Productores solo abastecerán 20 a 25% de la demanda de trigo
Para el consumo de la población nacional se requieren más de 700 mil toneladas. Habitualmente, la producción cubre el 40% de esa demanda interna pero, debido a la sequía que afectó la campaña de invierno, se prevé que...
Para el consumo de la población nacional se requieren más de 700 mil toneladas. Habitualmente, la producción cubre el 40% de esa demanda interna pero, debido a la sequía que afectó la campaña de invierno, se prevé que este año su aporte baje a la mitad
La aguda sequía, que este año afectó a la campaña de invierno de las zonas productoras del departamento de Santa Cruz, provocará una significativa merma de la producción de trigo. La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO) estima que solo podrán cubrir entre el 20 y el 25 por ciento de la demanda interna.
Del total de la demanda interna nacional de trigo (aproximadamente 700 mil toneladas anuales), el país suele producir el 40% mientras que el 60% restante lo cubre con importaciones.
Sin embargo, la sequía que actualmente afecta a la campaña de invierno perjudicó al 45% de ese cultivo.
Santa Cruz brinda alimentos al 70% de la población boliviana y ahora su gran preocupación actual es la insuficiente producción de trigo. Para ello, como todos los años, insiste en su pedido de utilizar la biotecnología.
La región oriental es considerada una tierra de oportunidades, porque abre sus brazos a gente de todo el país y también a extranjeros que llevan nueva tecnología para la agroindustria, inversión, trabajo y aporte para el desarrollo de ese departamento.
Recorrido agroproductivo
El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) , Gary Rodríguez, invitó a periodistas de La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba, Tarija y Sucre para que visiten algunos municipios de Santa Cruz. CAPITALES hizo el recorrido y constató la realidad de los productores del área de expansión (este) y el norte integrado en los municipios Pailón, Cuatro Cañadas, San Julián y San Pedro; en la comunidad de Chané, del municipio Fernández de Alonso, en la ciudad de Montero y en el Centro de Experimentación Agrícola (CEA 2) de ANAPO.
En general, así como se observaron las potencialidades también se apreciaron las dificultades por las que atraviesan los productores: desde la siembra de los productos hasta su cosecha.
Sequía
Cuando parecía que todo iba bien, se perdió el 70% de la superficie sembrada de cultivos de trigo, maíz, sorgo, girasol y chía debido a la sequía que afecta a la campaña de invierno.
Los municipios más afectados son Pailón, Cuatro Cañadas, San Julián y San José de Chiquitos del departamento de Santa Cruz.
De acuerdo con la información proporcionada a CAPITALES por el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), Richard Paz, en Santa Cruz se siembra dos veces al año: en la campaña de invierno y en la de verano.
Sobre la base de datos correspondientes al monitoreo de técnicos de la ANAPO que operan en los municipios productores, hasta el 20 de julio de este año la última campaña, la de invierno, comenzó entre abril y mayo con la siembra de 107 mil hectáreas de trigo, 113 mil de maíz, 380 de sorgo, 109 de girasol y 12 mil de chía, informó.
Sin embargo, estos cultivos solo recibieron entre 100 y 150 milímetros de agua al inicio de la siembra, cuando, en realidad, necesitan entre 400 y 500 milímetros para que los cultivos se desarrollen con normalidad.
Según la estimación que hacen los productores, hasta la fecha se perdieron unas 430 mil toneladas de los granos debido al denominado “estrés hídrico” (cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad). Esto representa alrededor de 90 millones de dólares que los productores dejarán de percibir.
Por si esto fuera poco, la sequía generó condiciones favorables para aumentar el ataque de la plaga del gusano cogollero al maíz (agrede en todos los estadios del cultivo, desde la siembra hasta la cosecha), que según Paz pudo evitarse si los productores estuvieran autorizados a usar semillas genéticamente mejoradas como el maíz BT, que tiene resistencia a ese flagelo.
A decir del vicepresidente de la ANAPO, Guillermo Rocco, los productores están encarando una de las peores sequías de los últimos años.
En este marco, prevé que Santa Cruz solo producirá el 20% de la demanda interna de trigo en la campaña de invierno, es decir 117.700 toneladas del grano.
Acceso a la biotecnología
Con dicho resultados, los productores agrícolas insisten en la necesidad de acceder a la biotecnología moderna, con el uso de semillas genéticamente mejoradas, para evaluar nuevos eventos biotecnológicos destinados para los cultivos de soya, maíz, algodón y otros. El objetivo es triplicar su producción hasta el 2025.
Los exportadores bolivianos esperan que el Gobierno apoye aún más al sector y libere las exportaciones de productos no tradicionales para recibir un precio justo por su producción y luchar contra el contrabando.
El Gerente General del IBCE explicó que la biotecnología consiste en transferir el gen de un reino a otro reino. La transgénesis es una parte de la biotecnología para mejorar genéticamente a la semilla.
Por ejemplo, para defender una planta del ataque de insectos se recurre a la opción convencional de usar un agroquímico (insecticida), que muchas veces no solo requiere de una sola aplicación sino hasta de tres, cinco u ocho por campaña, dependiendo de la agresividad de las plagas.
Pero, cuando se inocula la bacteria Bacillus Thuringiensis (que, aseguran, no provoca ningún daño) a una semilla de maíz, caña o sorgo, esta adquiere su propia defensa incorporada.
“Es algo así como la vacuna para los humanos: cuando la planta es mordida por el gusano, (este) muere; entonces no hay necesidad de fumigar. Además es más económico, porque se ahorra en diésel y agua para la aspersión”, dijo.
Transgénicos
Según el criterio de la past presidenta de la Asociación Sucrense de Ecología (ASE) y docente de la Universidad San Francisco Xavier, Apolonia Rodríguez, la investigación en torno a los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) es conflictiva.
Existe una evidencia creciente que los conecta con el impacto ambiental y problemas de salud. Los transgénicos han hecho que el uso de herbicidas y pesticidas aumente significativamente, dejando más residuos químicos en los cultivos para que los consumidores los ingieran, añade ella.
“Todos los países que decidan usar OMG deben cumplir con re quisitos muy serios para evitar la contaminación y pérdida de cultivos nativos”, recomendó la experta consultada por CAPITALES.
Trigo ideal para Chuquisaca
Motacú y Urubó son las dos variedades que destacan por su alta productividad y tolerancia a enfermedades como la piricularia. Su rendimiento promedio supera las 2,7 toneladas por hectárea, obtenidas en diferentes zonas trigueras.
Según el director ejecutivo del Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), dependiente de la Gobernación de Santa Cruz, Luis Ernesto Hurtado, esas variedades se podrían adecuar muy bien a los terrenos y el clima de Chuquisaca, que tiene lugares semifríos, valles y sectores calientes, entre húmedos y secos como el Chaco.
“El trigo es de clima templado, las variedades Motacú y Urubó se adaptarían muy bien a Chuquisaca; por las condiciones climatológicas que tiene (este departamento), hay menos probabilidades de enfermedades. Solo requiere temperatura templada y agua”, manifestó Hurtado a CAPITALES.
Otras variedades
Otras variedades liberadas que ahora están a disposición de los productores son la Cupesí y Penoco. Los expertos dicen que son más resistentes a la deficiencia hídrica y toleran muy bien las enfermedades.
Actualmente, gran parte del trigo boliviano que se vende al público llega al país por la vía del contrabando. En territorio nacional se produce, generalmente, el 40%; eso significa que se importa el 60% restante. Los productores explican el déficit de trigo con la falta de incentivos.
“Los países vecinos como Brasil y Argentina son colosos en producción porque usan esa la biotecnología, que vino para quedarse en el mundo y Bolivia no puede ser una isla”, expresó Hurtado a este suplemento.
Gonzalo Condori
Pequeño productor
"Mis padres son de la provincia Linares de Potosí; llegaron hace más de 40 años. Allí tenían un terrenito donde producían en poca cantidad papa, quinua, cebada y haba. Somos 8 hermanos: 4 nacimos aquí y 4 en Potosí”
Tsutomu Ota
Pres. Consejo Adm. de la CAICO
"Los primeros 20 años mis padres sufrieron mucho, todo era selva, tuvieron que tumbar árboles a mano para sembrar arroz. En los 80 entró la siembra de grano de soya y se expandió el área agrícola y mecanizada”
Carlos Ordoñez
Ing. Agrónomo de la propiedad San Antonio
"Para la creación de las cortinas cortavientos se utilizó el aceituno falso, porque es una de las especies que más tolera a los agroquímicos. Llegar a conseguir esto nos costó varias campañas. Manejamos tres cultivos: maíz, trigo y soya”
Hernán Escalera
Productor de papa
"Soy de Cochabamba, me vine hace 25 años y desde hace 22 que siembro papa. Primero lo hacía con caballos y azadón, pero ahora lo hago con tractor y cavadora, y la gente recoge la papa Desire, unas 1.200 arrobas por cada hectárea”
Ener Sánches Flumignan
Propietario de 5 Estrellas
"Vengo de Brasil, estoy con mi familia desde hace 22 años; ya somos naturalizados y nos gusta esta tierra. Desde entonces estamos haciendo la siembra directa utilizando tecnología, con rotación de cultivos y preservando la naturaleza”