Alberto Benegas Lynch: “La gestión de Macri es muy floja, tímida”

Hace ya algún tiempo, el economista argentino Alberto Benegas Lynch (hijo) estuvo en Montevideo para dar una charla. En esa oportunidad fue entrevistado por el prestigioso diario El País.

Alberto Benegas Lynch: “La gestión de Macri es muy floja, tímida” Alberto Benegas Lynch: “La gestión de Macri es muy floja, tímida”

Redacción Capitales
Capitales / 25/10/2019 03:46

Hace ya algún tiempo, el economista argentino Alberto Benegas Lynch (hijo) estuvo en Montevideo para dar una charla. En esa oportunidad fue entrevistado por el prestigioso diario El País. Pese a que entonces el Gobierno de Mauricio Macri no había alcanzado su ecuador, el experto ya advirtió sobre los problemas que caracterizarían a esa gestión: “No ataca los problemas de fondo que dejó el kirchnerismo y corre el riesgo de dilapidar su capital político”, dijo entonces. Aquí un resumen de esa entrevista.

El País (EP). ¿Cómo evalúa la gestión del presidente Mauricio Macri?

Alberto Benegas Lynch (ABL). (Tiene lo que considero un activo (no debería ser así porque debería ser normal) y es que no hay corrupción. Hemos estado acostumbrados a corrupciones horribles. Por eso lo aplaudimos. Respecto a la gestión, es muy tímida y muy floja. La gente tiene problemas graves para llegar a fin de mes y hay problemas sociales. Esto es consecuencia de que le arrebatan recursos. ¿Quién arrebata recursos? En gran medida, es el aparato estatal. Cuando se dice que el Estado tiene que hacer esto o lo otro…, ningún gobernante pone de su peculio. Es el vecino el que está pagando. Todos nosotros, más cerca o más lejos, venimos de la miseria, venimos de las cuevas, venimos del mono y el esfuerzo para mejorar es respetar la choza que se hizo el otro, es respetar el derecho de propiedad, es respeto recíproco por los proyectos de vida del otro, aunque no nos gusten y no los compartamos. 

(EP). Voceros del gobierno dicen que se esperará a las elecciones legislativas para comenzar a abatir el déficit fiscal. ¿Qué le parece?

ABL. Ahora la nueva receta parece ser esperar a las elecciones. A mí me parece que quizás los liberales no mandamos bien el mensaje de la conexión que hay entre las malas políticas económicas, el derroche, un Leviatán muy adiposo y el salario de la gente.

Me parece que es muy importante abrir las economías, establecer sistemas competitivos y eliminar esos ladrones de guante blanco que son los empresarios que tejen alianzas con el poder. Es el gobierno de los últimos 70 años en la Argentina. Argentina desde la constitución liberal de 1853 hasta el golpe fascista de 1930 era la vanguardia del mundo libre, en los primeros puestos de salarios e ingresos del peón rural y del obrero de la incipiente industria. 

EP. ¿Pero cómo puede conciliar Macri la necesidad de consolidar su poder y tener un buen resultado en octubre con la de reducir el déficit fiscal?

ABL. El político si tiene sentido práctico va a tratar de apuntar a lo que la opinión pública puede digerir y no ir más allá porque empieza a perder votos. El político que se sube a la tribuna y dice “yo voy a hacer lo que me da la gana y no me importa lo de la opinión pública” está perdido como político. El profesor que entra a una clase y dice “yo voy a averiguar lo que quieren los alumnos para decirlo”, está perdido como profesor. 

EP. ¿Macri ya perdió la oportunidad?

ABL.Yo quiero creer que no perdió la oportunidad a raíz de este oxígeno que fue la marcha del 1° de abril. Pero he dicho que no se la debe tomar como que haya sido un apoyo a Macri, sino que debe ser tomada como una defensa de la República y del sistema democrático debido a los comentarios que se han hecho diciendo que el presidente se tiene que ir en helicóptero, como Fernando de la Rúa.

EP. Hay quienes dicen que el macrismo es “kirchnerismo con buenos modales”.

ABL. Yo comparto eso. No están en cadena nacional, a los gritos e insultando. Eso no lo tiene este gobierno. Pero cuando se pierden las oportunidades, es una pena enorme. El déficit fiscal es ahora de ocho puntos del producto, más alto que en la época de (Néstor) Kirchner. Cuando Thomas Jefferson era embajador en París y le llevaron la constitución nueva de Estados Unidos dijo que si tuviera que cambiarle algo diría que debería prohibir la deuda pública. Usando términos futboleros, se está pateando la pelota para adelante. Se está comprometiendo el patrimonio de futuras generaciones que ni siquiera habrán elegido a los gobernantes que contrajeron la deuda. La presión fiscal en Argentina es una de las más altas del mundo. La gente tiene que trabajar entre seis y siete meses al año para mantener el aparato estatal. Eso es lo que hay que modificar y cuando antes mejor.

EP. ¿Pero el Gobierno no ha tenido algún éxito en mejorar el clima para la inversión, en dar más estabilidad?

ABL. Yo no veo ninguna regla estable. Todos los paros que ha habido muestran una cosa muy zigzagueante. Está bien abrirse al mundo, pero uno se tiene que preguntar ¿para qué abrirse al mundo, para mostrar la misma cosa populista, para mostrar kirchnerismo con buenos modales o para mostrar otra cosa? Para mostrar otra cosa hay que arremangarse y mostrar otro rigor. Dejémonos de frases vacías, como “juntos podemos”. Mejor como decía (José) Ortega y Gasset, decir “argentinos, a las cosas”. Trabajemos para rectificar los temas lo antes posible. Yo creo que Macri está muy consciente de eso.

EP. ¿No cree que hay en la región un retroceso del populismo que puede llevar a políticas más de libre mercado?

ABL. Es cierto que hay signos interesantes. Por ejemplo, en el Perú. Hay otros signos que no son tan atractivos como lo que está pasando con el tema de la seguridad social en Chile. Hay que explicar que el sistema de reparto de la seguridad social es una estafa. Es un sistema que actuarialmente no resiste. El sistema de capitalización donde cada uno pone de sus recursos y hay competencia y mercados abiertos me parece lo normal y lo atractivo. Ahora se está por revertir en Chile.

EP. La aplicación del liberalismo económico quedó asociada en Argentina con la dictadura.

ABL. Fíjese que creo que no, porque los mismos representantes y ministros de ese régimen horrible que usted señala, nunca se han declarado liberales. Han salido siempre a decir “yo no tengo nada que ver con el liberalismo”. Por ejemplo, José Martínez de Hoz, aumentó brutalmente el gasto público. Lo demás son anécdotas. ¿Cómo fue el aparato estatal? ¿Fue más grande o no? La deuda aumentó, el gasto aumentó, hablaba de privatizaciones periféricas. Nadie sabe qué quiso decir.

EP. El menemismo privatizó, pero quedó asociado con la corrupción.

ABL. Exactamente, no tuvo nada de liberal. Se pasó de monopolios estatales a monopolios privados. Los ferrocarriles tenían un déficit de $us 365 millones, se privatizaron y acto seguido el gobierno subsidió el monopolio.

EP. Supongo que no le gustan para nada las ideas socioeconómicas de su compatriota el papa Francisco.

ABL. Para nada. Yo soy católico. Él se ordenó en 1959 en Córdoba bajo la influencia muy marcada de monseñor Enrique Angelelli que oficiaba misa bajo la insignia de los montoneros (NdeR: murió en 1976 aparentemente asesinado por la dictadura argentina). Si uno lee el segundo capítulo de la exhortación “Evangelii Gaudium” uno ve que no tiene nada que ver con los principios de la propiedad ni de la igualdad. Se dice que quiere una sociedad igualitaria, pero ¿qué diablos quiere decir eso? La igualdad ante la ley la comparto totalmente. Pero la guillotina horizontal… En un mercado libre el que mejora es el que mejor ha servido a sus semejantes y el que yerra tiene quebrantos.

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