Tiendas de barrio: Micronegocios con visión empresarial que ayudan a palear el desempleo
Como en todas las ciudades, en Sucre no puede faltar la tienda de barrio: un centro de abastecimiento donde uno encuentra huevos, leche, arroz, pan, aceite de cocina, gaseosas, galletas, refrescos para preparar y muchos
Como en todas las ciudades, en Sucre no puede faltar la tienda de barrio: un centro de abastecimiento donde uno encuentra huevos, leche, arroz, pan, aceite de cocina, gaseosas, galletas, refrescos para preparar y muchos otros abarrotes.
Hoy en día, las tiendas de barrio se han fortalecido y venden el 52 por ciento de los alimentos de la ciudad de Sucre. A pesar de que a principios de los años 2000 se predijo la disminución de este fenómeno ante la apertura de cadenas de supermercados, se equivocaron. Las tiendas de barrio se han convertido en la mejor alternativa de generación de ingresos ante el desempleo y la baja demanda de oferta profesional, además de las escasas acciones de fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa; han estimulado a técnicos y profesionales desempleados a volverse emprendedores comerciales, bien sea por la necesidad de experimentar en un nuevo campo o por la continuidad del negocio familiar.
El aumento de la demanda en las tiendas crea un atractivo para quienes desean invertir porque ven en ellas liquidez inmediata. Para gran parte de las personas que se quedan sin empleo, el establecimiento de una tienda, así sea en su lugar de vivienda, se convierte en una alternativa de generación de ingresos; el razonamiento apunta a que la tienda produce para la comida de la casa y algo para los demás gastos, que anteriormente eran sufragados por los ingresos derivados del empleo u otras fuentes.
Los anteriores aspectos han hecho que se presente una gran ola expansionista de tiendas de barrio, principalmente en los estratos socioeconómicos bajos, por lo que podríamos decir que dependen económicamente de la tienda, en promedio, 4.3 personas componentes de una familia.
Sucre basa su economía principalmente en los servicios y en la actividad generada por el sistema industrial, manufacturero y artesanal, con una participación de la microempresa y de los sectores que están en la informalidad, donde se encuentran muchas tiendas de barrio (90.62% en el mercado laboral). En cambio las grandes y medianas empresas solo reproducen el 5.97% y 3.40% de los empleos, respectivamente (INE, 2012).
La tienda no solo es un sitio donde se compran y venden productos. Es el lugar donde se discute la problemática del barrio y del país, donde se puede alternar sin distingo de clases sociales o razas, ver un encuentro deportivo, escuchar música, tomarse una gaseosa con los amigos, compartir las penas, etc. Además, el hecho de que la tendencia en gran parte de los consumidores sea hacia la conformación de un mundo más pequeño y de retorno a las tradiciones y a la familia, hace que este tipo de establecimientos se constituya en nuestras vidas por muchos años más.
El sector del comercio al detalle de tiendas de barrio es sumamente importante para las economías locales, y no solo como generador de empleo e ingresos para las familias sino también como prueba de que la organización y el trabajo conjunto produce mejores resultados; basta ver el alto porcentaje de mujeres que involucra este sector.
Por esto, se deben plantear y solicitar políticas para mejorar el encadenamiento económico y productivo de las tiendas de barrio, en pos de mayores beneficios para la economía de la región.
Para gran parte de las personas que se quedan sin empleo, el establecimiento de una tienda, así sea en su lugar de vivienda, se convierte en una alternativa de generación de ingresos; el razonamiento apunta a que la tienda produce para la comida de la casa y algo para los demás gastos, que anteriormente eran sufragados por los ingresos derivados del empleo u otras fuentes.