“Es necesario que en las zonas patrimoniales, el transporte circule lo menos posible”
Silvia Regoli Roa es argentina, licenciada en Economía y tiene un posgrado en Administración Pública. Se especializó en la investigación de la temática del transporte urbano e interurbano de pasajeros.
Silvia Regoli Roa es argentina, licenciada en Economía y tiene un posgrado en Administración Pública. Se especializó en la investigación de la temática del transporte urbano e interurbano de pasajeros. En la Universidad Nacional del Litoral (de la ciudad de Santa Fe) da clases, entre otras materias, de Regulación de Servicios Públicos.
A propósito de esto último, es directora de un proyecto de investigación de regulación de servicios públicos, el que se dedica alternativamente a las cuestiones de transporte y de distribución de agua, de energía eléctrica y de gas natural.
Regoli participó en Sucre del 1er. Congreso Internacional “Una mirada interdisciplinaria de las Ciencias Económicas y Empresariales”, por lo cual agradeció al decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad San Francisco Xavier, Peter Campos, y, en un alto de sus actividades académicas, pasó a visitar las instalaciones del diario CORREO DEL SUR, donde concedió la siguiente entrevista a CAPITALES.
Dada la extensión de la charla, y considerando la importancia de los temas abordados, dividimos la entrevista en dos partes. En esta primera, la experta habla de la relevancia del transporte público para el desarrollo, de la eficacia de este servicio, de la relación de este con el patrimonio histórico y de los teleféricos, además de hacer una rápida evaluación de la situación del transporte en algunos países del Cono Sur.
CAPITALES (C). Usted concibe al transporte público como una herramienta fundamental para el desarrollo. ¿Por qué?
Silvia Regoli (SR). Si hablamos del transporte en general, me parece bastante obvio que cualquier mejora en el sistema de transporte de un país mejora la posibilidad de movilidad de los bienes y servicios, sobre todo de los bienes tanto del sector agropecuario como del sector industrial. Pero, si vamos específicamente al transporte público en una ciudad, yo creo que es muy importante para la gente poder movilizarse, no solamente mover aquellas mercaderías que circulan en una ciudad sino también las personas que necesitan ir a su trabajo o a un centro de salud o ir a estudiar.
Cuando el transporte mejora, estas personas tienen un costo menor en cuanto a lo que gastan en general para movilizarse, y eso hace que también puedan abarcar otras actividades; esto no sería así si el transporte fuera muy caro o muy ineficiente, o fuera muy complicado moverse. Si es muy complicado moverse o cuesta mucha plata, además de ir a algún centro de educación, a lo mejor por la tarde no puedo ir a estudiar idiomas o algún oficio. En cambio si el transporte fluye más normalmente, yo me puedo embarcar en otras actividades.
C. ¿Cuando usted habla de “transporte público eficaz” se refiere a un buen servicio que se brinda a un costo bajo?
SR. No necesariamente bajo, pero sí razonable o accesible sobre todo para las personas a las que les cuesta mucho movilizarse por una cuestión de que su ingreso es bajo, y para aquellas personas también que teniendo movilidad pueden optar por dejarla en su casa y usarla el fin de semana y movilizarse para todas las actividades en transporte público.
C. Considerando los factores del entorno de patrimonio histórico y medioambiente, ¿ha notado algo en particular en Sucre, relacionado con el transporte, que no haya visto en otros lugares?
SR. En otros lugares —no en todos pero en las ciudades medianas como Santa Fe, por ejemplo, de donde yo vengo— se está tomando conciencia, en forma paulatina, de la necesidad de preservar el patrimonio histórico. Nosotros tenemos un patrimonio histórico, no tanta cantidad como tienen ustedes, pero sí muchos edificios arquitectónicamente muy valiosos y de la época más o menos de la fundación de nuestras repúblicas. Entonces es necesario que en esas zonas de la ciudad se circule lo menos posible, no solamente por el traqueteo de los automóviles en general sino por las emisiones que de a poco van deteriorando ese patrimonio. Hay que tomar el toro por las astas y prevenir, porque muchas veces uno dice: “No es para tanto”, pero cuando quiera acordar va a tener que gastar grandes sumas de dinero para recomponer ese patrimonio histórico.
En Sucre, todavía están a tiempo pero el nivel de contaminación es alto, sobre todo en el centro. Entonces, yo he pensado que la mejor solución sería, como estamos haciendo nosotros, hacer grandes áreas peatonales y tratar de impedir que los autos particulares ingresen, y que eventualmente haya una especie de anillo para que circule el transporte público. A la vez, habría que mejorar el tema de las emisiones de estos transportes, porque el parque automotor, tanto de micros como de taxis, se ve bastante antiguo.
C. ¿Qué opina del fenómeno de los teleféricos como medios de transporte en Bolivia? Por si no lo sabía, está en proyecto este sistema también para Sucre.
SR. No estoy muy al tanto del caso específico boliviano, pero sí uno puede pensar que, dado que se puede pensar en un teleférico con fines turísticos y con fines de movilidad de la gente, como en economía muchas veces decimos, es una cuestión de hacer un análisis de costo-beneficio, porque la infraestructura tiene un costo bastante alto. Puede ser que en sus inicios, como en toda infraestructura, tenga una capacidad ociosa pero que en el futuro compense. Pero, bueno, es un estudio que hay que hacerlo en cada caso; no corresponde pensar “si en La Paz da resultado, en Sucre va a dar resultado”.
C. A manera de diagnóstico general, ¿cómo está el transporte a nivel del Cono Sur?
SR. Cuando hablamos de regulación de los servicios públicos, no nos estamos refiriendo a la regulación del transporte de carga que, casi siempre, es privado; a este no consideramos como monopolio natural y tampoco como un “servicio público”. Si vamos a hablar de transporte a nivel de todo el continente, si bien no lo he abarcado todo, he podido estudiar algunas cosas en Brasil, en Ecuador, en Perú, en Argentina, en Bolivia, y lo que uno se da cuenta es que hay como grandes problemas comunes, pero las soluciones son heterogéneas y se ha avanzado en esa misma dimensión.
En las grandes ciudades de nuestros países es como se ha avanzado muy rápidamente, porque la mayoría de los foros de transporte hablan de ciudades grandes y muy grandes; hablan de la posibilidad del metro, del metrobús, de los transportes super rápidos o de tranvías. Pero nosotros nos estamos dedicando más a las ciudades medianas, que tienen necesidades diferentes y que, en general, no hay mucho que se haya dicho sobre ellas.