Mariaca: “No se puede hacer políticas culturales en función a ideologías”

El investigador y escritor Guillermo Mariaca Iturri asumió a fines de abril la Presidencia del Consejo de Administración de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB), que tiene bajo su dependencia a importantes repositorios del país: la Casa de la Libertad, el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB), la Casa Nacional de Moneda, el Museo Nacional de Arte y el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), además de centros culturales como La Sombrerería.

Este intelectual paceño, docente emérito de la UMSA que entre otros títulos tiene un Doctorado en Estudios Culturales por la Universidad de Pittsburg (EEUU) y un Postdoctorado en Estudios Postcoloniales de la Universidad de Deusto (España), accedió a responder un cuestionario de CORREO DEL SUR, a propósito del cambio de dirección que impulsa con el resto de los consejeros para la Fundación, de cara al Bicentenario de Bolivia.

CORREO DEL SUR (CS). ¿Cuál es la visión estratégica que tiene la FC-BCB de cara al bicentenario?

Guillermo Mariaca (GM). Estamos construyendo esa visión en el nuevo Consejo de Administración, ya que nos corresponde preparar el Plan Estatégico Institucional (PEI) 2020-2025. El PEI anterior, elaborado hace más de un lustro, tenía aspectos positivos aunque también condicionamientos ideológicos evidentes. La vigencia de ese plan quinquenal concluyó y la institución venía funcionando desde mediados del año pasado solamente con algunos lineamientos estratégicos, pero no con un horizonte definido. Una mirada de largo alcance resulta indispensable, puesto que el país necesita políticas e intervenciones culturales que vayan más allá de la circunstancia.

En todo caso, el actual Consejo, conformado por personas del ámbito de la cultura sin filiación partidaria, tiene una perspectiva de Estado y no circunstancial. Las personas podemos llegar y pasar, pero no se puede hacer estrategias y políticas culturales (ni de ningún tipo) en función a individuos, partidos o ideologías.

CS. En ese sentido, ¿qué cambios puede adelantarnos en lo que respecta a los centros culturales que dependen de la Fundación y a la estructura interna de esta?

GM. Creemos que además de custodiar la memoria nacional en nuestros repositorios, que es nuestra primera vocación, la Fundación debe asumir una segunda vocación, que es la de gestionar e impulsar la cultura viva del país en nuestras Casas de las Artes, como se llamarán los centros culturales de La Paz, Santa Cruz y Sucre (y que ojalá también existan más adelante en otras ciudades), siempre con miras al Bicentenario, considerado como un horizonte de nuestra labor en los próximos años.

En este marco, estamos trabajando en los nuevos estatutos de la Fundación, que al igual que el nuevo organigrama y otras nuevas normas internas de la institución y sus repositorios, aspiran a darle relevancia al área sustantiva: la gestión cultural y patrimonial, por sobre el área administrativa, que debe estar al servicio de la cultura y no viceversa, como venía sucediendo.

CS. Se ha dicho que han pedido la renuncia de sus funcionarios y que han decidido cambiar al Director del ABNB. ¿Es verdad?

GM. Al ser funcionarios designados, los directores de los actuales seis repositorios y centros pusieron su cargo a disposición junto a un informe de su gestión. El Consejo, con base en estos informes y en la nueva visión estratégica de la institución, ha realizado una detenida evaluación, como producto de la cual algunos de los actuales directores permanecerán en sus cargos y otros no.

En el caso de Máximo Pacheco, valoramos el trabajo que ha realizado en los últimos tres años y su nivel intelectual como escritor, pero lo cierto es que el encargo para el que fue nombrado: priorizar la historia oral y reescribir la historia nacional desde la perspectiva del anterior gobierno, ya no son compartidas por la actual gestión de la Fundación. Le hemos ofrecido otras posiciones en repositorios y centros nuestros en Sucre, que él no ha aceptado, pero esperamos que nos pueda colaborar como consultor o asesor en temas de su especialidad.

Dicho esto, puedo confirmar que se está conversando con destacadas personalidades de la historia, el arte, la academia y la gestión cultural para invitarlas a integrar el equipo de directores, valorando su trayectoria y su experiencia. Esperamos poder anunciar pronto estas designaciones, una vez que nuestros nuevos estatutos estén aprobados.

De cualquier manera, en este momento nuestra prioridad es garantizar la institucionalidad de la Fundación, sus repositorios y centros, sin contaminación partidaria, orientando nuestra labor a fortalecer las intervenciones culturales en un momento tan necesario para el sector y para el país, y con la mirada puesta en el Bicentenario.

CS. ¿Cómo funcionará La Sombrerería? ¿Cuál será su norte? Desde su creación, cuando no estaba a cargo de la FCBCB, ha sido un centro que nació con altas expectativas pero que, debido a la inestabilidad política, nunca logró consolidarse.

GM. Como es de conocimiento público, se ha firmado ya el decreto que transfiere a la Fundación esta infraestructura cultural y el correspondiente contrato de comodato. Sin embargo, aún restan algunos pasos importantes, como la asignación de un presupuesto de funcionamiento por parte del BCB como lo establece el Decreto Supremo 4243.

Mientras se cumplen estos requisitos, estamos avanzando en el proyecto de lo que serán las Casas de las Artes de la Fundación en Bolivia, de las cuales “La Sombrerería” será la más grande, lo que representa un importante reto para el equipo que se hará cargo de su gestión pero, sobre todo, para los actores culturales y la sociedad de Sucre, que esperamos puedan remar en la misma dirección y apoyar el proyecto.

CS. Cergio Prudencio, antes del interinato de Ximena Medinacelli, pensando en el ABNB impulsaba un “proceso de reescritura de la historia de Bolivia”. ¿Usted cree lo mismo?, ¿que es tiempo de generar un nuevo discurso, como él sostenía, más acorde con la realidad actual, desde la perspectiva de la historia? ¿Pedirá esa misma línea de trabajo para el Archivo?

GM. La historia puede y debería reescribirse constantemente, pero siempre desde la academia y de una manera plural, no desde una u otra ideología en singular. Por ello, esperamos que el ABNB, que es una institución nacional (y no local) de enorme importancia, pueda producir conocimiento y generar investigación propia, con alto nivel académico y ofreciendo distintas miradas de la historia, de forma que la confluencia de esas visiones sea un mosaico con la mayor pluralidad posible.

CS. ¿La visión y la misión actual de la Casa de la Libertad sufrirán alguna variante?

GM. La Casa de la Libertad es un monumento nacional y parte del patrimonio nacional, pero puede llegar a ser mucho más que eso, convirtiéndose en el principal museo de la historia del país. Para ello, la Fundación ha realizado y continúa realizando importantes inversiones en su ampliación e infraestructura. El reto es ahora dar vida a estos nuevos espacios y salir de una actitud de espera de visitantes a otra de mayor interactividad con el público.

Por otra parte, en el pasado reciente, la anterior administración de la Fundación encargó un proyecto de nueva museología que no solo fue costoso sino que es inaplicable, ya que además de pretender abarcar demasiado, tiene una clara orientación ideológica e incluso partidaria, llegando a lindar en el culto a la personalidad. Debido a ello, sigue siendo una tarea pendiente definir una nueva museología para la Casa de la Libertad que sea a la vez abarcadora y plural.

CS. Por críticas realizadas a su manejo durante el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), la FCBCB se había politizado e incluso ideologizado. ¿Qué piensa de la influencia partidaria en la administración de una institución como esta?

GM. La FCBCB no es una repartición gubernamental. Nació como una institución de Estado, gracias a la visión de Gunnar Mendoza y Armando Alba, y estamos comprometidos con la recuperación de esa cualidad.