Festival barroco se constituye en tradición local
La organización demanda incrementar el presupuesto para la siguiente versión
Luego de cuatro jornadas de exquisitas obras musicales, el VII Festival Internacional de Música Barroca de La Plata (FIMBLAP) se despidió anoche de la Capital desprendiendo todo su esplendor en Semana Santa y con la reflexión de la necesidad de mejorar su presupuesto para garantizar el brillo de su octava versión.
La Casa de la Libertad y el teatro 3 de Febrero fueron los dos escenarios de la séptima versión del FIMPLAB que arrancó el 28 de marzo. En la clausura, los gestores culturales Rodrigo Alcoreza y Álvaro Monrroy coincidieron en resaltar el nivel de presentaciones de músicos locales, del interior del país e invitados del exterior que una vez más cautivaron al público capitalino.
No obstante, Alcoreza destacó que este año el presupuesto fue “muy reducido” pues cada año, la limitación gradual de recursos fue evidente. El FIMBLAP empezó con Bs 200 mil y este año sólo se le otorgó Bs 30.000.
“Hacer un festival de cuatro días con 30.000 bolivianos es realmente un gran logro”, sostuvo, al señalar que los elencos se tuvieron que reestructurar para adaptarse al presupuesto, razón por la que se vio necesario cobrar entradas.
Acotó que ya tratándose de la séptima versión debería crecer y no lo contrario. El contratenor propuso que el festival sea considerado un patrimonio de la Capital para garantizar recursos necesarios, siendo que Sucre guarda un importante archivo de partituras que necesita ser explotado.
Al respecto, Monrroy indicó que la ciudadanía respondió mejor a los conciertos gratuitos, no obstante las presentaciones pagadas también tuvieron su público y se cubrieron las expectativas.
Ambos músicos coincidieron en que gestionarán el festival de otra manera para garantizar el mejoramiento de su octava versión, ya sea en alianzas con otras instituciones o con nuevas estrategias para su crecimiento.
En las cuatro jornadas se presentaron Beatrice Lupi, Francesco Paganini, el Ensamble vocal FIMBLAP y ensamble de música antigua Musicum Ananay (Potosí) que maravillaron con un repertorio de inauguración.
En la segunda gala, la orquesta Musikal Sucre se lució con Henry Purcell y Antonio Vivaldi. La misma noche se escuchó música para chelo de los siglos XVII y XVIII con músicos de Cochabamba e Italia.
Finalmente, la oratoria “Membra Jesu Nostri” (Los miembros de nuestro señor Jesús) compuesta por Dietrich Buxtehude en 1680, maravilló en dos jornadas en su estreno nacional, en las tablas del 3 de Febrero, interpretada por el Ensamble Vocal de la Casa de la Libertad y la orquesta FIMBLAP, bajo la batuta del maestro Weimar Arancibia, director de la Orquesta Sinfónica Nacional.
