Qaway, el espacio ideal para “mirar” Sucre desde el arte y el patrimonio
Comida, teatro y yoga son parte de los servicios de este emprendimiento singular, ubicado en lo alto del templo patrimonial de Santo Domingo.
Qaway, un espacio cultural que invita a disfrutar de Sucre desde sus balcones, se apresta a cumplir su primer mes de funcionamiento con un menú tradicional y versátil. Este nuevo emprendimiento tiene una fuerte identidad con el arte y busca destacar en su rubro apostando no solo a ganar clientes, sino también activistas.
Una de las metas de los encargados de este lugar es lograr que la gente apoye a los artistas y se acostumbre a ver presentaciones artísticas, pero no de manera gratuita.
Es que Qaway ('Mirar', en quechua) fusiona las mesas para cenar con las tablas del teatro que se habilitan cada viernes y sábado por la noche, como una oferta extra para quienes buscan presenciar ese arte, explica a CAPITALES su administrador, Álvaro Sánchez.
Arte y sanación en Santo Domingo
“Es un espacio cultural, sin embargo no solo se dedica a la cultura sino también a la sanación, por eso damos cursos de yoga, y también nos dedicamos a la gastronomía”, describe en general Sánchez el lugar emplazado en lo alto del templo de Santo Domingo, en la calle Bolívar esquina Calvo.
Se trata de uno de los lugares patrimoniales que se busca “refuncionalizar” para constituirlo en un atractivo turístico con servicios como este.
En el caso de Qaway, la oferta se centra especialmente en un menú vegetariano, funciones de teatro y clases de yoga.
El restaurante está emplazado en seis espacios —unos más pequeños que otros—, hábilmente acondicionados para convertir el imponente edificio patrimonial en un sitio acogedor.
“Novecento, solo el mar”
A primera vista, destacan los palets de madera, empleados en las mesas y sillas, pero mientras más se recorre el lugar se entiende que es parte de su identidad. ¿Por qué?
Fue concebido para recrear el escenario de la obra “Novecento, solo el mar”, interpretada por Daniel Aguirre, propietario del novedoso emprendimiento. Por eso se escogieron materiales que simulen el estilo de objetos que uno puede encontrar en un barco, además de que el material es más económico que otros y en algunos casos, reciclado.
Un lugar para mirar
Entre los espacios del templo que son usados para Qaway están el que fue el coro y un mirador, sobre el curvilíneo diseño del techo, al que los interesados acceden de manera gratuita como parte de una visita guiada con la condición de que consuman algo de la carta.
Los que no son comensales, pero quieren saber más del templo, tienen la opción de pagar una entrada de Bs 5 (para locales) y de Bs 10 (extranjeros).
Además, si uno gusta de una cena con una vista privilegiada de la ciudad, lo puede hacer en el balcón habilitado para un encuentro íntimo.
Menú especial
El menú de Qaway está conformado básicamente por platos vegetarianos, aunque a veces, si lo pide el cliente, se le puede agregar jamón a las tortillas.
Lo interesante es que en la oferta destaca lo variado, desde algo tan tradicional en Sucre como el mondongo hasta las mexicanas enchiladas.
Sánchez confirma a CAPITALES que el menú es variado y que va creciendo con el aporte de artistas que llegan al lugar y comparten sus recetas. Por ello, para él, Qaway es más un vértice en el que se apoyan artistas y gestores culturales.
Para acompañar los platos fuertes, se ofrecen cervezas y vinos bolivianos. La cervecería Sumeria, por ejemplo, les provee de su producto artesanal.
Además, preparan un imperdible humus de garbanzo con receta de la casa.
El equipo
Este emprendimiento gastronómico-artístico es encarado por seis personas. Una de ellas se encarga de hacer todo el mobiliario; luego están dos cocineras y dos meseros, además de alguien que se encarga de la limpieza, sin contar al administrador y al propietario, que también ayudan, y varios de ellos, muy comprometidos con el proyecto, cumplen una doble función cuando el servicio lo requiere.
El escenario del teatro
El escenario del teatro fue construido a partir de palets reforzados con fierro. Incluso hasta los controles de luz y sonido están recubiertos de madera.
Su letrero, forjado en hierro, al igual que otros elementos decorativos es obra de artistas argentinos que conocieron este singular espacio donde confluyen la cultura y la comida.
En sí, Qaway es una simbiosis de ideas de artistas de distintos rubros y nacionalidades que invita a disfrutar de una hermosa vista de Sucre, al mismo tiempo que se puede admirar la arquitectura del templo de Santo Domingo, en otros horarios tomar clases de yoga y también disfrutar de platillos de la gastronomía nacional e internacional.
Algo más de la oferta de Qaway
- 12 platos forman parte del menú vegetariano central, aunque la oferta se va ampliando constantemente.
- 25 bolivianos es el costo del almuerzo completo para turistas, mientras que para estudiantes locales se rebaja a Bs 20 o incluso 18.
- 25 bolivianos es el precio de la entrada para las funciones de teatro que se presentan los viernes y sábados en Qaway.
- 50 a 60 personas pueden ingresar a las funciones de teatro en el escenario instalado donde era el coro del templo de Santo Domingo.
- 250 bolivianos es el costo de la mensualidad de las sesiones de yoga, que se realizan tres veces a la semana en dos horarios.
- 25 bolivianos se paga por sesión en las clases de yoga. Una alternativa para quienes desean asistir en contadas oportunidades.
- 5 estilos de cerveza artesanal se ofrecerán en Qaway, entre ellas, la Porter (inglés), Tripel wit beer (belga), Red ale (inglés) e IPA (inglés).
- 10 y 5 bolivianos pagan extranjeros y bolivianos, respectivamente, que prefieren realizar solo visitas guiadas, sin consumir alimentos.