“El mercado de Sucre está abierto a la producción orgánica”

Entrevista a Carlos Bejarano, ingeniero comercial con especialidad en desarrollo económico local y generación de negocios inclusivos que, desde hace varios años trabaja en proyectos vinculados a la producción alimentaria

Un ejemplo del rendimiento de la agricultura periurbana en Sucre. Un ejemplo del rendimiento de la agricultura periurbana en Sucre. Foto: FOTO CEDIDA

Redacción CAPITALES
Capitales / 29/12/2020 19:42

Carlos Bejarano, es ingeniero comercial con especialidad en desarrollo económico local y generación de negocios inclusivos. Desde hace varios años trabaja en proyectos vinculados a la producción alimentaria, apoyando distintos programas con la presencia de organismos internacionales. En esta entrevista se refiere al emprendimiento de la agricultura urbana orgánica en el municipio de Sucre.

CAPITALES. ¿Nos puede explicar el emprendimiento de la agricultura urbana y periurbana?

Carlos Bejarano (CB). En el proceso de formulación del plan de seguridad alimentaria el año 2010, uno de los temas de mucha preocupación estaba vinculado a la población migrante del área rural al área urbana asentada en los distritos 3, 4, 5, 6 de Sucre. Las expectativas que tiene esta población al llegar son elevadas y se encuentran con una ciudad que no les llena esas expectativas, no les brinda esos servicios y la situación se torna peor a la que vivían en el área rural, sobre todo en el orden alimentario, lo que afecta a una población vulnerable conformada por niños, niñas, adultos mayores y pareja. En ese sentido, como planteamiento de solución integral surgió el proyecto agricultura urbana y periurbana que venía de experiencias exitosas en Colombia, Chile y también en el Alto de La Paz. Se empezó el diseño en estos cuatro distritos, especialmente el 3, que alberga la mayor cantidad de población migrante del área rural con el propósito de dar cobertura a 1.500 familias y mejorar su nivel nutricional y generar excedentes productivos para el mejoramiento de los ingresos y la calidad de vida, aprovechando los predios para que las personas cultiven hortalizas y también aprendan a consumirlas; todo esto con una producción 100% orgánica, a través de una capacitación en el uso de compus y el desarrollo de la planta y su cuidado con elementos pesticidas naturales.

C. ¿A cuántas familias alcanza este proyecto?

CB. En Sucre llegamos a 430 familias productoras. El año 2015 se forman dos asociaciones de productores, siendo la más grande la Asociación de Productores Urbanos. Este proyecto estuvo apoyada por FAO y el Gobierno departamental. Luego, en 2016, parte la Asociación de Productores Urbanos de Sucre con alrededor de 360 familias. Sumando ambos tuvimos una cantidad interesante de productores certificados, pero lamentablemente por la ausencia de mercado e incentivos, muchos de ellos se fueron desanimando de producir en mayor cantidad, al notar que se quedaban con sus productos. No obstante, a fines del año pasado, bajo articulación del gobierno nacional, departamental y local hubo un proceso de inserción ya no solamente enfocado al mercado local sino institucional teniendo como base el subsidio universal.

C. ¿En qué situación quedaron los productores debido a la crisis sanitaria y la paralización de muchas actividades?

CB. Teníamos que hacer algo porque no podían quedarse con todos sus productos. Se inició a mediados de marzo un proceso de delivery en la cuarentena. Comenzamos a acercar el producto de las huertas urbanas y familiares hacia los consumidores, minimizando en todo sentido el riesgo de contagio. Entonces fue una actividad casi pionera en Bolivia que fue presentada y valorada a nivel continental; fue una demostración de la capacidad de resiliencia de los productores para insertarse en un mercado lejano y desconocido para ellos. A medida que pasó el tiempo se tuvo un mayor acercamiento a este tipo de producción con productos sanos y nutritivos que fortalecían la inmunología corporal. La agricultura urbana y periurbana en el proceso de confinamiento se convirtió en la principal actividad económica de estas familias que les permitió cubrir sus necesidades básicas. Se convirtió en un eje dinamizador no solamente en Sucre sino en Bolivia.

C. ¿Cuáles con los productos que predominan en la oferta de la producción local?

CB. Tienen una oferta variada de cerca de 42 especies hortícolas, como lechuga, tomate, apio, cebolla, acelga, también cuentan tubérculos como papa rosada y lisa y también se comercializa el jengibre gracias a la demanda que se presentó. El proceso no solamente se circunscribió a la producción local, sino que se hizo alianzas con productores del departamento, que permitió insertar otras variedades como manzanas criollas, la palta, el tumbo, piña, papaya porque así comenzó a demandar la clientela que exigía una oferta integral. También se incorporó la miel de Muyupampa con muy buena acogida.

C. ¿Se puede hablar de un promedio de superficie cultivada por familia?

CB. Prácticamente existe un estándar de predios productivos que van desde los 25 metros cuadrados bajo la modalidad de invernaderos para hacer un óptimo uso del recurso agua, sobre todo en el Distrito 3 que sabemos que tiene problemas con la dotación. Adicionalmente, tenemos una pequeña represa en la zona de La Barranca, con un camión cisterna que abastece de agua. Cada familia tiene un tanque de 600 litros. Ahora último se ha ampliado la capacidad productiva dado el apoyo que está brindando el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Cerca de 300 familias duplicaron su espacio productivo y también su capacidad de almacenamiento de agua está cerca de los 2.000 litros. El sistema de riego que se aplica es por goteo, eso implica un uso racional del recurso agua; otro elemento que protege el medio ambiente es el uso de elementos orgánicos como el compus para fertilizar la tierra.

C. ¿Qué apoyo financiero o técnico tiene este programa, hablamos por ejemplo de instituciones u organismos nacionales e internacionales?

CB. El año 2013, cuando se puso en marcha el proyecto, mediante una concurrencia entre el gobierno nacional, departamental y la FAO se financió el 75% de la implementación de los predios, la parte de infraestructura y herramientas. Entonces, los beneficiarios en este caso aportaron con su mano de obra. Cada predio costó aproximadamente 15 mil bolivianos. La ampliación de este período a partir de julio también fue del mismo orden.

C. ¿En el mediano plazo puede llenar un vacío importante en la actividad económica y convertirse en una alternativa a la crónica falta de empleo en la ciudad y la región?

CB. Lo hemos evidenciado durante la cuarentena y, por otro lado, hay algo que destacar que la producción departamental de hortalizas apenas llega a aportar con casi el 25% de la demanda del municipio o de la ciudad de Sucre, lo cual quiere decir que un 75% son alimentos internados de Cochabamba, de municipios como Aiquile, Mizque, también llegan productos de Potosí, como Betanzos y otros municipios de Santa Cruz. A medida que vaya incrementándose la producción local, cada vez habrá mayor presencia en el mercado local, porque esta producción orgánica está a un precio similar a la producción convencional. Con esto hemos roto el estigma de que lo orgánico cuesta más caro. En este caso, el productor tiene la opción de minimizar precio en el rubro del transporte. Es un espacio muy importante que puede albergar a muchas familias desempleadas y es vital en lo comunal contar con espacios grandes para aquellas familias que no cuenten con espacios de terreno pero tengan esa vocación de asociarse y trabajar de forma mancomunada y cada vez con mayor producción al mercado de Sucre que es pleno, dispuesto y abierto a la producción orgánica, eso lo comprobamos en el delivery.

C. ¿Cuánto se ha logrado avanzar en este propósito? ¿Hay metas importantes por alcanzar todavía?

CB. Esto quizá sea considerado como una autocrítica para no hacer intervenciones aisladas, sino a emprender un proceso articulado entre todas las instituciones de tal forma de que no se desgasten esfuerzos ni recursos que en muchos casos llegan a la duplicidad. Por otro lado, los gobiernos tanto a nivel departamental y local deben dar una mayor atención a este rubro, y así dar solución a un problema serio como es el desempleo. Quizás un cambio de mirada del sector comercio hacia el sector productivo pueda darnos otra dinámica y otro resultado.

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