¿Por qué en una ciudad tan dulce, la competencia es amarga?

Lo que está sucediendo con Helados Panda me remonta a la época dorada de ciertas empresas chuquisaqueñas. Cómo no recordar que en escuelas y colegios se consumía productos de PIL Chuquisaca, cuando salí bachiller, todos alumnos fuimos a Foto Dorian para retratarnos para los certificados y la foto oficial de la promoción, en la fiesta se sirvieron refrescos Salvietti del Sur, y cerveza Sureña, además de bocaditos Cobolde. Si nos enfermábamos comprábamos medicamentos de Farmacia El Sol, en el viaje de promoción todos nos pedían y preguntaban por Chocolates Taboada y ni hablar de la naranja de Huacareta;  guayabas, paltas y tomates del valle (La Palma).

Estoy seguro que no olvidamos los torneos de cacho a nivel nacional que organizaba Singani San Pedro, ya de estudiante universitario observé que la mayoría de los libros de los docentes venían de Imprenta Tupac Katari; mi casa se construyó con cemento Fancesa, era impensable, creo que hasta un delito como sucrense, comprar otra marca. La mayoría de los compañeros que usaban lentes los adquiría en Óptica Santa Lucía, esto, solo por nombrar algunas empresa sucrenses que marcaron época y que en determinado momento tenían un excelente posicionamiento, lo cual decantaba, en la mayoría de los casos, en el liderazgo en participación de mercado de su rubro.

Actualmente, la mayoría de estas empresas perdieron notoriedad y posicionamiento, si es que no desaparecieron, (esto se puede comprobar comparando la participación de mercado que tenían hace 10-15 años, con la que tienen ahora o preguntando al mercado si conocen dichas empresas y qué lugar ocupa en sus preferencias).

Como romántico sucrense, generalmente soy fiel a las marcas, pero es muy difícil mantener esta lealtad, cuando las empresas que, en algunos casos, fueron nuestro primer amor, no hacen nada para mantenernos enamorados, es más, pareciera que nos llevan intencionalmente hacia la competencia.

¿Y qué decir de las nuevas generaciones? En la mayoría de los casos no conocen a las empresas o marcas chuquisaqueñas que alguna vez dominaron el mercado local, y nacional.

Entonces la pregunta es: ¿El entorno externo incontrolable determina el desempeño del negocio en gran medida o, por el contrario, es la estrategia de la empresa la que tiene un gran impacto en su desempeño?.

Las causas de esta pérdida de competitividad pueden ser excesiva la competencia, factores políticos, ausencia de inversiones, mercado turbulento y cambiante y la economía del país, además de las decisiones estratégicas que no se tomaron oportunamente.

Se puede concluir que, si bien los factores externos influyen en el rendimiento de una empresa, son los factores controlables por la empresa los que, en definitiva, determinan en gran medida el éxito o fracaso.

Se debe empezar a ser responsables de las decisiones, de lo contrario se seguirá echando la culpa a otros factores que, si bien influyen, no determinan en gran medida el éxito o fracaso empresarial. Los factores no controlables afectan a todos, pero algunas empresas tienen éxito y otras fracasan en el mismo entorno. El no aceptar errores, se puede comparar a algún equipo que en la pasada Copa América culpó de su fracaso al árbitro, a la cancha, al VAR (videoarbitraje), al clima o a la altura, sin reconocer sus decisiones no acertadas.

Creo firmemente que la empresa local puede recuperar las glorias pasadas, para lo cual se necesita voluntad y sobre todo excelentes decisiones empresariales, basadas en información actualizada, confiables y sobre todo dirigidas por ejecutivos con excelente formación y probada integridad.

LIC. MBA. IVÁN TOLAVI SORUCO

DOCENTE DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES UMRPSFXCH