"Algo que nos perjudica es el bajo nivel educativo que tenemos"
El economista Oscar Montero Ipiña se refiere a la preocupante situación de la economía de Chuquisaca y a la falta de políticas públicas orientadas a superar los graves problemas de desarrollo que afectan a la región desde hace décadas.
El economista Oscar Montero Ipiña se refiere a la preocupante situación de la economía de Chuquisaca y a la falta de políticas públicas orientadas a superar los graves problemas de desarrollo que afectan a la región desde hace décadas.
CAPITALES, (C) ¿Cómo evalúa el comportamiento de la economía departamental cuando estamos cerca de concluir un nuevo año?.
Oscar Montero (OM). Chuquisaca se encuentra con serias dificultades, eso quiere decir que estamos en un momento sumamente difícil debido a un conjunto de factores. Desde la perspectiva pública nos encontramos con una asignación de recursos para inversión sumamente pequeña, que para este año no llegaría a los 411 millones de bolivianos. De esta cifra hay compromisos de bonos y la posibilidad de recursos para inversión pública es insignificante, no va más allá de los 90 millones, y si tomamos en cuenta los requerimientos de los programas de caminos, y otros, solamente para cubrir esas responsabilidades nos dicen que Chuquisaca enfrentará un déficit a partir del 1 de enero de 2020. Eso implica que hay que hacer una reingeniería total en las instituciones, sobre todo en la Gobernación, pero otras instituciones como los municipios y la misma Universidad están con el mismo problema. Entre todos debieran darse la mano y empezar a visualizar nuevos escenarios para que toda esta lógica para una promoción económica no perjudique al normal desarrollo. Hay un segundo aspecto: nos encontramos con una deuda sumamente grande, tanto a empresas como proveedores. Eso implica que seguramente arrancaremos un 2020 con un descontento de empresarios y empresas que por un año más no podrán cobrar sus deudas. Esto es resultado de la falta de una proyección financiera de las instituciones públicas. Esto viene del propio modelo y lastimosamente hemos vivido en una burbuja como resultado de la bonanza externa y ahora nos toca entrar a la realidad.
C. Mucho se habla de una dependencia de la producción de recursos naturales. ¿Este factor sigue perjudicando las perspectivas regionales?
OM. Dentro de esta lógica, Chuquisaca en cifras macroeconómicas tiene una dependencia muy grande de los hidrocarburos; tuvimos crecimientos importantes en 2014 o 2015 por encima del 7 por ciento. Ese crecimiento se debía simplemente a una sola variable. Ahora que tenemos problemas con los precios del petróleo o gas, veremos crecimientos menores al 1 por ciento, que es la realidad de Chuquisaca. Estamos en un momento de desaceleración continua y lastimosamente desde el sector público no se hacen las inversiones para una recuperación. A título de inversión se hacen gastos corrientes, nos llenamos de gastos que no darán réditos. Si no se logra revertir esta situación, la veremos negra.
C. ¿Cómo se puede cambiar la matriz de la economía del departamento y qué aconseja para lograrlo?
OM. Tampoco debemos mencionar que por el nuevo modelo de economía plural comunitaria, las inversiones públicas están orientadas a generar empresas públicas burocráticas, nada productivas que son una carga prácticamente para el tesoro. Estas hacen sombra a las iniciativas privadas, distorsionan el mercado y nos generan gastos. Hay que ver que esta orientación no debería centrarse en una economía pública sino promover y dar condiciones al sector privado para las inversiones.
En los últimos años se dio demasiado énfasis en la inversión rural, y, si nos damos cuenta, Bolivia ya ha entrado en un modelo urbano en el cual las inversiones no simplemente deberían dedicarse a ese rubro. Desde las perspectivas de las ciudades, necesitamos producción, generar valor agregado, dar respuestas a los bolsones de desempleo en las ciudades y es algo que desde la parte pública no se está viendo. Hay que hacer una reconducción del accionar público para que sea compatible con las necesidades de desarrollo de Chuquisaca.
C. ¿Qué papel debería jugar el sector privado dentro de esta realidad departamental?
OM. Está tomando su parte en el desarrollo, pero lastimosamente se encuentra en este momento solo. Si comparamos con otros departamentos, éstas tienen un mayor apoyo público a través de programas, información, canalización de exportaciones, etc. Es algo que si bien se tuvo años atrás, a la fecha se ve prácticamente un divorcio entre el sector empresarial y el sector público. Es por eso que nos encontramos con pocas posibilidades de inversión activa, mucha gente prefiere tomar otros caminos porque el empresario se encuentra con condiciones difíciles, como la sobrerregulación laboral, el tema impositivo, los permisos de toda índole, etc. Poner un emprendimiento formal implica una confiscación de casi el 50% de los recursos que van a dar a gastos innecesarios que no generan desarrollo. Sin embargo, hay algunos sectores como el turístico que no logran su espacio a nivel departamental justamente por las bajas inversiones para el sector, como un aeropuerto que no reúne las condiciones mínimas, tenemos problemas de vertebración caminera, el anhelo de conectarse a Santa Cruz no se concreta. Las facilidades de exportación son muy rígidas en Chuquisaca. Hay un bloque hotelero importante, formal, pero la informalidad sigue socavando al sector. Chuquisaca es uno de los departamentos más afectados en este problema. Hay otros sectores como el industrial que tienen muchos problemas, sobre todo por la carga impositiva, un sector comercial que cada vez se va achicando más. Por tanto, la capacidad de compra es menor; basta dar una vuelta por Sucre y ver que las tiendas, en vez de mejorar sus ofertas están disminuyendo. A una o dos cuadras de la plaza encontramos venta de ropa usada, cosas que si estaríamos en mejores condiciones, estaríamos promoviendo la compra de bienes hechos en Sucre o Chuquisaca.
C. Dado que los recursos son escasos y los serán en 2020, ¿cuál sería la fórmula más aconsejable para enfrentar esta coyuntura?
OM. Lo primero que debería hacerse es una reingeniería de todas las entidades del sector público; eso implica bajar los gastos de funcionamiento, porque tenemos que dejar de pensar que el sector público es simplemente generador de empleo, cuando en realidad es un prestador de servicios que debe ser eficiente y demostrar su efectividad. Eso implica hacer una revisión completa de la inversión pública y reorientarla; no es posible que sigamos gastando en canchas y sedes sindicales. Es importante también generar incentivos para que a través de programas de promoción económica, los emprendimientos puedan tener un respaldo efectivo. Hablamos de información, servicios empresariales y todo el apoyo que las gobernaciones y municipios deben brindar a los empresarios. Otro aspecto importante es que se pueda mejorar la organización al interior del bloque empresarial. Es importante la labor de la Federación de Empresarios, pero no participan todas las unidades productivas. Eso requiere de un mayor esfuerzo para poder rearticular propuestas y tener una colaboración horizontal entre las ramas empresariales y fortalecer la economía departamental.
C. ¿Existen otros factores que pueden estar frenando las posibilidades de desarrollo en la región?
OM. Algo que nos perjudica en Chuquisaca es el bajo nivel educativo que tenemos. Vemos que cuando los jóvenes salen del nivel secundario, las capacidades y los conocimientos son insuficientes como para seguir carreras de manera activa, sean técnicas o en formación académica. El resultado es que las empresas tienen problemas en conseguir profesionales y técnicos con buen perfil. Esto es algo que no se soluciona rápido, las empresas con capacidad toman profesionales del exterior y resuelven sus problemas, pero la mayor cantidad de empresas tienen que contentarse con lo que tenemos a mano. Hay que mejorar la oferta educativa, tanto a nivel primario como en las universidades. Nos quedamos en el tiempo, estamos en un mundo global y lamentablemente nuestros jóvenes no están a la par para enfrenar esos retos. También nos cuesta tener ese ímpetu de empresario. Esto implica riesgos pero es una de las principales actividades que generan crecimiento. Y si no vemos un crecimiento real, de aquí a diez años estaremos con el mismo discurso. Primero deberemos generar riqueza para luego distribuirla.