Joven escritor boliviano es reconocido en el mundo

Rodrigo Urquiola se consolida como una de las nuevas figuras de la literatura boliviana por su trabajo que trasciende las fronteras

ESCRITOR. Rodrigo Urquiola es una nueva cara de la literatura boliviana. ESCRITOR. Rodrigo Urquiola es una nueva cara de la literatura boliviana.

Gabriel Salinas
Cultura / 06/09/2015 06:40

El joven escritor boliviano Rodrigo Urquiola (1986), cosechó en agosto dos distinciones internacionales por su trabajo literario: logró una mención en la decimocuarta edición del Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar con su obra "El espantapájaros", y ganó el segundo lugar del Concurso  de Cuentos y Poesías Premio Cataratas 2015, por su obra, "Mientras el viento", en Brasil. Estas no son las primeras, y por supuesto también fue reconocido en Bolivia ya desde 2010 con la mención de honor en el XII Premio Nacional Alfaguara de Novela. Definitivamente Urquiola se consolida como una de las nuevas figuras de la literatura boliviana.

Con humildad y sinceridad conversó con CORREO DEL SUR sobre algunos aspectos de su trabajo y su relación con la literatura.

¿Cuál es tu relación con las letras, empezaste como lector y luego escritor, o sólo acudiste a ellas para trabajar con sus recursos expresivos?
Cada vez que me preguntan eso no sé qué responder. Desde pequeño me veo escribiendo. (Dice mi mamá que a los siete escribí algo sobre una gata que vivía en una laguna verde, algo totalmente olvidable, claro). Quiero creer que el lugar de la escritura no es solamente ese instante en el que te encuentras frente al papel en blanco o, como ahora me ocurre, frente a la pantalla en blanco, sino el lugar de la escritura es todo lo que te sucede cuando no estás en ese instante (quizás) definitivo. Lo que has visto en el día, lo que has leído, lo que has escuchado, lo que recuerdas. La infancia. Lo que haces cuando escribes es, tal vez, simplemente intentar retratar ese lugar de la escritura. Así, la verdad es que no sé cuándo empezó. Es más sencillo decir que empezó cuando el primer cuento con el que me sentí contento, Invisible, fue finalista del Franz Tamayo y se ganó su publicación, por ejemplo. Y, si hago esto, escribir, es porque es lo único que sé hacer, y es lo que amo.

Eres una nueva cara de la literatura boliviana, con los distintos reconocimientos que has obtenido hasta ahora dentro y fuera del país ¿a qué crees que se debe esta situación en tu carrera?
Una anécdota: El espantapájaros, un cuento mío que hace poco ganó una mención en el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar, no obtuvo ni siquiera la última mención cuando lo presenté al concurso Franz Tamayo, la vez que ganó el premio Los zapatos de plata de mi amigo Damián Oyola. Los concursos son azarosos, no sé si, efectivamente, servirán para medir la valía de un escritor. Pero, claro, con los reconocimientos que va cosechando mi trabajo, yo me siento muy feliz y eso, lo que está, lo que viene, si es que viene, quizás se deba a que esto, la escritura, voy a ser redundante, es lo único que sé hacer.

¿En la reseña que Mendoza hace de tu “El sonido de la Muralla”, advierte sensibilidad del despojo. Es algo que representa un tema importante en tu trabajo en general, o se trata de una exploración especifica que intentaste plantear en la novela? En ese caso ¿Por qué?
Quizás en "El sonido de la muralla" el tema del despojo es más evidente porque el tema es ese: una familia que lo ha perdido todo y la visión de una niña que no consigue explicarse por qué no se puede recuperar. Pero, ahora que pienso con calma en tu pregunta, y en la reseña de Mendoza, quizás sí, el hecho del despojo es algo que está bastante presente en mi literatura; no recuerdo habérmelo propuesto, imagino que es algo natural, algo que te da lo que has vivido: cuando era niño, y estudiaba en la escuelita Chasquipampa, recuerdo que íbamos a marchar cada 23 de marzo con nuestras banderitas bolivianas sobre un empedrado que recién había entregado el alcalde de turno; tal vez de eso se trata el intento de retratar el despojo, cualquier despojo, de recordar, de penetrar la memoria propia.

¿Cuál es el proyecto principal en el que te encuentras trabajando?
No lo sé. Es otra pregunta difícil. Intento escribir cuando tengo la idea desarrollada para eso, de una manera metódica y ordenada. Sin embargo, en general, no me he propuesto nada más que obedecer a mi instinto, casi a ciegas. Cuando me acerco a lo que he escrito hasta el momento veo que todo es muy distinto entre sí, pero, cuando me alejo, es como si todo quisiera engranarse de alguna manera, como si sucediera una conversación entre lo uno y lo otro. A lo mejor me esté engañando a mí mismo, no lo sé.

Etiquetas:
  • Rodrigo Urquiola
  • escritor
  • literatura
  • boliviana
  • Compartir:

    También le puede interesar


    Lo más leido

    1
    2
    3
    4
    5
    1
    2
    3
    4
    5
    Suplementos


      ECOS


      Péndulo Político


      Mi Doctor