Entusiasmo desbordante en primer día de convite

Las danzas chaqueñas, los caporales, los tinkus y la diablada, entre otros ritmos, volvieron a marcar el entusiasmo del primer día del convite o “la promesa” que se realiza este fin de semana, con fraternidades, colegios, una pocas delegaciones del interior del departamento y centros culturales que  inundaron las calles de Sucre. El público colmó las arterias del recorrido desde media tarde hasta que los últimos grupo llegaron a la plaza 25 de Mayo antes de la medianoche, cuando las temperaturas empezaron a bajar.

Aunque el convite estaba previsto desde las 14:00, partiendo desde la plazuela Manuel Ascencio Padilla, ya desde antes del mediodía se vieron grupos que empezaron el recorrido por la avenida Jaime Mendoza, la calle Ladislao Cabrera, la avenida Venezuela y la Hernando Siles, para concluir en la calle Aniceto Arce y la plaza 25 de mayo, donde la Virgen de Guadalupe aguarda a los devotos bailarines en la Catedral Metropolitana.

Más que otros años, el público, instalado en sillas y otros de pie en hileras alrededor de las calles del recorrido, registró el paso de los bailarines con sus teléfonos celulares, realizando filmaciones y tomas fotográficas, con "selfie sticks" y proyectando potentes flashes, que imprimieron un nuevo aire al paso de los bailarines.

Al menos, hasta las primeras horas de la noche destacó la organización del Comité de Festejos Virgen de Guadalupe, conocido también como “Las Gualalas”, hoy desde las 8:00 ingresarán los grupos restantes de la Asociación de Conjuntos Folclóricos “Virgen de Guadalupe”, por el mismo recorrido.

El plan de seguridad determinado por la Policía Nacional, estuvo a cargo del teniente coronel Jesús Flores, que desplegó a un centenar de efectivos en toda la ruta, además de la totalidad de los miembro de la Guardia Municipal, especialmente para precautelar el consumo de bebidas alcohólicas, que hasta las 21:00 se registró en un nivel bajo, aunque pasadas las 23:00 se pudieron registrar algunos músicos, danzarines y gente del público que incurrió en el exceso, aunque de manera esporádica.

Los puestos de comida raída como pizzas, pollos, giros, o hamburguesas, se disputaron la preferencia de los espectadores con los típicos anticuchos, sándwiches de enrollado y las tripitas fritas. La educación ciudadana con el manejo de los residuos nuevamente dejó mucho que desear, a su paso, el convite que brilló por la energía y el entusiasmo del público, los bailarines y las bandas, se vio empañado por una estela de basura que desmereció el preámbulo de esta magnífica celebración.