El Sudeste Asiático ignora la guerra fría por tecnología 5G
Un mercado de 600 millones de personas se mantiene inmune a las consecuencias de la guerra comercial y sigue expectante el desarrollo de la tecnología 5G, que es el centro de la disputa
Carteles publicitarios anuncian a la empresa china de tecnología móvil Huawei, ayer lunes, en Kuala Lumpur (Malasia). Foto: EFE La mayoría de los países del Sudeste Asiático están ignorando la "guerra fría" del 5G en la que Estados Unidos ha iniciado una campaña contra el grupo chino Huawei al considerarlo una amenaza para la seguridad.
Países como Tailandia, Singapur e Indonesia se han declarado neutrales y el gigante chino se perfila como uno de los arquitectos de la telefonía de 5 generación (5G) en esta región de más de 600 millones de personas, con la excepción de Vietnam.
Otras empresas que aspiran al desarrollo del 5G en el sureste de Asia son la china ZTE, la finlandesa Nokia y la sueca Ericsson.
"Ciertamente, la presión ha aumentado entre los países del Sudeste Asiático para que tomen partido por un bando en la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China en varios frentes", explica a Efe Gwen Robinson, investigadora del Instituto de Seguridad y Estudios Internacionales de la Universidad de Chulalongkorn en Bangkok.
Robinson opinó que la demanda de Estados Unidos para que otros países rechacen la tecnología de Huawei está creando la impresión de una nueva "Guerra Fría 2.0", incluida una nueva versión del veto tecnológico estadounidense a la antigua Unión Soviética.
Las ventajas económicas y tecnológicas del 5G de Huawei prevalecen sobre las "preocupaciones de ciberseguridad" en el Sudeste Asiático, lo que puede socavar los objetivos de EE.UU., agregó la también periodista de "Nikkei Asian Review".
El 5G, que es al menos 20 veces más rápido que el 4G y sin apenas latencia, está destinado a transformar la economía y la sociedad al acelerar la robotización, el internet de las cosas, la inteligencia artificial o los vehículos del futuro.
Ya el año pasado, Australia y Nueva Zelanda excluyeron a Huawei del desarrollo de sus redes 5G por razones de seguridad debido a su cercanía con el Gobierno chino.
Según EEUU, Huawei trabaja con el Ejército y el Gobierno chinos y ha creado capas ocultas o "puertas traseras" en sus dispositivos para espiar a los rivales de Pekín, lo que ha sido negado rotundamente por la multinacional china.
Por este motivo, la incluyó en una "lista negra", lo que le prohíbe la relación comercial con empresas estadounidenses, e inició una campaña para convencer a sus aliados de que veten también al fabricante con sede en Shenzhen.
Japón es el último país en sumarse al veto a Huawei.
"Sí, puede que haya algo de espionaje. Pero, ¿qué hay que espiar exactamente en Malasia? Somos un libro abierto", afirmó con cierta ironía el primer ministro malasio, Mahathir Mohamad, el pasado mayo en un foro económico en Tokio.
El nonagenario mandatario subrayó que Malasia seguirá comprando equipos de Huawei y alertó de que las disputas entre EEUU y China podrían degenerar en un conflicto militar.
En llamamientos parecidos, Singapur ha abogado por ser "objetivo" y no vetar a Huawei, mientras que las autoridades tailandesas han defendido su "neutralidad" y el ministro de Comunicación indonesio, Rudiantara, dijo el pasado febrero que su país no puede ser "paranoico" respecto al fabricante chino.
"Los países asiáticos no abandonarán Huawei y la electrónica china", señaló Thirachai Phuvanatnaranubala, ministro tailandés de Economía entre 2011 y 2012.
En su opinión, Tailandia no debería secundar el veto de EEUU a Huawei, ya que limitaría las opciones del país, al tiempo que opinó que el fabricante chino va "claramente en cabeza" en la carrera del 5G y ofrece los precios más competitivos.
El pasado abril, Huawei firmó un acuerdo con Camboya para desarrollar la red de 5G para el 2020 y se encuentra en negociaciones en otros países de la región, incluidos Tailandia y Filipinas, aliados tradicionales de EE.UU.
En Tailandia, la empresa china está trabajando en un proyecto piloto junto con la Comisión Nacional de Telecomunicaciones y la Universidad de Chulalongkorn.
Los dos únicos operadores de telefonía móvil filipina, Globe y PLDT, se han comprometido a diversificar sus proveedores de hardware para evitar verse salpicados por la disputa entre China y EEUU y cuentan con Huawei para sus lanzamientos del 5G.
Las autoridades filipinas también han firmado un acuerdo con China Telecom y Huawei para la creación de un sistema de videovigilancia en el área metropolitana de Manila y Davao, valorado en 383 millones de dólares, para reducir los índices de criminalidad y mejorar la respuesta ante emergencias.
Claves
Indonesia
Falta de acuerdos
Tanto Huawei como la estadounidense Qualcomm se encuentran en plena promoción de su tecnología 5G en Indonesia, aunque este país no hizo acuerdos con ninguna empresa.
Independencia
Caminos propios
El régimen comunista de Vietnam parece querer seguir su propio camino, con el liderazgo de Viettel, propiedad del Ejército, que está desarrollando su propia tecnología de 5G y en las últimas semanas ha realizado ensayos.
Pérdidas
Menores ingresos
El fundador y consejero delegado de la tecnológica china Huawei, Ren Zhengfei, pronosticó que los ingresos de la firma estarán 30.000 millones de dólares por debajo de lo esperado tras el veto de EEUU.
Efectos
Ventas masivas
Pese a las acusaciones internacionales sobre la seguridad de sus equipos, Huawei ganó un 25,1 % más en 2018, año en el que aseguró haber vendido 206 millones de móviles y facturado $us. 110.900 millones.
Retrasos
Teléfono plegable
Huawei decidió retrasar a septiembre el lanzamiento de su teléfono plegable ampliamente publicitado, el Mate X, que en principio tenía previsto llegar al mercado en junio, según informó la compañía china.
Conflicto
Derechos de licencias
Huawei comunicó a la operadora estadounidense Verizon que debería pagar derechos por licencias de más de 200 de sus patentes, lo que agrava la tensión entre el grupo chino y Estados Unidos.
Nuevo sistema
Desafío de aplicaciones
Huawei está completando la creación de un nuevo sistema operativo propio, el "HongMeng OS", cuyo mayor desafío radica en su compatibilidad con las aplicaciones de Android.