ONG: Chuquisaca tenía en 2016 unos 27.000 niños trabajadores

La ONG Realidades hizo un trabajo de investigación, a falta de datos oficiales confiables. En Bolivia, las cifras divulgadas desde el año 2001 hasta la fecha son escandalosas, principalmente, por sus alarmantes...

Muchos niños, niñas y adolescentes se ven obligados a trabajar en una serie de oficios para ayudar a sus familias... Muchos niños, niñas y adolescentes se ven obligados a trabajar en una serie de oficios para ayudar a sus familias...

REDACCIÓN CAPITALES
Capitales / 23/01/2018 06:52

La ONG Realidades hizo un trabajo de investigación, a falta de datos oficiales confiables. En Bolivia, las cifras divulgadas desde el año 2001 hasta la fecha son escandalosas, principalmente, por sus alarmantes contradicciones.

¿Cuántos niños, niñas y adolescentes trabajadores hay en Bolivia? Las cifras divulgadas desde el año 2001 hasta la fecha son escandalosas, principalmente, por sus alarmantes contradicciones.

Tahí Abrego, presidenta del Observatorio de Derechos Humanos y representante de la ONG Realidades, hace notar esta preocupante realidad. Ella encabezó una investigación-acción para determinar, entre otros datos, la cantidad de niños, niñas y adolescentes trabajadores en Chuquisaca.

El fruto del estudio de campo efectuado por Realidades es que en este departamento, en el año 2016, había 26.722 niños, niñas y adolescentes trabajadores y en Sucre, 9.900.

Para la investigación-acción plasmada en el libro “Trabajo Infantil y Adolescente”, la ONG Realidades encuestó a 4.877 niños, niñas y adolescentes entre 2009 y 2010, actualizando esos datos en 2016, con la aplicación de una encuesta rápida a una muestra del 10% de la población antes estudiada.

Las cifras en Bolivia

En 2001, Abrego dice que el Programa de las Naciones Para el Desarrollo (PNU) y Plan Internacional informaron que en Bolivia había 725.222 niños, niñas y adolescentes trabajadores.

En 2004, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el número bajó: había 314 mil.

En 2005, por los datos de la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) de UNICEF, la cifra volvió a subir: había 997.386.

En 2007, según el Ministerio de Planificación, la UDAPE y UNICEF, los trabajadores eran 764 mil.

En 2009, el Estado informó que había 800 mil.

En 2010, el Ministerio de Justicia reiteró ese número y en 2012, según el INE, el número bajó estrepitosamente a 384.327.

Finalmente en 2016, en criterio del Ministerio de Justicia, los trabajadores infantiles eran 848 mil.

En definitiva, ¿cuántos niños, niñas y adolescentes trabajadores hay en Bolivia?

En Chuquisaca

Chuquisaca tenía hacia finales de 2016 un total de 26.722 niños, niñas y adolescentes trabajadores y Sucre, 9.900. De estos, el 39% (10.401) eran menores de 14 años, es decir que trabajaban antes de cumplir la edad mínima legal para hacerlo, de acuerdo con la Ley General del Trabajo.

Esa norma prohíbe el trabajo infantil precisamente hasta los 14 años de edad, así como los trabajos extremos para adolescentes.

Según dicho estudio, el 61% restante (16.321) eran adolescentes mayores. Del grupo mayor de 14 años, el 61% eran varones y el 39% mujeres. Y de los menores de 14, el 59% eran varones y el 41% mujeres.

Abrego aclara a CAPITALES que el trabajo investigativo de Realidades se basó en datos no oficiales porque, según la investigadora (que estuvo a la cabeza del grupo de investigadores), hay contradicciones en la información oficial.

“Los datos estadísticos oficiales sobre el número y la situación de niños, niñas y adolescentes que trabajan en Bolivia, Chuquisaca y Sucre no son claros, hay contradicciones porque muestran grandes variaciones”, explica ella. De 800 mil a 300 mil niños trabajadores hay una gran diferencia que deja una gran interrogante respecto a los datos de cuántos trabajan realmente, dice a continuación.

También llama la atención de la representante de la ONG Realidades que el INE defina que hay más de 26.000 niños trabajadores en Chuquisaca y más de 9.000 en Sucre y que, de estos, más del 30% sean menores de 14 años, “situación frente a la que no se hace mucho”.

“Hay un limitado desarrollo de la política pública departamental, no hay inversión en la atención a este tema. El desarrollo de políticas públicas de atención a los niños trabajadores solo se ha concretado en la atención a las peores formas de trabajo infantil, dejando de lado intervenciones específicas en Chuquisaca y en Sucre”, comenta Abrego.

En Sucre

No obstante, la investigadora aclara que a nivel municipal sí se cuenta con un programa educativo denominado “Almuerzo Saludable”, pero que solo llega a 120 niños de los 9.900 que había en Sucre hasta el año 2016.

La investigación muestra que mientras haya vacíos a nivel estadístico y no se conozca de forma clara cuántos niños trabajan, dónde viven ni dónde estudian, no se podrá hacer una intervención real sobre el problema.

El estudio concluye con una política pública municipal diseñada exclusivamente para prevenir el trabajo de menores de 14 años y para proteger sus derechos desde un enfoque de trabajo con la familia, prevención de la difusión de los deberes y obligaciones que tienen los padres y empleadores, y que ni unos ni otros están cumpliendo, para tratar de dar un cambio de la conciencia social.

Abrego dice que la política municipal se elaboró en 2017 y se aplicó un proyecto piloto, consiguiendo que dos niños dejaran de trabajar. A las madres de ambos se les proporcionó apoyo con un emprendimiento económico de venta de hamburguesas. Ellas, al tener una oportunidad económica, aceptaron que sus hijos dejen de trabajar. Uno de los niños, de 12 años, hacía malabares y el otro, de diez, pintaba en las calles.

“Nos gustaría llamar la atención de las autoridades porque esta investigación se hizo desde la sociedad civil. Hemos analizado solo datos oficiales, pero necesitamos que las autoridades nos muestren datos claros, es su labor, es su obligación.

Pese a que en Chuquisaca hay una ley que da los parámetros de protección a los niños y adolescentes, no hay políticas públicas que protejan a los menores de edad”, finaliza Abrego.

Preocupa naturalización del trabajo infantil

“Preocupa que no solo sea la pobreza lo que lleva a los niños a trabajar, pues es una situación socialmente afectada y mientras no se cuestione que el trabajo infantil no es correcto, sino una vulneración de derechos, no se resolverá el problema”, expresa Tahí Abrego, parte de la Presidencia del Observatorio de Derechos Humanos y representante de la ONG Realidades.

Esa preocupación tiene que ver con la naturalización del trabajo de niños, niñas y adolescentes por parte de la sociedad.

Abrego dice que esa realidad está “aprobada, incluso aceptada e impulsada y motivada muchas veces por padres y madres de familia. Y esa visión de naturalización hace que las autoridades no vuelquen su mirada a esta situación pendiente de atención”.

La investigación-acción “Trabajo Infantil y Adolescente”, que encabezó la propia Abrego, muestra diferentes normas nacionales e internacionales, además de posturas sobre la abolición o el mantener el trabajo infantil.

Todavía está por verse si esta situación es común, ya que muchas veces son los propios progenitores los que mandan a sus hijos a trabajar, pese a que tienen recursos económicos. Ese será el siguiente paso que desarrollará la investigación, aclara Abrego.

En la investigación ubicaron de qué municipios proceden los niños, en qué barrios viven y a qué unidades educativas asisten para hacer un mapeo de intervención.

Lo que ahora queda pendiente por analizar es la permisividad que hay de los padres y madres, en condiciones económicas positivas, porque hay niños que les comentaron durante las entrevistas que los padres que tienen taxi los llevaban a trabajar, lo mismo las madres que vendían comida en el parque Bolívar.

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