencia en el sector, con una formación empírica.

    “Los avances que alcanzaron en torno a la producción pueden considerarse insuficientes para que la actividad se desarrolle de manera sostenida, pues no recibieron de inicio capacitación y asistencia técnica suficiente y adecuada”, explica Aramayo.

    Los productores tienen limitadas capacidades y destrezas en el manejo de los apiarios y dificultades para tratar asuntos sanitarios, alimentarios, genéticos, sobre gestión asociativa, liderazgo, contabilidad, manejo de recursos, incidencia en políticas públicas de apoyo al sector. Estos y otros temas son motivo de preocupación tanto de las directivas como de los productores.

    Pese a estas dificultades, la empresa estatal PROMIEL ha manifestado su interés en establecer convenios de colaboración a las asociaciones con el fin de prestar servicios técnicos, facilitar equipos y materiales para la producción apícola, así como formalizar contratos para la venta de sus productos.

    La planta de PROMIEL, establecida en Monteagudo, tiene una capacidad de acopio y procesamiento de 250 toneladas anuales. Funciona desde fines del año pasado.

    La cadena de valor
    En mayo de este año se realizó un análisis de la cadena de valor apícola en el ámbito de los municipios de Monteagudo y Villa Vaca Guzmán, a través de la metodología Link (ayuda a comprender el funcionamiento actual de la cadena de valor y las innovaciones de diseño que empoderan a los grupos de productores para que participen más eficazmente, y a los compradores para que actúen de manera más favorable para los pequeños agricultores).

    Se hizo posible gracias al apoyo de consultores del CATIE de Costa Rica, cuya llegada a Bolivia fue facilitada por Heifer.

    Mediante este análisis se identificó que la principal barrera que tiene esta cadena de valor para desarrollar encadenamientos productivos está especialmente en la producción, la asociatividad, el acopio y en la comercialización individual que dificulta el trabajo colectivo.

    “Pero también se encontró un punto favorable para el desarrollo de los encadenamientos productivos: el importante número de productores y comercializadores que se encuentra en el chaco de Chuquisaca”, complementa Aramayo, entrevistado por CAPITALES.

    Limitantes para la cadena de valor apícola

    Ámbito productivo: Problemas productivos y tecnológicos.
    Ámbito asociativo: Debilidad en encadenamientos productivos, asociatividad y gestión empresarial.
    Ámbito de mercado: Satisfacción de la demanda de los mercados.
    Ámbito de financiamiento: Acceso al financiamiento de los pequeños productores.

    El gran potencial se encuentra…

    Actualmente todos los municipios de Chuquisaca tienen pequeñas asociaciones de apicultura hasta en los de altura, como San Lucas. Sin embargo, el gran potencial se encuentra en el chaco chuquisaqueño, en las provincias Luis Calvo y Hernando Siles, debido a su abundante vegetación y flora y a sus características climáticas.

    Allí, precisamente, se encuentran los productores más antiguos que fueron formados en su momento por la extinta Corporación Regional de Desarrollo (CORDECH).

    En el chaco existen grandes productores apícolas como la familia Paniagua, que se dedica a esta actividad desde hace más de 30 años y adquirió una gran experiencia. Actualmente apoya a otros productores con capacitación.

    120 kilos anuales por colmena generan algunos de los mejores productores del país que tienen los rendimientos más altos y están en el chaco chuquisaqueño.

    - La región del chaco destaca en este sector como multifloral, por su clima cálido favorable para la producción de flores y frutas, lo que atrae a las abejas.
    - Los productores que no están asociados generalmente realizan un mal acopio de la miel, de forma rudimentaria y sin garantías sanitarias.
    - La producción apícola puede verse afectada por cualquier cambio repentino en el clima y la temperatura, que puede matar a las abejas de la colmena.
    - Los colores, sabores y aromas de la miel varían de acuerdo al lugar donde se instalan las cajas. Los endulzantes naturales más agradables proceden de los lugares más alejados de los centros poblacionales.
    - La producción de este suplemento alimenticio está condicionada también a la crianza de distintos tipos de abeja, determinantes en la calidad final del producto.
    - Para tener ingresos expectables, los apicultores deben trabajar con, por lo menos, 15 cajas de abejas o colmenas.
    - El promedio de rendimiento de una caja bien atendida es de 20 a 30 kilos de miel al mes.

    Fuente: Antonio Aramayo, de la Fundación PASOS

    Las resoluciones del Primer Encuentro Apícola de Chuquisaca
    En julio de 2015 se desarrolló el Primer Encuentro Apícola Departamental de Chuquisaca, en el que se instalaron tres mesas de trabajo y se definieron importantes objetivos; por ejemplo, cómo avanzar hacia la integración de acciones orientadas a fortalecer al sector apícola e impulsar su posicionamiento como una actividad económico-productiva departamental significativa.

    Para esto se consideraron sus efectos directos en la reducción de los índices de desnutrición infantil y en el incremento de los ingresos económicos de las familias apicultoras, además de su potencialidad para contribuir al ejercicio del derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria departamental.

    También se determinó generar un espacio de diálogo y conocimiento, que permita definir políticas y estrategias productivas de transformación, comercialización, sanitarias y legales a nivel departamental, y que favorezcan el desarrollo de la apicultura con beneficios para los actores directamente vinculados a la cadena productiva y de valor como aquellos vinculados a la cadena de consumo.

    En la mesa 1 se definieron acciones de políticas públicas favorables al sector apícola y la generación de propuestas a nivel nacional, departamental y municipal, para fortalecer la cadena productiva de miel. Entre ellas, junto a la Gobernación, participar en la reglamentación de la Ley departamental 020 de la apicultura, tomando en cuenta y rescatando diferentes propuestas trabajadas a nivel regional en coherencia con el proyecto de la ley nacional. También, encomendar a la Brigada Parlamentaria departamental que impulse la aprobación del proyecto de Ley 074/2014-2015, como una efectiva política de Estado.

    En función al Decreto Supremo 2294, del 18 de marzo de 2015, se definió que se institucionalice efectivamente la producción comercialización y distribución de los productos apícolas en los programas del desayuno escolar y alimentación complementaria, en los diferentes municipios, recuperando la experiencia del municipio de Presto.

    En la mesa 2, bajo la perspectiva de promover una “Organización Departamental de Apicultores”, se socializaron experiencias de otras organizaciones a nivel nacional y departamental para conocer los factores de éxito y dificultades por las cuales atraviesan. Así, se declaró el interés estratégico de conformar una organización departamental y se eligieron representantes regionales que, a convocatoria de la Gobernación y la CIOEC, analizarán el tipo de organización y los pasos a seguir.

    Por último, en la mesa 3 se trataron las estrategias a seguir para orientar la inversión pública, pero de manera estratégica a favor del sector apícola, reconociendo los diferentes niveles de desarrollo que se muestra a nivel productivo y de OECAs, llegando a la conclusión de que se deben fortalecer las capacidades técnicas de los productores mediante la asistencia calificada en investigación, mejoramiento de instalaciones, equipamiento y manejo de la actividad aprovechando el conocimiento empírico y la formación técnica de los apicultores. Esta actividad, de acuerdo con las conclusiones, a las que accedió CAPITALES, tendrá que ser coordinada entre la Gobernación, los municipios, las ONG y los productores.

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