Muchas empresas no recurren aún a conciliación y arbitraje
Sobre todo las pequeñas y medianas no conocen o desconfían de estos métodos, que pueden ahorrarles tiempo y dinero, señala el experto Rodrigo Rivera

Las pequeñas y medianas empresas todavía no las ven como su primera opción. La conciliación y el arbitraje, como alternativas para solucionar las controversias, pueden ahorrarles mucho tiempo y dinero. El problema es que aún no se encuentran en el radar de muchas de ellas.
“Las empresas grandes están acudiendo a la conciliación y el arbitraje, especialmente (en casos relacionados) con transacciones grandes. Las pequeñas son las que todavía no conocen o desconfían de estos métodos. Pero las empresas grandes confían en ellas o acuden por exigencia de las empresas del exterior que las contratan”, explica a CAPITALES Rodrigo Rivera, experto en este campo.
El también abogado y docente universitario ofreció en pasados días, en Sucre, un taller sobre las “Ventajas y beneficios de la conciliación y el arbitraje”, organizado por el Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (CAINCO) de Chuquisaca.
Allí resolvió las inquietudes de empresarios y estudiantes de Derecho, fundamentalmente.
¿Por qué no son la primera opción?
¿Por qué las soluciones alternativas de conflictos no forman parte de la cultura de la resolución de conflictos o no son la primera opción de las empresas? Rivera dice que, lamentablemente, en algunas universidades públicas no se está estudiando el asunto como se debiera.
“Las universidades privadas se han dado cuenta de que este es un campo en el que se tiene que incidir mucho. Pero tengo el convencimiento de que también las (universidades) públicas van a comenzar a desarrollar esto; yo creo que ese es el futuro, y se está volviendo cada vez más el presente”, agregaó el experto.
Santa Cruz ya organiza competencias sobre arbitraje. Lo hace a través de la CAINCO, cuya convocatoria reúne a cada vez más universidades de esa ciudad, de La Paz y de Cochabamba, lo que es una buena noticia, según el profesional.
“Yo asisto con regularidad a los congresos internacionales de arbitraje y cada vez veo más colegas asistiendo, cada vez más expertos, abogados que solo se dedican a hacer arbitraje. Es algo que está surgiendo cada vez más en Bolivia”, enfatiza Rivera.
¿Cuáles son los beneficios?
Al referirse a los beneficios, describe que “son métodos más rápidos y mucho más eficientes. La conciliación evita que las partes lleguen a un conflicto judicial. El arbitraje ayuda a solucionar el asunto a tiempo, antes de que la empresa gaste más en abogados”.
Además, “una empresa no está diseñada para sostener un juicio: está diseñada para producir bienes o servicios”.
Un arbitraje permite a las partes en conflicto tener gente especializada en la resolución de su caso.
“Las autoridades judiciales están agobiadas con causas judiciales. Tienen que conocer todo tipo de temas, desde los más pequeños hasta los más grandes y los más complejos, y no puede negarse a resolverlos. Si le llega un tema sobre seguros, por ejemplo, tiene que resolver la controversia. Y si la siguiente es sobre alquileres impagos y la otra sobre la venta de llantas, sobre todas ellas tiene que fallar, y nadie humanamente puede conocer sobre todas esas cosas”, explica Rivera.
Arbitraje
Por otra parte, al margen de la celeridad en la resolución de la causa, un arbitraje “termina con una decisión definitiva que solo es impugnable por un recurso de nulidad”. Este, en criterio del especialista, es bastante cerrado y no tiene apelación, es decir que no está abierta a la revisión de la controversia desde el inicio, como ocurre en la justicia ordinaria, lo que deriva después en una acción de casación y luego en otra serie de recursos.
Conciliación
¿Y en el caso de la conciliación? “La diferencia es que en la conciliación tienes un experto que te va a ayudar a solucionar tu conflicto. Es casi un psicólogo que analiza tres elementos: a las partes (es decir a las personas), los problemas y el proceso que ha llevado a que exista el problema. Es un facilitador profesional que ayuda a que las partes vuelvan al diálogo para que arriben a una solución. “El conciliador no decide nada, solo ayuda a que las partes decidan”, aclara el profesional. “El árbitro, si quieres, es un juez privado. El árbitro va a tomar una decisión, que puede que no le guste a una parte o a las dos, pero va a decidir”, complementa.
¿Qué hacer antes de...?
¿Qué hacer antes de optar por la conciliación o el arbitraje?, le consulta CAPITALES a Rivera.
Lo primero, redactar una buena cláusula de arbitraje. Y después “hay que evitar tener una 'cláusula patológica'. Uno debe tener un abogado especialista en los contratos completos (…). Cuando toca (redactar) la cláusula, uno debe llamar a un especialista en arbitraje. Si no hay esa posibilidad, copiar una cláusula de un centro de conciliación y arbitraje, en este caso, el de la CAINCO.
¿Por qué? Porque tienes que llevar el caso acá. No te convendría hacerlo en otro lado; es mucho más económico. Segundo, realmente tratar de conciliar es muy importante porque muchas cosas se solucionan antes, te ahorras mucho tiempo y dinero. Y en la suscripción de la cláusula de arbitraje hay que tener un árbitro de emergencia y pactar medidas cautelares”, recomendó Rivera.