Bolivia: La recuperación económica no llega a todos
Los micros y grandes empresarios ven un despegue lento de la economía, muchas unidades de negocios no logran recuperarse de la crisis generada por la pandemia. Dicen que los asesores del Gobierno diseñaron programas para firmas que se rigen en el régimen general de comercio.

A casi dos años de la pandemia, un taller donde se confeccionaban pantalones y generaba empleo a diez familias sigue cerrado y no hay miras de que abra nuevamente. Así también, un ingeniero comercial que quebró en su emprendimiento no encuentra trabajo y se las da de taxista para poder mantener a su familia. A casi dos años de la pandemia, los pequeños productores siguen buscando mejores condiciones para trabajar. Y mientras el Gobierno asegura que el país se recupera, lanza cifras rimbombantes, esos números no coinciden con la realidad de personas que, en sus bolsillos, no sienten los efectos de la recuperación económica.
Cierre
Antes de la crisis que generó la pandemia en la economía global, Susana Rivero Santo, una mujer de 28 años, era una pequeña empresaria que prosperaba. Su taller, ubicado en la zona de Los Lotes, en Santa Cruz de la Sierra, daba empleo a una decena de familias.
Experta en la confección de pantalones de vestir, por ocho años disfrutó del éxito del trabajo duro. Los pedidos iban y venían, todos buscaban sus sobrios diseños. Era feliz, eran días de ‘vacas gordas’ en el negocio. Pero todo cambió con la pandemia.
En 2020, todas las actividades se paralizaron para evitar la propagación del coronavirus.
La medida dejó grave secuelas, según la Confederación Nacional de Micro y Pequeñas Empresas (Conamype). En el periodo de emergencia sanitaria, unas 100 mil unidades de negocios cerraron.
“No he podido reabrir mi negocio. No tenemos mercados. No nos llega la ayuda que dice el Gobierno, y el contrabando sigue haciendo de las suyas. Siguen los problemas políticos, nuestro sector no se ha reactivado al 100%”, señala con preocupación la mujer.
Félix Huaycho, presidente de la Federación de la Micro y Pequeña Empresa (Fedemype) de Santa Cruz, dice que la recuperación en su sector es lenta y que los programas de crédito creados por el Gobierno para las actividades productivas no han llegado a todas las unidades de negocio.
De forma concreta, asegura que solo un 15% de las microempresas en todo el país han recibido algún tipo de ayuda o financiamiento de parte del Estado. Y no es que estos programas sean malos, sino que las condiciones para acceder a ellos son difíciles de cumplir para las unidades productivas.
El dirigente opina que los asesores del Gobierno no conocen la realidad de los microempresarios y han diseñado programas para empresas que se rigen en el régimen general de comercio. Ante esta situación, el sector planteó crear un régimen especial y apoyar a la formalización de las unidades productivas.
En Santa Cruz, de los más de 4.000 afiliados que tiene Fedemype, solo la mitad ha vuelto a operar después de la emergencia sanitaria. La mayoría no pudo porque se quedó sin capital y subsisten vendiendo lo mínimo.
Todos despidieron a sus trabajadores porque no tenían recursos para pagarles. Justamente eso pasó con Rivero, que actualmente solo trabaja con su esposo, y ellos mismos se encargan de vender la ropa que confeccionan.
“Antes venían a buscar la ropa, ahora nosotros tenemos que ir de feria en feria y de pueblo en pueblo para vender”, comenta.
La emprendedora observa que la situación política no ha hecho más que frenar la anhelada reactivación económica.
“Estamos tratando de volver, pero todo es lento. La gente no consume por la tensión, la gente hace pedidos pequeños, una docena y una cuarta”, señala.
El desempleo es otro de los problemas que sigue teniendo el país. Jorge Hurtado, un ingeniero comercial con 10 años de experiencia trabajando en el sistema financiero. En 2019 abrió una empresa que surtía a los restaurantes de verduras e insumos para la elaboración de comidas.
La pandemia quebró su negocio. Decidió buscar trabajo en el sector financiero, pero los espacios laborales se cerraron.
Por un tiempo trabajó como taxista. Ahora con sus pocos ahorros se dedica al comercio minorista. También tiene previsto incursionar en la cría de patos.
No renuncia a la idea de conseguir un trabajo formal, pero eso parece una quimera. Los efectos de la pandemia perduran en la economía boliviana.
“Las cosas no son como antes. El mercado laboral se está achicando para los profesionales y los sueldos ahora son bajos”, dice.
Isidoro Barrientos, presidente de la Cámara Agropecuaria de Pequeños Productores del Oriente (Cappo), sostiene que la tensión política impide que el país acelere la recuperación.
El hombre del campo explica que el sector tuvo un año regular, que se complicó por el mal tiempo. Las heladas y la sequía causaron pérdidas a muchos agricultores.
“Todo va lento, hay que ajustar las cuerdas. El Estado debe sentarse con el sector empresarial, debe haber una alianza entre todos para enfrentar los problemas de la pandemia. Solos nos va a costar”.
Sobre la base de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) desde la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) explicaron que los sectores más afectados fueron la minería (-28,5% de caída), transportes (-25,5%), restaurantes y hoteles (-19,4%) y construcción (19%).
“Ninguno de los sectores se había recuperado hasta julio de este año (en términos acumulados), sino que permanecía por debajo de similar periodo de 2019: minería un 6% por debajo, transporte un 16% y construcción el 8%, según se deduce del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE)”, detallaron desde Cainco.
De acuerdo con la entidad empresarial –a raíz del coronavirus– se perdieron temporalmente en torno a 800.000 puestos de trabajo en el área urbana.
La mayor parte de esos empleos, según la organización, se ha recuperado, aunque el número de desocupados al tercer trimestre (184 mil personas) sigue siendo mayor a la de similar periodo de 2019 (106.000).
“Conviene señalar que la recuperación ha sido cuantitativa porque más de 100.000 puestos se han perdido en las empresas y se transformaron en autoempleo”, explican desde la Cainco.
Rolando Kempff, presidente de la Cámara Nacional de Industria (CNI), afirma que durante 2020 el Producto Interno Bruto (PIB) cayó a un 13% y para esta gestión la recuperación del PIB será solo de un 4 %.
“Esto significa un rebote de la economía. Como empresario buscamos la seguridad jurídica, y que se reactive la recuperación”, manifiesta.
Desde el sector empresarial, según Kempff, se desea que la recuperación económica “sea más palpable” y “podamos seguir invirtiendo”.
“El país necesita una inyección de liquidez, que no ha llegado”, dice.
Desde la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) indican que el retorno a la normalidad y la apertura de la economía mantuvo la estabilidad financiera. Esto permitió una importante recuperación del empleo, pero todavía subsisten problemas de precariedad, subempleo y desocupación en algunos sectores.
“En el sector privado formal se hizo un gran esfuerzo para mantener las planillas aún en la cuarentena y aunque hubo despidos y cierre de empresas, se continúa luchando conjuntamente para recuperar el empleo perdido”, asegura la institución.
Ante las críticas a la gestión gubernamental, mediante un comunicado de prensa, el Ministerio de Economía y Finanzas señaló que el nivel de las Reservas Internacionales Netas (RIN), el superávit en su cuenta corriente, el crecimiento económico del PIB al 9,4% al segundo trimestre y el superávit comercial registrado al mes de agosto con $us 1.360 millones contribuyen a mitigar los riesgos de la economía.
Dramático: 100 empresas cerradas en apenas seis meses en Chuquisaca
En Chuquisaca, hasta mediados de este año, cerraron 100 empresas, 16 de ellas afiliadas a la Cainco Chuquisaca.
El presidente de la Cámara de Industria, Comercio, Turismo y Servicios (Cainco), Edwin Flores, informó del difícil momento por el que atraviesan los empresarios del departamento producto de las restricciones que todavía rigen por la pandemia del covid-19.
“Tenemos el informe de que había alrededor de 100 empresas cerradas a nivel global en Chuquisaca. Los sectores más golpeados obviamente son turismo y servicios, que son las empresas que actualmente siguen y, lamentablemente, parece que van a seguir sufriendo restricciones sobre todo por el tema sanitario”, indicó.
Puntualizó que de ese centenar de firmas cerradas, 16 pertenecen a la Cainco que cuenta con 280 empresas afiliadas en los sectores de industria, comercio, servicios y turismo.
Por otro lado, señaló que hasta el momento no hubo una inyección económica para el sector pese a los anuncios del Gobierno.
El apoyo que hubo es “simplemente a través de los créditos que lamentablemente en Chuquisaca acceder a ellos es muy difícil por las lógicas consecuencias de la falta de utilidades en las empresas”.
Ante esa situación, advirtió que si no se hace una real inyección de capitales mediante créditos o cualquier otra figura, más empresas se verán obligadas a cerrar sus actividades.
La Cainco estima que se necesitan 5.000 millones de bolivianos para la reactivación de las empresas en el departamento.
TURISMO Y GASTRONOMÍA
Según Cainco, en 2019, año del comienzo de la pandemia, en Sucre se cerraron 70 empresas relacionadas al turismo y la gastronomía, principalmente.
Esto ocasionó 700 nuevos desempleados, por lo que pidió a las autoridades nacionales y locales la aplicación de medidas para evitar que la crisis se agudice.
A finales de aquel año los sectores afectados habían iniciado un trabajo coordinado con la Alcaldía, recibiendo capacitación para fortalecer sus negocios con el uso de herramientas tecnológicas y paquetes que logren atraer familias.
El objetivo era generar “city tours” a los atractivos de Sucre, que se están reinventando para ser interesantes y bioseguros, como es el caso del Parque Cretácico y otros museos que reabrieron sus puertas, poco a poco, con medidas de bioseguridad.
De acuerdo con el levantamiento de datos que realizó la Cainco, el 10% de las empresas que cerraron corresponden al sector turismo, tanto receptivo como de guías turísticos.
Calculando que cada una de ellas ofrecía al menos 15 empleos, entre directos e indirectos, se calcula que más de 100 quedaron desempleadas en ese rubro.
La ausencia de turistas afectó también al sector gastronómico, que concentra el 90% de las empresas cerradas.
Según información preliminar, más de 600 personas, entre cocineros, meseros y administrativos, se quedaron sin trabajo.
Arce: Las medidas implementadas generaron resultados positivos
Durante su informe de primer año de gestión, el presidente Luis Arce destacó ayer que las diferentes medidas económicas y sociales, implementadas desde diciembre de 2020, respondieron favorablemente y permitieron retomar resultados positivos para la economía boliviana.
Explicó que, gracias a la “recuperación de la democracia”, en noviembre del año pasado, se llevaron adelante diversas medidas orientadas a reconstruir la economía, partiendo de un manejo adecuado de la pandemia del covid-19, que permita retomar la senda del crecimiento.
“Las medidas implementadas respondieron favorablemente logrando retomar resultados positivos para nuestra economía, disminuyendo la profundidad de la crisis que en el segundo y tercer trimestre de 2020 tocaba fondo, con caídas pronunciadas acumuladas del producto de -12,9% y -12,6%, respectivamente”, dijo.
Indicó que desde que asumió el Gobierno, a partir del cuarto trimestre de 2020, se retornó de manera paulatina “hacia un horizonte positivo” reflejando los resultados de las medidas implementadas, por lo que, en el segundo trimestre de 2021, Bolivia registró un crecimiento acumulado del Producto Interno Bruto (PIB) del orden del 9,4%.
“Entre las medidas adoptadas, apenas asumimos el Gobierno nacional se restablece inmediatamente el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) a través de la orientación de una política económica que promueva el dinamismo de la demanda interna”, acotó.
Señaló que algunas de las medidas implementadas son la cancelación del Bono contra el Hambre, la reactivación de la inversión pública, la continuidad de los pagos del bono Juancito Pinto, la Renta Dignidad y el Bono Juana Azurduy.
Además, se aplicó la política del Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF), el Régimen de Reintegro en Efectivo del Impuesto al Valor Agregado (Re-IVA), el fideicomiso SíBolivia por el equivalente a Bs 911 millones a disposición del sector productivo nacional para la sustitución de importaciones.
Se creó el Fondo de Garantía Fogadin para poner a disposición del sector productivo garantías que permitan cubrir sus necesidades y acompañar la política de sustitución de importaciones; asimismo, se restituyó el crédito de vivienda a tasas de interés accesibles para la población.
Se constituyó el Farip de Bs 2.000 millones para beneficiar a las entidades territoriales autónomas, gobernaciones, municipios y gobiernos autónomos indígena originario campesinos que sufrieron la caída de sus ingresos “producto del mal manejo de la política económica por parte del gobierno de facto”.
Se ejecutó la política de devolución de aportes a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), se creó el Foccip con un equivalente a Bs 1.500 millones para proyectos productivos de las entidades territoriales autónomas, entre otras medidas importantes, según los datos del jefe de Estado.
Cepal: Crisis agudizó males estructurales
América Latina y el Caribe crecerá en 2021, aunque la pandemia continúa presente y la crisis agudizó los problemas estructurales de larga data en la región: baja inversión y productividad, informalidad, desocupación, desigualdad y pobreza, destaca un nuevo informe anual de la Cepal.
Por ello, señala la comisión de las Naciones Unidas, recuperar la inversión y el empleo especialmente en sectores ambientalmente sostenibles es clave para una recuperación transformadora e inclusiva.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) actualizó su proyección de crecimiento regional para este año a 5,9% y advirtió que la región tendrá una desaceleración en 2022, con una expansión estimada de 2,9%.
5.000 millones de bolivianos
Es el monto aproximado que se necesita para la reactivación de las empresas en el departamento, según una estimación de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (Cainco) de Chuquisaca.
FICHA TÉCNICA
* Al tercer trimestre de 2021, la tasa de desocupación en el área urbana de Bolivia alcanzó a 6,3 por ciento, siendo la segunda más baja en la región después de Ecuador (6,2 por ciento) a agosto de 2021.
* Según un reporte del INE, para el tercer trimestre de 2021, la población ocupada en el área urbana alcanzó a 4,2 millones de personas.
* Respecto a la tasa de desocupación, al tercer trimestre fue del 6,3 por ciento, lo que significó una reducción de 1,3 puntos porcentuales frente al trimestre anterior.