Yamparáez: Se valorizan danzas nativas en pucara

Ayer la gente disfrutó de música, danza y gastronomía nativa

Crisol de culturas en Pucara

Crisol de culturas en Pucara

PUCARA. Miles de personas, entre bailarines y visitantes, asistieron a la festividad que se realizó en agradecimiento a

PUCARA. Miles de personas, entre bailarines y visitantes, asistieron a la festividad que se realizó en agradecimiento a

TUPIZA. Las bailarinas se robaron el aplauso del público.

TUPIZA. Las bailarinas se robaron el aplauso del público.

TINKU. Los bailarines llegaron de Macha, del norte de Potosí.

TINKU. Los bailarines llegaron de Macha, del norte de Potosí.

CULTURA. Un yampara en la pucara.

CULTURA. Un yampara en la pucara.

VISITA: Llegaron bailarines de San Lucas.

VISITA: Llegaron bailarines de San Lucas.


    Yamparáez / Evelyn Campos López
    Cultura / 26/02/2018 06:14

    El tiempo fue benevolente, tocó un día soleado y luminoso sin amenaza de lluvia. El reloj marcaba las 11:30, a lo lejos se escuchó una melodía melancólica interpretada con charango, bajo, zampoñas, quena, caña de millo y pinkillo, que se hizo más fuerte a medida que se acercaba.

    En la extensa pampa cubierta con una inmensa alfombra natural, combinada entre verde y café aparecieron los integrantes de un tinku que llegó de Macha, de la provincia Chayanta del norte de Potosí; hombres y mujeres vistiendo sus trajes típicos avanzaron caminando y danzando, a momentos se reunían en círculos y luego retomaban la marcha. Su objetivo era llegar a la Gran Pucara de Yamparáez, instalada a unos trescientos metros.

    Así como ellos, otros grupos de pujllay, ayarichi, pandillas y pinquilladas también llegaron a pie desde diferentes puntos circundantes al pueblo de Yamparáez, con paso lento pero seguro, cantando y bailando, zapateando y haciendo pausas para libar la chicha de maíz transportada en un bidón.

    De esa forma arribaron al lugar bailarines de las 43 comunidades del municipio de Yamparáez e invitados de Icla, Mojocoya, San Lucas, Tupiza y Macha; 22 grupos en total que participaron en las categorías pandillas, caballería y pujllay.

    Centenares de vehículos de diferente tonelaje trasladaron a la gente, dejándola en las afueras del pueblo ya que el ingreso estaba bloqueado. Tuvieron que caminar un buen trecho hasta llegar a la pucara.

    En ese ínterin, la gente se dio cuenta que Yamparáez ya no es el mismo, antes los caseríos eran de adobe y con techos de paja, ahora muchas casas se revistieron con cemento y en otros casos se cambió el adobe por el ladrillo y la paja por tejas. Lucen hermosas.

    Los visitantes acudieron al lugar para ser parte de la festividad de la pucara, realizada en honor a la Pachamama o Madre Tierra, en agradecimiento a la buena producción agrícola que les otorgó durante el año y para pedir que se multiplique en el nuevo periodo productivo.

    Los responsables armaron una pucara monumental de unos 15 metros de alto y tres de ancho, donde se expusieron una variedad de frutos que producen en esa tierra: choclos, zapallos, pepinos, verduras y hortalizas, duraznos, manzanas, plátanos, plantas aromáticas; también había panes grandes, gaseosas, y la mitad de una res faenada. En la punta flameaban la tricolor y la bandera de Yamparáez.

    El público observador se apostó en círculo alrededor de la pucara, en uno de los frentes estaban las autoridades del municipio de Yamparáez, el gobernador de Chuquisaca, Esteban Urquizu, acompañado por otras autoridades e invitados especiales que se pusieron a buen recaudo del sol, cubiertos con una enorme sombrilla.

    Entre tanto, una pandilla de bailarines, entre cholitas y mozos, demostraba su talento para el zapateo con mucho afán. Al ritmo de charangos y acordeón, rodearon la pucara y un hombre con actitud autoritaria, iba de aquí para allá, blandiendo un chicote con el que amenazaba sonar al que pare de bailar.

    A las 13:00, el sol estaba en su punto más alto y golpeó inmisericorde con sus rayos a la gente que acudió a la pucara.

    En el lugar se mezclaron las melodías, pero las que más resaltaban eran del grupo que hacía su demostración alrededor de la pucara, donde las mujeres cantaban con voz aguda, pero más allí también se escuchaba la música de los grupos que pacientemente esperaban su turno de ingreso; entre todo, sobresalía el sonido monótono de un bombo.

    Mientras tanto, los animadores de la festividad no paraban de comentar las presentaciones.

    En el mismo lugar, pero detrás de la gente que apreciaba el espectáculo, había otro movimiento generado por las ferias frutícola, artesanal y gastronómica donde se destacaron los platos típicos del lugar preparados con productos totalmente naturales, como el ají de lisas, runtu uchu, papa uchu, el llusphichi (sopa de trigo pelado con agua y sal), phiri de quinua y de trigo, la phisara, la kipucha (mote con papa, maíz y ají), wilafari y el refresco de molle (único) y de fuñi o cabello de choclo, entre muchos otros preparados. El lugar estaba repleto de gente.

    Entretanto, un grupo de danzarines recién llegado de Tupiza hizo su ingreso a la cancha cantando y bailando; las mujeres se robaron el aplauso del público con sus trajes vistosos y coloridos, derrochando belleza y alegría.

    Según un funcionario público, la festividad de la pucara inició en 1998 y cada año adquiere más importancia gracias al impulso que le dan sus autoridades y el apoyo de los vecinos y de los pobladores de las comunidades de Yamparáez.

    Así, con el ingreso de diferentes grupos, que danzaron, cantaron, consumieron comidas y bebidas transcurrió la tarde.

    La fiesta terminó al caer la noche con el desarmado de la pucara cuyos productos se repartieron entre los presentes. El próximo año, la organización estará a cargo de la Gobernación de Chuquisaca.

     

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