Crecimiento regional de 2021 no revertirá caída de 2020

El crecimiento en América Latina y el Caribe se proyecta en un 6,3% para el presente 2021, lo cual es insuficiente para revertir la caída de -6,7 del año 2020. Solo a nivel de Sudamérica, la economía boliviana sería la quinta más alta este año.

Perspectivas de crecimiento para América Latina y el Caribe Perspectivas de crecimiento para América Latina y el Caribe Foto: Banco Mundial

Redacción Capitales
Capitales / 13/10/2021 03:47

El crecimiento en América Latina y el Caribe (ALC) se proyecta en un 6,3% para este 2021, lo cual “es insuficiente” para revertir la caída de -6,7 del año 2020. Entretanto, entre los 28 países de la región, Bolivia ocupa el puesto 11 en mayor crecimiento proyectado al 31 de diciembre y tiene la quinta (previsión de) tasa más alta a nivel de Sudamérica.

ALC viene de registrar un crecimiento del 0,8% en 2019, un decrecimiento del -6,7% en 2020 y ahora su perspectiva para este 2021 es de una expansión del 6,3%, un nivel muy superior a las previsiones para 2022 (2,8%) y 2023 (2,6%). Así lo refleja el Banco Mundial (BM) en su estudio “Recobrar el crecimiento: Reconstruyendo economías dinámicas pos-Covid con restricciones presupuestarias”, que fue publicado en pasados días.

El organismo señala que si bien la región está saliendo de la crisis del covid -19, su recuperación es más lenta de lo esperado, y las secuelas que la pandemia dejó en la economía y la sociedad tardarán años en desaparecer.

“Con un tipo de vacunación más acelerado y menos muertes por covid, la región está saliendo poco a poco de la crisis. El último año ha sido duro, en lo económico a pesar de algunos nuevos sectores emergentes la recuperación es más débil de lo esperado”, remarcó William Maloney, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

Respecto a la previsión de crecimiento regional de 6,3% para este año, dijo que es insuficiente para revertir la caída de 6,7% del año 2020. Y las previsiones del 2022 y 2023 estiman un crecimiento menor al 3% ligeramente por encima de las bajas tasas de crecimiento de la década pasada, lo cual es insuficiente para reactivar las economías y reducir la pobreza.

Por otro lado, los costos sociales de la pandemia han sido devastadores. Con la excepción de Brasil, la pobreza subió a sus niveles más altos en varias décadas en todos los países de la región.

“En todas partes, los jóvenes perdieron más de un año de educación. En el largo plazo nos costará en movilidad social y productiva”, resaltó el experto.

Dentro de todo esto, Maloney asegura que la “buena noticia” es que se pueden hacer cambios que permitan acelerar el crecimiento y ayudar a que el impacto social y económico se revierta más rápido. “Pero dados los costos de enfrentar la pandemia, tenemos que hacerlo dentro del contexto de recursos fiscales reducidos, tal como dice el título del (reciente) informe (del BM)”, subrayó.

Por otra parte, el informe añade que si bien han aflorado algunos “brotes verdes” industriales que brindan nuevas vías para el crecimiento, cada vez es más evidente la urgencia de abordar agendas políticas desatendidas durante mucho tiempo que frenan el crecimiento en la región.

Partiendo de esta premisa, el Capítulo 1 del documento del BM expone el reciente desarrollo macroeconómico y social de la región, y los retos a corto plazo a los que se enfrenta tras la pandemia. El Capítulo 2 explora distintas áreas en las que podrían emprenderse reformas fundamentales para el crecimiento en un contexto sujeto a restricciones presupuestarias, con especial atención a la eficiencia en el gasto y la redistribución de recursos a fines más productivos.

PIB

La actividad que registró la mayor variación positiva en el primer semestre de 2021 fue la de minerales metálicos y no metálicos con un incremento de 53,02%.

El PIB de Bolivia creció 9,36% hasta junio y podría cerrar el año con 5,5%

En medio de una coyuntura complicada debido al covid-19 y un panorama incierto por posibles conflictos sociales en el país, el Banco Mundial (BM) ha mejorado las previsiones de crecimiento de la economía boliviana y proyecta un 5,5% para este año.

La proyección del organismo internacional para el país es superior a la tasa de 4,7% de crecimiento que había previsto en abril de este año. De igual manera, es mayor que el 4,4% estimado en el Programa Fiscal Financiero del Banco Central de Bolivia (BCB).

La economía de Bolivia, según el BM, será la quinta que más crezca en Sudamérica, después de Perú (11,3%), Chile (10,6%), Colombia (7,7%) y Argentina (7,5%) y por delante de las economías de Brasil (5,3%), Paraguay (4,3%), Uruguay (3,4%) y Ecuador (3%). No se incluyen datos de Venezuela.

Al primer semestre

El Producto Interno Bruto (PIB) en Bolivia al primer semestre de 2021 registró una variación acumulada de 9,36% respecto a similar período del 2020, cifra que, según la interpretación del Gobierno, “evidencia el proceso de clara recuperación de la actividad económica, luego de los efectos sanitarios, sociales y financieros que trajo la pandemia del covid-19 y las medidas negativas de política económica implementadas por la administración gubernamental en 2020”.

Comparativamente con el resto de países de la región, el Estado Plurinacional de Bolivia registra al primer semestre la tercera tasa de crecimiento más alta, “mostrando el éxito de las políticas económicas y sociales implementadas en el país”, destaca un boletín con datos actualizados sobre el PIB del Instituto Nacional de Estadística (INE) publicado en su página web el pasado sábado.

Según este informe oficial, la actividad económica que registró la mayor variación acumulada en el primer semestre de 2021 fue la de Minerales Metálicos y no Metálicos con un incremento de 53,02% respecto a similar período de 2020, explicada principalmente por el crecimiento de los concentrados de plata (67,05%), estaño (58,88%) y zinc (50,56%). 

La reactivación se observó sobre todo en la minería mediana y la cooperativista que mostró un fuerte repunte por los incentivos recibidos del actual Gobierno y las condiciones externas favorables. 

La reactivación de la demanda interna permitió registrar mayor variación positiva en el segmento de transporte y almacenamiento con 35,43%, por el crecimiento en las modalidades de transporte ferroviario (56,48%), transporte carretero urbano (42,25%), transporte aéreo (35,60%) y transporte carretero interdepartamental (34,80%). 

El fuerte impulso brindado por la inversión pública, así como el dinamismo de la actividad privada, permitieron que la actividad de la Construcción registre un crecimiento de 35,29%, aspecto que es corroborado por las mayores ventas de cemento en 39,90%.

Asimismo, la industria y el comercio registraron fuertes repuntes “producto de la recuperación de la demanda interna y la reactivación de las empresas estatales, que fueron paralizadas durante la gestión 2020, cuando no registraron aportes al crecimiento”.

En cuanto a la variación del PIB según tipo de gasto, en el primer semestre del año, respecto a similar período del año pasado, se tiene crecimiento en exportaciones de bienes y servicios con 20,29%, formación bruta de capital fijo (Inversión) con 16,00% e importaciones de bienes y servicios con 11,75%. 

En línea con el crecimiento económico, el gasto de consumo de los hogares creció en 8,48% debido a la reactivación de la demanda interna que fue apoyada por políticas de protección social como el Bono contra el Hambre, señala el INE.

En el componente de gasto en formación bruta de capital fijo, que se refiere a la construcción, registró mayor crecimiento con 23,34% en comparación a la variación de los bienes de capital que fue de 8,16%. Analizando la inversión, se encuentra que la inversión pública “aporta ligeramente” más que la privada al crecimiento económico.

Repunte de la inflación en países de la región

El repunte económico desde las profundidades de la recesión pandémica, junto con los shocks estructurales de los mercados de bienes y servicios, así como de los mercados laborales, y las interrupciones de las cadenas mundiales de suministro, están empezando a ejercer presión sobre los precios en las principales economías desarrolladas, como EEUU, y en varios mercados emergentes, incluidas las economías de ALC. Estas presiones inflacionistas crean riesgos tanto internos como externos para la región.

Una curva de rendimiento más pronunciada en los bonos del Tesoro de EEUU puede ser un indicio de las presiones inflacionistas en la mayor economía del mundo.

Varios países de la región también han experimentado un repunte reciente de la inflación interna, lo que supone un riesgo ya que puede limitar la capacidad de los bancos centrales para seguir apoyando a las economías, así como aumentar la incertidumbre económica.

Entender los factores que impulsan el aumento de los precios puede ayudar a las autoridades responsables de las políticas a desarrollar medidas adaptadas y, por tanto, más eficaces para hacerles frente.

13 millones de personas

caerán por debajo de del umbral de pobreza en América Latina y el Caribe.

Para saber más...

* En julio, para las economías emergentes y en desarrollo, se esperaban incrementos de precios al consumo de 5,4% en 2021 y 4,7% en 2022.

*La ralentización en la inflación por consumo se debió a shocks de demanda negativos, que crearon un entorno de demanda insuficiente.

* La desviación estándar de la inflación por consumo en pandemia fue cuatro veces mayor que en tiempos “normales”. En 2021 sigue siendo elevada.

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