“Hablar de un incremento salarial es sentenciar a muerte a las empresas”

Gastón Serrano Carvajal preside el nuevo directorio de la Fepch. Gastón Serrano Carvajal preside el nuevo directorio de la Fepch. Foto: CEDIDA

Redacción Capitales/CORREO DEL SUR
Capitales / 31/03/2021 00:47

Gastón Serrano Carvajal, representante del sector de la construcción, es el nuevo Secre­tario Ejecutivo de la Federación de Empresarios Privados de Chuquisaca (Fepch). Durante una entrevista con Correo del Sur Radio FM 90.1 advierte so­bre la fragilidad del sector pro­ductivo departamental, que se ve comprometido por la crisis económica que dejó la pande­mia del coronavirus, aparte de la inestabilidad social y políti­ca que caracterizó a este último año.

Pregunta (P). Empezando su gestión con actividades ya relacionadas con los objeti­vos institucionales, ¿dónde se encuentra y qué actividad lo lleva a estar en otro depar­tamento?

Respuesta (R). Estamos en Santa Cruz en un taller que tie­ne por objetivo desarrollar una Fundación para la ciudad de Su­cre destinada a apoyar a los jó­venes emprendedores y la crea­ción de nuevas empresas, con apoyo y seguimiento constante y que estas sean exitosas en el corto plazo.

P. ¿Qué proyectos impor­tantes considera la Federa­ción de Empresarios Priva­dos de Chuquisaca en esta coyuntura, signada por la crisis actual?

R. Parte de la responsabilidad de todas las instituciones del departamento y del país deben marcar un norte orientado a dos acciones: primero la reacti­vación económica, que es funda­mental, y para eso necesitamos que la mayor parte de nuestra población esté inmunizada en el menor tiempo posible, para que las personas y las empresas puedan reiniciar sus activida­des económicas, puedan asistir a sus fuentes laborales de una manera más segura. Dentro de los proyectos que pensamos impulsar para nuestro departa­mento son varios. No hay que olvidarse de que los índices de inversión pública en nuestra re­gión han sido siempre bastante bajos, estamos por debajo de las medias nacionales; hay mucho por hacer, vamos a dar conti­nuidad a aquellos proyectos que la anterior dirección ejecutiva tenía, con caros anhelos para nuestro departamento como la doble vía a Alcantarí, tenemos también la conclusión de la dia­gonal Jaime Mendoza, la doble vía Sucre-Potosí, pretendemos que todas aquellas promesas de campaña se cumplan. Si estas se cumplieran empezaríamos con buen pie para arrancar con la reactivación económica. A eso hay que sumar una serie de proyectos que no han sido aten­didos de la mejor forma posible; hablamos de riego, saneamiento básico, infraestructura, salud principalmente, la implemen­tación de un mejor sistema de salud para nuestro departamen­to. Como Federación estaremos allá donde se nos requiera para colaborar de manera propositi­va y conseguir esos objetivos.

P. Usted nombraba pro­yectos que fueron demandas regionales durante años, du­rante décadas y que todavía no terminan de concretarse. La Fepch, durante la cam­paña, impulsó foros para co­nocer las propuestas de los candidatos. ¿Qué vacíos nota en esas propuestas y que po­drían corregirse una vez se posesionen las nuevas auto­ridades después de la segunda vuelta del 11 de abril?

R. Dentro de todas las pro­puestas que se tienen, que son digamos no ambiciosas, diga­mos moderadas, consideramos que todo se puede mejorar si las tratamos en un ámbito construc­tivo, de unidad, sin mirar cuáles son aquellos proyectos que cau­san rédito político y orientarnos a los proyectos que van a im­pulsar el desarrollo de nuestro departamento. Esto es parte de nuestra historia, y nuestros re­cursos han ido generalmente a proyectos que surgen, ya sean caprichos personales o respues­tas a instituciones o sectores que tienen mayor capacidad de presión, no así a aquellos que ayudan a nuestro desarro­llo. Hay que ser ambiciosos, en este tiempo de crisis no pode­mos malgastar un solo recurso y los pocos recursos tienen que ser bien invertidos. Una de las principales metas tendría que ser salud y ver la fecha del Bi­centenario. Esta fecha no pue­de pasar como los aniversarios que terminan como un desfile normal, donde las autoridades están en un palco. Es una opor­tunidad para empezar a desarro­llar nuestro departamento.

P. En esa línea, hablábamos de la crisis económica y usted asume el cargo precisamente a un mes del Día del Trabajo y cuando empieza la discu­sión del incremento salarial. ¿Cuánto afectaría a las em­presas esta medida, y sobre todo a las empresas chuqui­saqueñas y del sur del país?

R. Poniendo un poco en con­texto, recordando lo que vivi­mos desde 2019, donde la agenda política y social estuvieron por encima de la agenda económica y de salud. En 2019 hemos tenido días muy negros, de luto, que pa­ralizaron las actividades econó­micas por 21 días que resultaron en la renuncia del presidente Evo Morales, vino un gobierno transitorio y a los pocos meses vino la pandemia, que cumplió ya un año. Todo esto ha ido agra­vando no solamente la situación económica de las personas, sino también de las empresas. Enton­ces, pensar ahora en un incre­mento salarial no calza con el ob­jetivo común de la reactivación económica, que es mantener las fuentes de trabajo y luego recu­perar las que hemos perdido. No hemos superado ni la crisis política, estamos en elecciones, con amenazas de paros, de mar­chas de bloqueos, y peor la cri­sis sanitaria. Las consecuencias las vamos a vivir por un tiempo más. Hablar de incremento sa­larial es sentenciar a muerte a muchas pequeñas y medianas empresas. No se puede hablar de un incremento salarial, cuando lo que se debe hacer es mantener esas fuentes de empleo. Lo otro es mezquino, es pensar que ese 16% que goza de un salario dig­no traiga beneficios solo para aquellos líderes sindicales que desde la comodidad de un sueldo fijo, que no está en riesgo, pidan incrementos que no calzan con la realidad de nuestro país y de nuestro departamento.

P. ¿Cómo ve las medidas económicas adoptadas por el Gobierno?

R. En primera instancia, los montos que han sido destinados fueron aplaudidos, pero había­mos alertado, como Confedera­ción de Empresarios Privados de Bolivia, en un ensayo, pre­sentado al inicio de la pande­mia, que se necesitaban alrede­dor de 3.000 millones de dólares para la reactivación económi­ca, pero pasaron meses en los que no hemos podido volver a la normalidad; entonces los re­querimientos para una verda­dera reactivación para apoyar a nuestras empresas están ahora en el orden de los 5.000 millones de dólares, son recursos que no han ingresado a la economía. Nos quedamos con sabor a poco. Había un programa para cubrir salarios, pero fue insuficiente porque había empresas que no podían acceder. Los bancos to­maron con cautela a quiénes se prestaba el dinero. Queda­mos entre la espada y la pared acercándonos a un abismo sin retorno y a cerrar las unidades empresariales, retroceder a algo que marca mucho en Bolivia que es la informalidad.

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