A los 65 años, él cumplió su sueño de ser abogado
Carlos Miguel Justiniano es un hombre de 65 años que el pasado lunes aprobó su defensa de grado para obtener su título en licenciatura en Derecho. Cuenta que este paso es el mayor logro que ha tenido y espera que se le abran los caminos para ejercer su profesión.
Carlos Miguel Justiniano es un hombre de 65 años que el pasado lunes aprobó su defensa de grado para obtener su título en licenciatura en Derecho. Cuenta que este paso es el mayor logro que ha tenido y espera que se le abran los caminos para ejercer su profesión.
Con un espíritu alegre, joven y arriesgado, así se describe y hace notar con sus palabras que tiene fuerzas y ganas de salir adelante para lograr mejores condiciones de vida.
Carlos cuenta que su sueño de ser abogado le nació desde que tenía ocho años. En ese entonces uno de sus tíos fue quien le preguntó: ¿Qué quería ser en grande? “Yo respondí que quería estudiar ‘Derecha’; sé que no se dice así, que es Derecho, pero yo, todo un niño inocente, todavía no sabía bien. Lo único seguro era que quería ser un abogado y ahora, a mis 65 años, lo cumplí”, contó Justiniano a El Deber.
El día de su defensa de grado, vestido con un traje gris oscuro, una corbata a rayas y su camisa blanca impecable, sentado frente a un computador, se puso delante de sus jurados, quienes al final de la evaluación le anunciaron que venció la prueba, lo que lo convertiría en un profesional.
La Universidad Privada Domingo Savio (UPDS) siguió de cerca la defensa de Carlos Miguel, fotografiando sus más inesperadas reacciones de felicidad, imágenes que fueron difundidas en su página oficial un día después de la defensa, y rápidamente se viralizaron en las redes sociales.
La primera anécdota que recuerda y repite al contar su experiencia es la de su tío Eudosio Flores, quien lo recuerda con mucho afecto, hombre que denota que fue un pilar importante en su vida.
Pero la vida de Justiniano no fue nada fácil, indicando que ni siquiera había salido bachiller. “Solo sabía leer y escribir, le soy sincero, yo ni siquiera hice la primaria, pero, a mis 55 años busqué acabar mis estudios entrando a un CEMA (un sistema de Centros de educación Media Acelerada)”, donde le pidió al director del colegio Félix Bascopé Gonzales, en la avenida Tres Pasos al Frente, que le tome una prueba para que le permita dar de forma directa su título de bachiller y así ingresar a la universidad. El Deber