“Los países que salgan de la esfera del capitalismo no van a ir a mejor”

En la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad San Francisco Xavier, el sociólogo y comunicador social César Rojas Ríos ofreció una charla con el título de “La línea sinuosa del capitalismo”...

César Rojas, sociólogo y comunicador chuquisaqueño. CAPITALES César Rojas, sociólogo y comunicador chuquisaqueño. CAPITALES

REDACCIÓN CAPITALES
Capitales / 10/07/2018 07:19

En la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad San Francisco Xavier, el sociólogo y comunicador social César Rojas Ríos ofreció una charla con el título de “La línea sinuosa del capitalismo” y posteriormente concedió una entrevista a CAPITALES.

El martes pasado, en la primera parte de ese encuentro, Rojas, a manera de introducción, expuso sus criterios acerca del capitalismo y la relación de este con las democracias. Además, se refirió al problema de la desigualdad en el mundo.

En este último apartado, el autor de “La Ciudad Vagón”, “Democracias Callejeras”, “Democracia de Alta Tensión” y “Multicrisis Global”, entre otros libros, profundiza en la cuestión del sistema y luego responde a preguntas vinculadas a la actual coyuntura política de Bolivia, con respecto a la realidad latinoamericana y mundial.

Al igual que en el capítulo anterior, en esta oportunidad presentamos tanto el resultado de la entrevista como algunas frases de Rojas en la mencionada disertación.

CAPITALES (C). ¿Falta una optimización del sistema? ¿Será que nosotros, como generación, llegaremos a ver lo mejor del capitalismo?

César Rojas (CR). En el siglo XX, con el marxismo pensamos que el socialismo podría ser un sistema rival que genere más bienestar, pero que genere la emancipación del ser humano. Millones de personas se enfilaron en ese ideario, pensaron que estas podrían ser sociedades mucho más nobles y humanas que el capitalismo. Lastimosamente, en su realización histórica vimos que no solo no cristalizaron ese ideal, sino que tampoco lograron mayor bienestar que el capitalismo.

Hoy en día, como decía Ortega, la historia significa que el campo de lo certero se va acotando con los experimentos históricos que se hacen. Lo que sí sabemos es que los países que salgan de la esfera del capitalismo no van a ir a mejor, van a ir a peor. Y para eso ya están los ejemplos históricos.

Pero estamos viendo con enorme preocupación que los países que se mantienen en el capitalismo tampoco van construyendo un óptimo, y de ahí que es necesario el acompañamiento de esta crítica de sistemas alternativos al propio capitalismo. Yo creo que lo peor que le ha podido suceder al capitalismo es que venza a sus rivales, que se llene de arrogancia y que venda al mundo el ideario neoliberal. Porque el ideario neoliberal tiene que ver con esa concentración enorme de la riqueza, donde el mundo está hecho para las multinacionales y sus propios beneficios, y esto lo hizo inclusive en detrimento de las propias democracias.

El experimento neoliberal ha resultado ser un enorme fracaso mundial. Lo hemos visto nosotros en América Latina de una manera muy cruda. Pero también se lo acaba de ver: las “Primaveras Árabes” tienen que ver también con que en esa franja del Oriente Próximo se instalaron sistemas neoliberales concentradores de la riqueza. Por eso digo: necesitamos un equilibrio que se ‘bioalimente’ de una manera positiva entre el capitalismo y la democracia. Fortalecer la democracia, no solamente a la democracia en términos institucionales: de división de poderes, de Estado de derecho, de elecciones libres y transparente, sino también necesitamos que la democracia sea “democratización social”, mayor igualdad social, que se instale esa línea de dignidad bajo la cual no esté ningún ciudadano bajo ninguna circunstancia. Eso requiere una política refortalecida.

Pero tampoco nos puede suceder como empieza a darse en muchos países a nivel global donde ese refortalecimiento de la política, para ponerle las bridas al capitalismo, lo hace a costa de la propia democracia. Y entonces ganamos por una parte, pero perdemos por otra.

Rojas, durante su charla en la Facultad de Economía, hizo varias veces hincapié en las formas de gobierno democráticas. Por ejemplo, sentenció que “las democracias gozan de una débil salud de hierro”; dijo que, como el capitalismo, pareciera que fueran a colapsar pero renacen, con lo que se puede inferir su carácter adaptativo para permanecer a lo largo del tiempo.

C. Hablando de populismo, de la apuesta de la gente por caudillos en lugar de por instituciones, ¿cómo avizora el futuro de Bolivia en cuanto a la dicotomía de populismos y caudillos versus democracia e institucionalidad?

CR. En América Latina siempre hemos tenido una gran tradición y una gran propensión hacia los caudillos y hacia el hiperpresidencialismo, pero nosotros mirábamos a Europa como la construcción de la institucionalidad, y que la mejor garantía de esos ciudadanos protegidos era, precisamente, consolidar esas instituciones. Lo que ahora vemos con preocupación es que en la propia Europa se empiezan a erosionar las instituciones y que la gente empieza a mirar a estos nuevos caudillos populistas como el mayor garante de su propio bienestar.

Un gran politólogo húngaro señalaba que lo que viene en este momento es resistir a esa ola populista. Que deben contenerla y que necesitan rápidamente reinstalarse dos pensamientos que han tenido enorme vigencia y que han dado como corolario el “Estado de Bienestar”: las socialdemocracias y las democracias cristianas.

Hoy en día vivimos la crisis de estos dos idearios, que no están sabiendo cómo responder. Necesitamos que estos idearios de centro, pero de un centro social, de un centro que quiere controlar, vigilar y socializar esta riqueza del capitalismo, sigan vigentes. Pero también ha sucedido en el caso europeo que estos partidos socialdemócratas poco a poco han ido derivando hacia el neoliberalismo y el ciudadano ha sentido que esos partidos, que se decían socialdemócratas, socialistas, digamos moderados, habían dejado de protegerlos, sobre todo, en la crisis financiera global.

La crisis financiera global les ha cobrado un enorme costo a esos partidos socialdemócratas, que han permitido que a costa del ciudadano erosionen los Estados de Bienestar para salvar a unos banqueros codiciosos. Entonces, han mirado hacia estos nuevos populistas que les traen el canto de sirenas de que ellos son sus mejores protectores frente a esa situación de desprotección económica, pero también frente a ese fenómeno creciente de invasión del migrante y que iría a cambiar el rostro.

Y ahí como un mejor ejemplo de esto tenemos el caso del Brexit (en Inglaterra).

“No basta con generar riqueza para salir de la pobreza”, afirmó Rojas durante su charla, ante docentes de la Facultad de Economía. “Hay que barajar distintas variables: ingenierías económicas, políticas y sociales”. Se refería a los “alquimistas globales”, a gente capaz de concebir ecuaciones complejas para la resolución de los conflictos.

C. En su charla hablaba de la necesidad de contar con “alquimistas globales” en el mundo, para transformar los problemas de las sociedades en soluciones globales. ¿Ve algún alquimista global en Bolivia?

CR. Yo creo que tal vez lo primero es generar la idea, tematizar sobre la necesidad que tenemos de estos alquimistas. Y también en esa perspectiva, y en la medida que este concepto ingrese en la agenda política, hay algunos políticos de nuevo cuño para las nuevas generaciones que tal vez se encuentren en este concepto.

Pero los necesitamos urgentemente. Hoy en día no nos bastan los estadistas, necesitamos estadistas con una mirada mucho más global y con la capacidad de darnos soluciones complejas. Porque ahora se trata de jugar por lo menos a cuatro puntas: la punta política, la punta económica, la punta social y la punta cada vez más emergente y más preocupante que es la medioambiental.

No podemos salir de la pobreza si estamos poniendo en riesgo nuestro medioambiente, y tampoco es una salida para el ser humano que cuidemos el medioambiente si nos vamos a morir. Esto tiene que ver con nuevos juegos de equilibrios políticos entre lo social, lo económico y lo medioambiental. Creo que es importante, en principio, plantear en el horizonte este nuevo concepto, esta necesidad que tenemos no solamente como bolivianos sino como ciudadanos del mundo.

Estas son algunas de las expresiones que dejó César Rojas a su paso por Sucre: “…el siglo XXI no seguirá la senda destructiva del siglo anterior y, si bien el malestar y la conflictividad no cesarán, al no estar espoleadas por ideologías centrifugadoras, las salidas bélicas serán menores que en el pasado…”.

A nivel de Latinoamérica, la apuesta eran México y Brasil, pero han sido afectadas por la coyuntura. “Necesitábamos avanzar hacia la unidad (…) El siglo XXI, que se presentaba como promisorio, parece que individualmente cada nación va a tratar de hacerse un lugar en el mundo”.

“El triunfo del capitalismo no es solamente sobre la economía, sino también sobre el ser humano y la vida (…) La economía está permeando toda nuestra actividad. Estamos pasando a ‘sociedades de mercado’. Ya no nos vemos como ‘seres humanos’, sino como ‘valores de cambio’. Vemos la ‘utilidad de la otra persona’ (…) Las personas que no tienen capital, son personas que no cuentan para nada porque no sirven al otro. Esto tiene que ver con una enorme degradación del ser humano”.

“Necesitamos que la ecología y la economía se encuentren”.

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