Milas, el lugar para perder la cordura con el gusto por las milanesas
El emprendimiento de una joven pareja se posiciona en la capital gracias a su variada combinación de ingredientes y sabores en busca de cautivar a más consumidores.
En una ciudad “de locos” es comprensible el desquicio por la buena comida. Así lo entienden Nickoll Janssen y René Humberto 'Betto' Iglesias, propietarios de “Milas: locos por la milanesa”, que con seis meses de recorrido ha logrado encantar a un promedio de hasta 50 comensales al día.
Ubicado en el centro de Sucre, Milas, a medio años de haberse abierto no solo es uno de los lugares de moda, sino que ya aspira a ampliarse en busca de satisfacer a todo aquel que se declare fanático de la receta de la casa.
“Desde el primer día ha sido sorprendente la aceptación de la gente. Es muy rara la noche en la que no hay gente, siempre terminamos todo lo que se prepara, además que no queremos servir algo guardado. Estamos sorprendidos y agradecidos por la aceptación”, afirma Iglesias, el copropietario y encargado de venta y producción.
Milas abre sus puertas de 18:00 a 22:00 en la calle Camargo 308.
Una presentación especial
Dicen que la primera impresión es la que cuenta: la milanesa de Milas se sirve sobre una tabla de madera hecha por encargo, un elemento que distingue el producto de cualquier otro servicio de comida, asegura Janssen, copropietaria del negocio.
Además de ser el primer lugar exclusivamente dedicado a la producción de milanesas, como emfatizan sus dueños, Milas se distingue por ofrecer una variedad que satisface los gustos más clásicos y a los que buscan experimentar con la fusión de ingredientes.
Cinco variedades
Son cinco las variedades de milanesa que se sirven, además del tradicional sándwich. La más solicitada del menú es la Nápoli, que lleva salsa de tomate, queso mozzarella, jamón y choclo, casi una verdadera pizza.
Janssen detalla que los elementos que acompañan su menú surgieron al evaluar qué les gustaría probar a los comensales, y al pensar en su experiencia cuando ordenan una milanesa en lugares que no se dedican a servir exclusivamente este plato.
“Me ha tocado probar milanesa quemadas o duras, y eso porque el lugar no se dedica a eso sino a otros platos o a churrascos”, recuerda al repasar algunas de las motivaciones que los llevó a emprender en esta nueva oferta gastronómica.
De buscar empleo a crearlos
La pareja, que está comprometida para unir sus vidas en matrimonio, buscó un negocio con el que sustentarse luego de que, al no haber encontrado opciones laborales como dependientes, decidieron ser sus propios jefes.
“Había la opción de irnos de la ciudad, pero uno quiere quedarse por la familia, porque uno tiene la vida hecha acá, y porque quiere salir adelante. Por eso optamos por tener un negocio propio, algo que sea nuestro”, relata Janssen.
Con el tiempo, se dieron cuenta, además, de que necesitarían manos que les apoyen. Así que ahora cuentan con tres empleados que se encargan de distintas labores, con el fin de atender adecuadamente a cada uno de sus clientes.
“En cierta forma es una satisfacción para nosotros porque nos parece importante crear fuentes de empleo para la ciudad. Con la apertura de Milas, nos parece importante haber creado fuentes de empleo e ingresos para ellos y sus familias”, dice Janssen. “Sabemos lo difícil que es encontrar trabajo cuando estudias o cuando sales profesional”, acota Iglesias.
Una “Mila” en familia
Una de las claves para los propietarios de este espacio es que la comida sea un momento grato que recordar. En ese sentido, se esfuerzan en que el trato no sea frío y de que no se vea el proceso como una compra más en un lugar cualquiera. Lo que buscan es que la gente se sienta en casa y como en familia.
Para lograrlo no solo se encargan de atender a sus comensales con amabilidad, sino también de adecuar el espacio en el que trabajan para que se acogedor y memorable.
“Nos gusta atender bien y que sean los clientes quienes nos hagan publicidad con sus comentarios y su satisfacción”, explica Iglesias.
“Sé feliz, colecciona momentos, no cosas”, es una de las frases que se puede leer en las paredes de Milas. El objetivo es que quienes acudan a probar su producto no solo se sirvan una cena, sino recuerden lo que vivieron allí y con quiénes.
“Tenemos pensando que por la decoración del lugar a la gente le guste venir, se tome fotos, tome fotos de la comida. Tenemos cuadros con mensajes para eso y vemos que lo hacen, lo suben a sus estados (de Facebook) y lo comparten”, dice Janssen.
Por ahora, el lugar ha atrapado a muchos clientes, pero los dos gestores de este emprendimiento esperan que otros más los visiten y se conviertan en unos “locos por la milanesa”.
Algo más que una tradicional milanesa
VARIEDAD. El menú se conforma por: milanesa clásica, milanesa Nápoli, milanesa Tropi (con piña), milanesa Texi (sin queso), milanesa dúo (ideal para dos personas, con hasta 8 ingredientes a elección) y el sandwich de milanesa.
PRECIOS. Las milanesas en plato de Milas (para uno) oscilan entre los 16 y 34 bolivianos, la de doble porción y ocho ingredientes a elección está a Bs 42, mientras que el sandwich a 8 bolivianos.
ATENCIÓN. Milas se encuentra en la calle Camargo 308, entre Avaroa y Bolívar. Atienden de lunes a sábado desde las 18:00 hasta las 22:00. Reciben pedidos a domicilio y se puede hacer reservas al 76124885.