“El empoderamiento económico de la mujer ayuda a una cultura de paz”

Marlene Salinas es la principal ejecutiva de la empresa de software MSD Innova. Como presidenta de la Cámara de Mujeres Empresarias de Bolivia Filial Chuquisaca, considera que, a pesar de los avances logrados en la sociedad, la mujer todavía requiere de políticas públicas orientadas a incentivar su función de empresaria, como una forma de alcanzar su independencia económica en el largo camino hacia una cultura de paz.
CAPITALES (C). ¿Cuál es la actividad que realiza como empresaria y en qué rubros se desempeña?
Marlene Salinas (MS). Nosotros, como empresa, hemos logrado desarrollarnos en el ámbito de las tecnologías, soy ingeniera de sistemas. Además de desarrollar tecnologías tenemos una visión para democratizar el uso de la inteligencia artificial en el sistema productivo local. Hemos tenido muy buena aceptación a nivel nacional, tenemos muy buenos clientes en Santa Cruz y La Paz, pero además, hemos considerado hacer proyectos regionales como es el desarrollo de incubadoras, aceleradoras de empresas con base tecnológica y hoy por hoy tenemos una asociación con empresas de La Paz, Santa Cruz y de Uruguay denominado Link Naranja, que es una incubadora de empresas de base tecnológica. Estamos con estas dos empresas, tenemos varios contratos con universidades para lograr una coordinación del sistema productivo y el ecosistema emprendedor de Bolivia.
C. La pandemia, en muchos rubros, pero especialmente en el tecnológico ha desembocado en el uso masivo de las tecnologías a nivel global. ¿Se puede percibir lo mismo en nuestro medio?
MS. Más que todo se ha percibido esa urgencia en el eje central, al parecer, fruto de la distancia de las personas, la pandemia ha provocado que realmente muchas empresas requieran sistemas de ventas, de almacenes virtuales, inventarios. Efectivamente hemos llegado a tener más de 400 clientes en la peor época de la pandemia, la mayoría del eje central. En la ciudad de Sucre hemos percibido que, si bien existe esa necesidad, todavía hay bastantes empresas están preocupadas por la parte económica. Tal vez nuestra economía realmente es muy pequeña y consideramos que es muy poca cantidad en comparación con otras ciudades las empresas que han ido adquiriendo, sin embargo, hay empresas que han mostrado su interés. A través de la Cámara de Mujeres Empresarias estamos fomentando el tema de la capacitación en transformación digital, en forma gratuita, para que las empresas empiecen a ver la necesidad que tienen. Esto no es una moda, sino algo que se desarrolla y vino para quedarse. Invitamos a las empresas a conocer las nuevas tendencias que se están dando en el mercado.
C. ¿Existen recursos humanos con la actualización suficiente dado que es un tema amplio que encierra grandes desafíos?
MS. El tema de la industrialización del software está muy avanzado en el mundo. Existen capacitaciones en diferentes lugares que nos animan a las empresas a seguir esas tendencias. Entonces, cuando existen empresas interesadas en crecer van a encontrar mecanismos de sumarse a este mundo global y de ser parte de la capacitación y formación, claro que con inversión también. En este sentido, notamos que desde el Estado no hubo una visión similar a lo que ocurre a nivel global. Existe un fideicomiso que se está dando a ámbitos de las importaciones pero no para el ámbito de servicios, siendo que Bolivia importa bastante software; nosotros como empresas bien podíamos haber sido parte de ese apoyo del fideicomiso, y lograr una transformación más directa hacia nuestras empresas, pero actualmente la situación de las empresas de software de Sucre, si bien estamos en desarrollo y existen mercados, nos vemos en la necesidad de ver a nuestros clientes en el eje central y nuestras empresas locales todavía con muy poca capacidad informática por falta de apoyo económico.
C. Hablando a nivel del gremio, ¿cómo ve usted la situación de la mujer empresaria en Chuquisaca y particularmente en Sucre?
MS. Nosotros consideramos que tenemos la capacidad, la voluntad y el interés de promover el desarrollo local, de generar un sueño que es el de hacer una empresa independiente, y de poder apoyarnos entre nosotras para lograr, gracias a la asociatividad, una fortaleza que nos permita crecer. Es un reto, no tanto por las limitaciones de interés, uno por la pandemia en la que está sumida nuestro territorio, y otro por la falta de políticas públicas directas al fomento y apoyo hacia la mujer como emprendedora, como empresaria. Esos son los retos a futuro de poder visibilizar, de hacer propuestas como empresarias para buscar políticas públicas a favor de nuestro sector. En gran medida, muchas de las mujeres afiliadas en Camebol (Cámara de Mujeres Empresarias de Bolivia) son mujeres que hacen un trabajo para su hogar, para su familia. Entonces, fomentar y ayudar a la mujer es también ayudar a las familias, fomentando empresas familiares. Son modelos económicos que en otros países han dado resultado. Confiamos en que podremos lograr estos retos, seguro con mucho esfuerzo, con mucha coordinación pero tenemos mucho interés en avanzar en este tema.
C. A nivel de fuentes de financiamiento, ¿cómo considera que se encuentran las políticas de apoyo hacia emprendimientos de empresas lideradas por mujeres?
MS. Siento que nos está faltando ponernos en los zapatos de las mujeres. Hemos visto de lejos el tema de organizaciones que tratan de ayudar a sectores bastante vulnerables, es loable el trabajo que realizan pero, sin embargo, las tasas de interés que se manejan y el mismo asesoramiento que se brinda no están acorde con la realidad. Hoy por hoy el uso de las redes sociales, el uso de nuevos modelos de negocio, marketing digital, son estrategias que tienen que llegar a las mujeres y luego, lo que consideramos es llegar a estas instancias de ayuda a la mujer para poder apoyar en busca de no solamente un financiamiento, sino con apoyo técnico. La Cámara está interesada en transmitir conocimientos a sectores vulnerables. En los sectores más avanzados económicamente, el financiamiento no hace diferencia entre hombre y mujer. Realmente, si bien se ha democratizado el crédito, es frecuente que en gran medida sea el varón, el esposo el que acceda al mismo; por lo tanto, no se está visibilizando en las empresas el trabajo de la mujer empresaria, porque cuando ya se ve el financiamiento se ve más al varón.
C. ¿Cuáles son los retos que, como organización, se ha propuesto la Cámara de Mujeres Empresarias de Chuquisaca?
MS. En el corto plazo, para nosotros es importante promover la transformación digital de las empresas, por eso estamos en un ciclo de conferencias virtuales donde invitamos a expertos nacionales e internacionales. En el mediano plazo, nos planteamos un proyecto a nivel regional que apoye el fortalecimiento de la mujer empresaria y nos permita fortalecer nuestra institución. El eje principal será el ámbito turístico, con el que vamos a trabajar y, a largo plazo, pretendemos ser una organización sostenible que genere el apoyo hacia la mujer en varias dimensiones y le permita crecer de una forma saludable. De cada diez empresas que se abren en Chuquisaca, siete terminan cerrándose en cinco años. Esa tasa de crecimiento es débil y debemos tratar de fortalecer para evitar los cierres. Nacimos con afiliación de 15 empresas y recibimos ocho solicitudes de otras empresas para afiliarse. Invitamos a las empresas legalmente establecidas a afiliarse a nuestra organización y las que requieran información pueden encontrarla en el sitio Camebol Filial Chuquisaca, donde se tiene la información necesaria.
C. En medio de las adversidades, ¿cree que la mujer empresaria ha alcanzado sus metas o todavía existe un camino por recorrer?
MS. Para la mujer no ha sido fácil el desarrollo, porque todavía existen varios aspectos con los que tenemos que luchar como mujeres. El empoderamiento económico significa la independencia, en alguna medida, de tener una vida libre de violencia. Creemos realmente de que el empoderamiento económico de la mujer significa en gran forma la paz, el desarrollo de una cultura de paz que le permita vivir en equilibrio, en armonía en las familias y la misma sociedad. Es por eso que nosotras vemos, más allá del ámbito económico, como una necesidad social de que se pueda contribuir y ayudar a la mujer en su crecimiento empresarial.