Marcas amadas
¿¿Alguna vez se ha preguntado si es fiel a una marca, o ha considerado si alguna de ellas va más allá de simplemente satisfacer una necesidad superando así sus expectativas? Probablemente lo esté haciendo en este...
¿¿Alguna vez se ha preguntado si es fiel a una marca, o ha considerado si alguna de ellas va más allá de simplemente satisfacer una necesidad superando así sus expectativas? Probablemente lo esté haciendo en este momento y, si puede identificar alguna en particular, eso, desde la perspectiva del marketing, se denomina una “marca amada” o “lovemark” en inglés. De acuerdo a Kevin Roberts, el principal impulsor de este concepto, para que una marca pueda sobrevivir necesita crear una lealtad que va más allá de la razón, de manera que se diferencie de la multitud de marcas sin futuro.
Posiblemente tenga una lovemark que le acompaña desde muy temprana edad, porque le trae buenos recuerdos y genera en usted una emoción particular, quizás porque alguien muy cercano a usted la usaba o simplemente porque la experimentó y ahora no la cambia por ninguna. Si es así, la ha incorporado en sus hábitos de consumo y destina una parte importante de sus recursos para su adquisición.
La creación de una sólida conexión con los clientes es un objetivo clave para alcanzar el éxito a largo plazo en cualquier tipo de empresa, ya que el valor que esta pueda generar a través de su marca es aquel que deriva de los clientes. Por tanto, si usted está a cargo de un emprendimiento, o con perspectivas de implementarlo, debe identificar claramente cuáles son los cimientos sobre los que afianzará su propuesta de valor. Más concretamente, los beneficios que su empresa promete y ofrece a su clientela.
Considere que las empresas con mayor éxito son aquellas que incluyen un elemento humano en su propuesta de valor, por lo que si su producto/servicio cumple las expectativas del cliente, este se encontrará satisfecho o, mejor aún, complacido si supera dichas expectativas. Sin embargo, si el resultado de su producto/servicio es inferior a las expectativas del consumidor, este quedará insatisfecho y probablemente usted pierda definitivamente la conexión con él.
En este sentido, es importante resaltar que los consumidores suelen desarrollar percepciones más favorables de un producto/servicio cuya marca provoca en ellos sentimientos positivos. De manera que la conexión emocional con los clientes ayuda a generar una conexión más profunda con su marca, suscitando consecuentemente clientes leales, proactivos y comprometidos. Para dichos clientes, el precio deja de ser uno de los factores relevantes.
El cerebro humano está en un constante debate entre la emoción y la razón. Aunque para la toma de decisiones se intenta dar más preponderancia a la parte racional, lo cierto es que en ocasiones se toman desde la parte emocional, ya sea voluntaria o involuntariamente. Por lo tanto, es importante que su marca considere entre sus objetivos conectar a nivel emocional con sus clientes, para así lograr involucrarlos y formar una comunidad.
Si bien la fidelidad de marca es difícil de obtener y más aún de mantener, una vez concretada se convierte en un activo para la empresa. Por esto es muy importante definir claramente la personalidad que tendrá su marca, la cual generará más empatía a través de la proyección de valores asociados con el producto/servicio que oferta la empresa. Adicionalmente, si su objetivo es la fidelización de clientes, debe ser capaz de anticiparse a sus requerimientos a través de una lectura clara de sus necesidades particulares.
En conclusión, la clave para un negocio exitoso consiste en reflexionar sobre las diferencias significativas en su propuesta de valor y explotarlas tomando en cuenta que un gran porcentaje de clientes decide sus compras con la parte emocional. Por lo tanto, sus esfuerzos deben ir orientados a generar vínculos emocionales duraderos con los clientes, para así garantizar su fidelidad a través de una constante adaptación a la evolución de su mercado. Las lovemarks existen y la suya puede ser una de ellas.
La clave para un negocio exitoso consiste en reflexionar sobre las diferencias significativas en su propuesta de valor y explotarlas tomando en cuenta que un gran porcentaje de clientes decide sus compras con la parte emocional. Por lo tanto, sus esfuerzos deben ir orientados a generar vínculos emocionales duraderos con los clientes.