Bolivia: El 90% de la población vivirá en las ciudades en 2032
Actualmente, el 71% de los bolivianos ya vive en las áreas urbanas, según los datos del INE. Una investigación del Cepad, proyecta que en 2032 lo hará el 90% y señala que el 80% ya vive actualmente en el eje central. ¿Están las ciudades preparadas?
El 70,7 por ciento de la población vive actualmente en las ciudades del país, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2032, lo hará el 90 por ciento, según un ensayo académico de uno de los investigadores del Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad). ¿Se están preparando las ciudades para lidiar con esa cantidad de gente? ¿Qué va a pasar con las áreas rurales? El turismo sostenible podría ser una de las claves para enfrentar el desafío.
Según las proyecciones que publicó el INE en 2018, la población del país pasó de unos 3 millones de habitantes en 1950 a unos 11,3 millones. ¿Cuántas personas habrá en 2030? Más de 13,2 millones, de acuerdo con la entidad encargada de las estadísticas.
La mayoría vivirá en el eje central: unos 4 millones en Santa Cruz, unos 3,1 millones en La Paz y unos 2,3 millones en Cochabamba.
En el caso de Chuquisaca, no registrará un crecimiento importante. Apenas rozará los 700 mil.
Según el ensayo “La revolución urbana y el reto del desarrollo rural” del investigador del Cepad, Caros Hugo Molina, especialista en temas urbanos, presentado en Sucre hace unos dos meses en el II Congreso Internacional de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad San Francisco Xavier, en 2032 la población alcanzará a por lo menos 15 millones. De ese total, unos 13,5 millones vivirán en las ciudades, es decir, el 90 por ciento.
Otro dato no menor: cerca del 80 por ciento ya vive en el eje central del país, según las estimaciones del investigador.
¿Qué debe hacer el país para mantener a la gente que vivirá en las ciudades dentro de 13 años? El turismo sostenible es una de las alternativas, sostiene Molina.
Bolivia: El problema está más cerca de lo que parece
Según el ensayo de Carlos Hugo Molina, especialista en temas urbanos, el 90% de la población vivirá en las ciudades en 2032, es decir, dentro de apenas 13 años. Para entonces, habrá unos 15 millones de habitantes en el país, lo que significa que unos 13,5 millones vivirán en las áreas urbanas.
“¿Qué haremos cuando eso suceda?”, se pregunta el investigador.
De acuerdo con su trabajo, actualmente 256 municipios de los 340 que hay el país tienen menos de 29 mil habitantes. En ninguno de ellos hay un hospital de segundo nivel. “Ni lo habrá por razones de economía de escala”, apunta Molina. Y ese es solo uno de los problemas. “La población está sometida a una ‘presión migratoria’ (constante). Y si a eso le sumamos indicadores (no favorables en materia de) educación, oferta de servicios, oficinas públicas, bancos, calidad de vida… la presión aumenta”, agrega.
Otro de los problemas del país: su territorio es bastante extenso con relación a su población, lo que encarece la provisión de los servicios. Y si a eso se le suma su complicada topografía, las dificultades se hacen más grande, apunta Molina.
Según el ensayo del investigador, actualmente el 75% de la población ya vive en las ciudades. Ese porcentaje, sin embargo, está todavía por debajo de la media en América Latina, donde el 80% ya reside en las áreas urbanas. En Uruguay, ya lo hace el 95%. “Lo que ocurrirá en Bolivia no será distinto a lo que ya están viviendo la mayoría de los países del continente”, agrega el investigador de la Cepad.
De hecho, en la ciudad de México ya viven 22 millones de personas, el doble de la población actual del país. Es una realidad con la que “estamos conviviendo, pero la estamos ignorando”, dice el experto.
La prueba, apunta, es que ninguna de las ciudades está preparada para responder, por ejemplo, a un incendio de magnitud. “Y cuando sea el año 2032, ¿quién producirá la comida que consumiremos, cuando ahora ya la estamos importando?”, se pregunta.
Hay dos problemas que el país no está enfrentando responsablemente, según Molina. El primero, el abandono físico de las zonas rurales. No se le puede pedir a nadie que viva con carencias en los servicios de salud, educación, carreteras, etcétera, concluye. Y el segundo, “la inexplicable importación de productos básicos” de la seguridad alimentaria.
Pero hay otro problema no menor. “¿Qué haremos con 1 millón de kilómetros cuadrados, técnicamente, sin gente, el año 2032?”, se pregunta Molina.
El descontrol urbano, el crecimiento especulativo de la tierra en las ciudades, los problemas de transporte masivo irresueltos y el crecimiento de la inseguridad no parecen tener respuestas contundentes a los problemas que enfrenta el país, por otro lado, dice el investigador.
¿Hay una salida? “Para tranquilidad de todos, puedo afirmar que existen soluciones para cada una de esas situaciones. Basta comprender que no tenemos por qué inventar el hilo negro”, sostiene Molina, y adecuando lo que ya se ha resuelto en otros lados, ajustarlo con inteligencia a nuestra realidad.
Bolivia: El turismo puede ser una de las alternativas
El turismo sostenible puede constituirse en una de las alternativas para sostener a ese 90 por ciento de la población que vivirá en las ciudades en 2032. “Después de investigar nuestro territorio, sus potencialidades, visitarlo y poner en valor las ventajas comparativas que posee, esa es nuestra conclusión”, sostiene Carlos Hugo Molina en su ensayo.
Cree que ello puede constituirse en la piedra filosofal del desarrollo boliviano.
“Hemos construido lo más difícil: convencernos colectivamente que tenemos cualidades para ser un destino turístico internacional. Los 340 gobiernos locales, las nueve gobernaciones y el Gobierno central lo repiten en todos los encuentros, y sus componentes forman parte de un capítulo en los planes de desarrollo. Al Salar de Uyuni, al Cerro Rico, al Lago Titicaca, a la Puerta del Sol… Todavía nos falta completar la oferta de manera inteligente: la Plazuela Calleja es el centro geodésico de América del Sur; Manuela Sáenz vivió en Sucre, sin que exista ningún elemento que lo reconozca; Tarija es la primera misión de Chiquitos, si aceptamos que ahí se aprendía el bésiro y se perfeccionaba la música misional; en Sorata se encuentra la descripción bíblica del Edén; en Moxos están los canales fluviales de una civilización que manejaba las aguas… La lista es infinita”, reflexiona, sin embargo, el investigador.
Hay cuatro asignaturas pendientes en este campo, según Molina. Lo primero, una “urgente coordinación” entre el Gobierno y los niveles territoriales. “Sencillamente no existe”.
Segundo: un administrador del territorio, con autoridad y capacidad, para velar desde los servicios higiénicos hasta la salubridad de las comidas, por ejemplo.
Tercero, los costos altos, comparados con los destinos del vecindario. “Nuestra oferta debe ser tan contundente, que minimice los costos”, sostiene.
Y, finalmente, lo más complicado, “que los bolivianos aprendamos y pongamos en práctica otra forma distinta de protestar, que supere el bloqueo de caminos y el cierre de carreteras. Debemos garantizarnos, y a quienes nos visitan, que podrán planificar sus días de estadía y retorno, en condiciones de seguridad”, dice Molina.
El turismo es el mejor instrumento para lograr la cohesión social, y la cadena social y económica que genera es la más completa. Pero eso, exige acuerdos sólidos y estables, advierte.
“Al año, se mueven 1.250 millones de turistas por el mundo. ¿Cuántos recibimos nosotros?”, se pregunta el investigador.
El otro problema: El 80% ya vive en el eje central del país
El problema del país no solo es que las ciudades no están preparadas para recibir una masiva migración, sino que la mayoría ya está concentrada en el eje central: un 80 por ciento, según los cálculos del ensayo del Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad).
En 2032, en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba vivirá al menos el 83 por ciento de la población en esas ciudades, según el trabajo de Carlos Hugo Molina.
Además: “Las proyecciones, trabajadas sobre los censos de los años 1992, 2001 y 2012, quedaron cortas, frente a la última noticia del Órgano Electoral Plurinacional, relativa al porcentaje de votantes en el eje central. El OEP ha anunciado que el 73,16 por ciento de los votantes está en los departamentos del eje central. Una operación matemática simple, siendo los votantes ciudadanos mayores de 18 años, permite concluir que, al sumarle la población de entre 0 y 17 años, técnicamente, el porcentaje ya sube, por lo menos, al 80%”, explica el investigador.
Eso significa que, actualmente, en seis de los nueve departamentos vive ya solo el 26,84% de la población.
¿Una megaciudad?
“Bolivia no tendrá nunca una megaciudad. Para que ello ocurra, toda la población del país tendría que vivir en un solo sitio, situación que, racionalmente, no se dará”, dice Molina.
Para tener una idea: El Salvador tiene 6,5 millones de habitantes viviendo en 21.041 kilómetros cuadrados. Es decir, 300 personas por kilómetro cuadrado. Si los 11 millones de habitantes de Bolivia se fueran a vivir a Santa Cruz, por ejemplo, habría solo 30 habitantes por kilómetro cuadrado, según los cálculos del investigador de la Cepad.
En Chuquisaca
De todos modos, 256 de los 340 municipios del país tienen ya menos de 20 mil habitantes y están, además, sometidos a una constante presión migratoria, que, según Molina, no podrá revertirse.
En el caso de Oruro, de sus 35 municipios, 27 tienen menos de 10 mil habitantes.
En Chuquisaca, ocho de sus diez provincias registran un crecimiento vegetativo negativo. La media de crecimiento intercensal nacional es del 1,57. La del departamento solo llega al 0,69. La de Santa Cruz, en cambio, es de 2,11, y hay municipios, como Warnes y La Guardia, con una media de cinco.
“Las provincias Azurduy, Tomina, Hernando Siles, Yamparáez, Nor Cinti, Sur Cinti, Belisario Boeto y Luis Calvo ya tienen pérdida de población de manera tendencial, pues se encuentran con números negativos o por debajo de la media nacional. Oropeza sale de la tendencia, por el crecimiento de Sucre (1.54), y la provincia Zudáñez, por Zudáñez (3.33) y Presto (2.24)”, agrega Molina en su ensayo presentado en Sucre.
Bolivia: Estimaciones y proyecciones de población, según departamento, 2018, 2020, 2025 y 2030
DEPARTAMENTO |
2018 |
2020 |
2025 |
2030 |
BOLIVIA |
11.307.000 |
11.633.000 |
12.454.000 |
13.281.000 |
Chuquisaca |
626.000 |
637.000 |
665.000 |
694.000 |
La Paz |
2.883.000 |
2.927.000 |
3.039.000 |
3.154.000 |
Cochabamba |
1.972.000 |
2.029.000 |
2.174.000 |
2.323.000 |
Oruro |
538.000 |
551.000 |
585.000 |
620.000 |
Potosí |
887.000 |
902.000 |
938.000 |
976.000 |
Tarija |
563.000 |
583.000 |
633.000 |
683.000 |
Santa Cruz |
3.225.000 |
3.370.000 |
3.729.000 |
4.085.000 |
Beni |
468.000 |
480.000 |
510.000 |
539.000 |
Pando |
144.000 |
154.000 |
180.000 |
207.000 |
En el mundo, el 55% vive en las ciudades
Actualmente, el 55% de la población mundial vive en las ciudades. En 2050, lo hará el 68%, según un reporte reciente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Eso significa unos 2.500 millones de personas.
El incremento en la población urbana estará concentrado (90 por ciento) en África y Asia, pero se limitará a "unos pocos países", entre ellos India, China y Nigeria, según el organismo.
En 1990 había en diez "megaciudades" en el mundo, es decir, núcleos con más de 10 millones de habitantes. Actualmente, ese número alcanza a 33. Esas ciudades pasaron de acoger a un 7% de la población mundial a un 13%.
Tokio sigue siendo la ciudad más poblada del mundo, con 37 millones de habitantes, pero se prevé que Nueva Delhi la sobrepase en 2028.
Por útlimo, la ONU cree que para 2030 habrá un total de 43 "megaciudades", muchas en países en desarrollo.
Para saber más...
* El país todavía se halla por debajo de la media en América Latina, donde el 80 por ciento de la población ya vive en las ciudades, según la investigación del Cepad.
* En Uruguay, el 95% de la población ya viven en las áreas urbanas. En Bolivia, ya lo hace un 71%. En 2032, el 90% vivirá en las ciudades, de acuerdo con las proyecciones del Cepad.
* Actualmente, un 80 por ciento de la población ya vive en el eje central del país, es decir, en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba. El resto se lo reparten seis de los nueve departamentos, que expulsan cada vez más gente.