Gerencia y Administración Pública: Una carrera con pertinencia social

Es bien sabido por todos que la elección de la carrera profesional a seguir por parte del joven bachiller tiene dos componentes inseparables que deben ser objeto de análisis: 1.- La vocación que se tiene y 2.- La autorrealización personal y profesional que se pretende lograr; tomando en cuenta además para esto que la principal exigencia de la educación superior, tanto pública como privada, es la calidad del servicio que presta y obviamente la calidad del profesional que forma para la sociedad.

A veces no se puede determinar con mucha claridad la vocación que se tiene, pues existe la posibilidad de una alta contaminación tomando en cuenta el éxito o fracaso que tuvo el entorno familiar o social, lo que generalmente conduce a tomar decisiones que no condicen definitivamente con la vocación sino con la esperanza de poder asegurarse y garantizar un futuro económico, que en el mejor de los casos podrá garantizar subsistencia y la de la familia, sin que esto permita algunas veces una autorrealización profesional ni personal, menos tener el éxito esperado.

En virtud de lo manifestado, sobre las universidades recae la enorme responsabilidad de ofertar carreras que tengan pertinencia social, entendida esta como la cualidad principal de la relación o vínculo universidad–sociedad.

Ello solo se logrará en la medida en que las profesiones ofertadas respondan a los requerimientos y necesidades de la sociedad, generando de manera automática la demanda de profesionales que vayan a resolver los problemas y necesidades emergentes de la modernización de las sociedades y, por supuesto, del Estado, producto de los cambios y del avance turbulento de la tecnología, que en algunos casos está ocasionando que algunas profesiones se enmarquen dentro de lo que es el concepto de obsolescencia laboral.

Así, estas profesiones se ven obligadas a desaparecer porque, más allá de justificar el costo que representa su funcionamiento, carece de pertinencia social, lo que ocasiona que el nuevo profesional esté condenado al fracaso y no por incapacidad o mala formación, sino simplemente porque ha sido formado y preparado para ejercer  una profesión cuya necesidad ya no existe o se encuentra en proceso de extinción.

Como en todo fenómeno existen pesos y contrapesos. Ante la obsolescencia en la que ingresan algunas profesiones, producto de la aparición de requerimientos emergentes, es que se da la necesidad de formar profesionales en nuevos ámbitos que permitan responder los nuevos desafíos a los que se enfrenta la sociedad, y una de aquellas necesidades, dado el desproporcionado crecimiento poblacional y aumento de los recursos públicos, es la correcta administración de los mismos, que cada vez son más escasos en la medida en la que se tiene que atender mayor cantidad de población cada vez con menos recursos, por supuesto refiriéndonos en términos relativos.

En las últimas décadas se hizo más que evidente la necesidad de contar con profesionales con alta especialidad para el manejo de los recursos públicos.

Atendiendo esta emergencia, la Universidad San Francisco Xavier el 20 de septiembre del año 2007 crea la carrera de Gerencia y Administración Pública, en su momento la primera y única en el país, formadora de profesionales con especialidad en la Administración Pública, tanto en su sede de la ciudad de Sucre como en su subsede de Villa Serrano, a nivel de licenciatura en ambas.

Siguió este camino después la Universidad Juan Misael Saracho, de Tarija; crea la misma carrera con sede en Yacuiba y, actualmente, está en proyecto de creación en la Universidad Técnica de Oruro. En consecuencia, se tiene un mercado laboral casi virgen a la espera de nuestros profesionales, para responder de esta manera a una necesidad de la sociedad en la que vivimos.

Lic. MSC. Alex Jadue Calvo

DIRECTOR DE LA CARRERA DE GERENCIA Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA DE LA UMRPSFXCH